Crítica: Half Human (1955)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japón, 1955: Akira Takarada (Takeshi Iijima), Akemi Negishi (Chika), Momoko Kôchi (Machiko Takeno), Nobuo Nakamura (profesor Koizumi)

Director: Ishiro Honda, Guión: Shigeru Kayama & Takeo Murata

Trama: Cinco estudiantes deciden ir a esquiar a las cordilleras de los Alpes japoneses. Pero la mitad del grupo se desbanda y, lo que es peor, quedan aislados por la caída de una avalancha. Al amainar la tormenta, un grupo de sobrevivientes decide buscar al resto, confiando en que éstos habrán alcanzado un refugio situado en la mitad de la montaña; pero, al llegar, encuentran la cabaña destrozada y dos cadáveres, careciendo de pistas sobre el paradero de un tercer alpinista. Rastrillando la zona, las únicas huellas que encuentran corresponden a las de una criatura humanoide de gran tamaño, de la cual sospechan habría capturado al estudiante que falta; pero el clima es implacable y los alpinistas deciden cancelar la búsqueda hasta la primavera, cuando llegue la época del deshielo y puedan acceder a lo mas alto de la montaña. Ahora han pasado los meses y los sobrevivientes han montado una expedición mucho mejor preparada, la cual se interna en lo profundo de la cordillera… en donde se toparán con algo que no es humano y que parece decidido a acosarlos durante el resto de la travesía. Y, hasta que no descubran la guarida de la criatura, no hallarán las respuestas que precisan sobre la suerte corrida por el muchacho perdido.

Arlequin: Critica: Half Human (1955)

      ¿Qué es un filme maldito?. Aunque los ejemplos abundan y resultan bastante disímiles entre sí, uno puede concluir que una película maldita es aquella que toca un tema incómodo o prohibido para una determinada cultura: el primer caso que se me ocurre es el de Nekromantik, el filme de Jorg Buttgereid que se regodeaba con escenas explícitas de necrofilia, pero uno también podría citar a la saga de Guinea Pig o a Canibal Holocaustosin mencionar la franquicia de Rostros de la Muerte – como cintas malditas, obras que – mas allá de si poseen o no algún valor artístico – han sido perseguidas por la justicia, baneadas en numerosos países, o han conseguido ser exhibidas a costa de salvajes podas efectuadas por la censura.

El caso que nos ocupa es mucho menos revulsivo y mas light. Se trata de Half Human, segunda incursión en el género fantástico del director Ishiro Honda – padre del kaiju eiga (o cine de monstruos gigantes japoneses), género que había visto la luz el año anterior a partir del megaclásico Godzilla (1954) -, y se trataba de una aventura bastante chata y notoriamente inspirada en el King Kong de Merian C. Cooper & Ernest B. Schoedsak. El gran pecado del filme era ilustrar a una tribu – demasiado parecida a los Ainu, unos indígenas que viven en el archipiélago de Japón – como un grupo de deformes y retrasados mentales, fruto de la procreación prácticamente incestuosa dada por el intercambio sexual en una pequeña comunidad en donde todos son – de un modo u otro – parientes con distinto grado de distancia. En un ataque de moralidad la Toho decidió archivar la película ni bien fue estrenada, y prohibió realizar cualquier tipo de copia – con lo cual no hubo edición en VHS, y mucho menos en DVD -, aunque cedió parte de los derechos a unos productores norteamericanos, quienes montaron un mamotreto con escenas adicionales (protagonizadas por John Carradine) y lo estrenaron en 1958. Sin embargo el filme original se creía perdido (o guardado bajo siete llaves), hasta que unos fanáticos italianos lograron hacerse con una copia, a la cual subtitularon y terminaron por levantarla en Internet (y es la que tuvimos la suerte de ver).

La primera mitad de Half Human es bastante lenta. Cinco chicos van a esquiar a los Alpes japoneses y terminan desbandados en medio de una tormenta. La mitad del grupo va a reunirse con el hermano de la novia del líder – el cual los espera en una cabaña – y la otra mitad se queda varado en un refugio, esperando que amaine la tormenta. En el medio hay una llamada telefónica – las cabañas están intercomunicadas -, y alcanzan a escuchar un espantoso alarido. Al otro día, con el clima despejado, llegan a toda prisa a la cabaña y descubren que hay dos muertos y un desaparecido. Si a esto se suman unas manchas de sangre y algunas pisadas extrañas, pronto la imaginacion febril de los lugareños se dispara y comienzan a hablar de la leyenda del Yeti – el abominable hombre de las nieves, al cual la producción decidió cómodamente trasladarlo desde el Himalaya al Japón, por razones que no vienen al caso (o si vinieran, no hay explicación posible, salvo la única de tener el elenco integrado exclusivamente por nipones) -. Como el territorio es cada vez más inhóspito y peligroso, deciden volver en primavera durante la época del deshielo. Desde ya, si el flaco estaba perdido y apenas herido, sus amigos vendrán a buscarlo con el calorcito y cuando del pibe queden apenas cuatro huesos flotando en un charquito de agua glaciar. Esos sí que son amigos sacrificados que se desviven por uno cuando más se lo necesita…

Como sea, cuando regresan se cruzan con la expedición de unos cazadores furtivos, quienes han escuchado el tema del Yeti y vienen a atraparlo para hacerse de unos dólares. Curiosamente uno de nuestros héroes se manda a increpar a los cazadores, y éstos le dan una paliza de campeonato, siendo dejado medio muerto en la selva – porque, después del deshielo, la agreste montaña helada se ha convertido en una suerte de versión clonada del Amazonas -. El chico es recogido por una indigena, la cual está más fuerte que el dulce de leche y anda con unos shorcitos ajustaditos que no le dejan nada a la imaginación. Curiosamente ella es la única normal de su tribu, la cual se compone íntegramente de varones deformes y cejijuntos – idénticos a la tribu Ainu, aunque no se la nombra cómo tal -, una horda de manolitos mutantes que parecen salidos del casting de La Isla del Doctor Moreau. Si uno considera que la regla de supervivencia de la raza está dada por la procreación entre parientes, resulta entendible el por qué los mutantes aúllan cada vez que ven a la única japonesita del lugar pavoneándose en pantaloncitos cortos. Por otra parte eso explicaría el rechazo de la chica a las costumbres del lugar – no se imagina ser la estrella de un gang bang de deformes -, razón por la cual su accionar será el que terminará disparando la tragedia sobre toda su tribu.

Habiendo llevado al forastero a la tribu, las cosas se le ponen negras a la japonesa. El abuelo la surte a cascarazos y al muchacho lo manda colgar de la punta de un acantilado – dando lugar a la mejor escena de la película, y en donde Honda sintoniza toda la imaginería propia de King Kong -. Pero como el muchacho es el héroe y no merece morir, termina siendo rescatado por el Yeti – un japonés enfundado en un traje de pieles, el cual se ve mucho mejor que el simio trucho protagonista de King Kong vs Godzilla -, quien le quita las cuerdas y lo deja a su libre albedrío. Lastima que los cazadores furtivos han estado siguiendo al Yeti, han encontrado una cría – otra vez surgen las preguntas incómodas: ¿con quién la tuvo? ¿con la japonesita, ya que es la única fémina en cincuenta millas a la redonda? – y, usándolo de carnada, han capturado a ambos. Durante el viaje en camión hacia la civilización, esta suerte de Carl Denham nipón – que sueña con salir de gira con la criatura y llevarla a Paris y Londres mientras se llena los bolsillos – descubre que el bicho se ha liberado y ha comenzado a exterminar a todo su grupo, tras lo cual sufre una muerte deleznable. Lástima que en el medio Yeti Jr. cayó bajo sus balas, lo cual deja a su papá furioso y con sed de venganza.

El libreto es muy dispar. Primero hace hincapié en la barra de alpinistas y después, cuando le conviene, los abandona para regodearse con los cazadores furitvos en donde recrea liberalmente a King Kong y toda su épica. Cuando se deshace de los cazadores, vuelve a los alpinistas y – aún cuando para esa altura se había demostrado que la criatura era benevolente, que no había matado al hermano de la chica sino que lo ayudó a sobrevivir un tiempo, y que sólo atacaba ante la agresión externa -, decide crear una especie de finale enloqueciendo a la bestia y haciéndola aniquilar gratuitamente. En realidad quien termina pagando el pato es la japonesita de los shorts ajustados, verdadera villana de la historia y cuyo histeriqueo terminó enloqueciendo a todos: a los alpinistas, a los cazadores (ya que les pasa la data de dónde encontrar al Yeti), al Yeti mismo (generando las circunstancias en donde asesinan a su hijo), y a su propia tribu, ya que ellos se comen la peor parte cuando el bicho se trulapor haber perdido su cachorro – y entra en modo exterminador a full. A ella el guión le reserva un baño de lava hirviente, castigo demasiado leve considerando todo el daño que ha causado.

Half Human es apenas pasable. Honda consigue algunos planos interesantes cuando se dedica a explorar la vida de la criatura – la cueva donde vive está muy lograda y es estremecedora, el bicho es bastante feroz cuando ataca – pero, en el aspecto dramático y humano, es muy corta. Faltan explicaciones – por qué la tribu es deforme, cómo es que adoran al Yeti como un dios, o de dónde salió el bicho – y el final es abrupto, con lo cual el filme es más una curiosidad que un entretenimiento válido. Sirve para los completistas de la obra de Honda, los cuales aguardamos durante años la oportunidad de ver su filme prohibido… y los cuales nos llevamos una enorme decepción al ver que la espera no había valido la pena.

EL CINE FANTASTICO JAPONES DE INOSHIRO HONDA

Godzilla, King of the Monsters! (1954) – Half Human (1955) – Rodan (1956) – The Mysterians (1957) – The H-Man (1958) – Varan the Unbelievable (1958) – Battle in Outer Space (1959) – The Human Vapor (1960) – Mothra (1961) – Gorath (1962) – King Kong vs. Godzilla (1962) – Matango (1963) – Atragon (1963) – Mothra vs. Godzilla (1964) – Dogora (1964) – Ghidorah, the Three-Headed Monster (1964) – Frankenstein Conquers the World (1965) – Invasion of Astro-Monster (1965) – War of the Gargantuas (1966) – King Kong Escapes (1967) – Destroy All Monsters (1968) – Latitude Zero (1969) – Godzilla´s Revenge (1969) – Yog, The Space Amoeba (1970) – Terror of Mechagodzilla (1975)