Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 1990: David Andrews (John Hall), Stephen Macht (Warwick), Kelly Wolf (Jane Wisconsky), Brad Dourif (el exterminador), Vic Polizos (Brogan), Robert Alan Bleuth (Danson), Ilona Margolis (Nardello)
Director: Ralph S. Singleton, Guión: John Esposito, basado en el cuento homónimo de Stephen King
Trama: En una textil en el condado de Maine comienza a sucederse extrañas desapariciones. Warwick, el jefe de la fábrica, cree que se tratan de obreros que se han hartado del trabajo y que lo abandonan de un día para el otro. Ahora ha contratado a John Hall, un joven que se encuentra de paso por el pueblo en ese momento. Hall – junto con otros obreros – conforman una cuadrilla destinada a limpiar el gigantesco sótano de la fábrica, el cual está infestado de ratas y muebles en desuso. Pero el grupo terminará por descubrir que hay una enorme criatura viviendo en el lugar, la que ha comenzado a cazarles uno a uno.
Stephen King = sobreinflado escritor de novelas de terror. Sin duda King ha dado a luz cosas interesantes – Cuenta Conmigo, Carrie, The Green Mile, La Niebla -, pero el 90% del resto de su obra es mediocre para abajo, con lo cual termina siendo como una versión literaria de los Rolling Stones, que produce toneladas de material descartable y un puñado de éxitos memorables.
Quizás el tema no pase por King sino por el mismo Hollywood. En todo caso el problema con King es su excesiva productividad, lo que termina obviamente por resentir el nivel de calidad de sus obras, pero entre tantas decenas es lógico que hayan cosas potables. A Hollywood esto no le importa en absoluto y termina por adaptar todo – aún lo peor de King -, ya que su nombre en el poster del filme vende. Esto resulta obvio en Graveyard Shift – La Fosa Común, el poco feliz titulo en español para “El Turno del Cementerio”, el apodo yanqui del turno nocturno de las fábricas -, que es un filme estúpido y espantoso. El problema no pasa tanto porque las ideas de la historia sean mediocres, sino porque la puesta en escena es lamentable. Desde las actuaciones hasta los diálogos y situaciones que crea el libreto – sin contar lo patético de la criatura de marras – merecen la hoguera sin demasiado remordimiento.
He aquí una galería de personajes que no le interesan a nadie. Está David Andrews – insípido protagonista si los hay -, que hace de héroe conflictuado y errante, y que llega justo al pueblo para tomar el puesto de un obrero desaparecido. A él se suman sus palurdos compañeros de trabajo, el desquiciado exterminador de ratas que contrató la fábrica, el explotador jefe de planta, la obrera marimacho que le ha tirado el ojo. El tema es que el 90% de ellos sobreactúa de manera salvaje, y componen a una troupe de individuos detestables. Algunos personajes desaparecen de la trama de la manera más estúpida posible – como Brad Dourif o Kelly Wolf -, lo cual arruina las expectativas que teníamos de ellos (bah, si es que teníamos alguna). Los que van quedando disparan algunos diálogos temibles. A esto se suma el hecho de que al libreto no le interesa en lo más minimo explicar nada – por qué David Andrews es un nómade ni cuál es el origen del animal asesino -. Y en general no hay nada demasiado rescatable en el filme, siquiera el muppet deforme que hace de monstruo. Porque aquí hay un murciélago gigante que devora gente sin dejar una gota de sangre en el piso, y que deambula como si nada por pasillos y escaleras de madera, aún cuando el bicho es tan grande y pesado como un elefante.
El gran problema con La Fosa Común es que la puesta en escena es increíblemente mala. Con otro director el filme podrían haber terminado en una rutina relativamente potable, pero aquí las cosas van de mal en peor a medida que se acerca el final. Y cuando este grupo de personajes detestables descubre la madriguera del bicho, el relato se sale de madre – el jefe se vuelve loco, se pinta la cara como Rambo y quiere matar a todos los compañeros de la cuadrilla; el monstruo aparece de la nada en los lugares más insólitos -. El climax es tan abrupto que da la impresión de que a ninguno de los creativos del filme pareciera haberle importado demasiado si quedaba sin explicación el dato de quién sobrevivió a la criatura. Resulta increíble que Ralph S. Singleton haya sido productor y/o director de segunda unidad en películas tales como Taxi Driver, Poder que Mata, Los Tres Dias del Condor y Cementerio de Animales, porque acá demuestra que posee un talento cinematográfico nulo… al menos para dirigir proyectos propios.
La Fosa Común es otra atrocidad cometida bajo el rótulo de “basado en una obra de Stephen King”. No hay ni un elemento rescatable en todo el filme, simplemente hay bochorno y mediocridad. Es cierto que hay filmes mucho peores que éste, pero acá la cantidad y calidad de las pifias es tan severa que resulta indignante.