Crítica: La Gran Guerra Marciana (1913 – 1917) (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB / Canadá, 2013: Mark Strong (narrador), Jock McLeod (Jock Donnelly), Joan Gregson (Nerys Vaughan), Ian Downie (Hughie Logan), Thomas Gough (Duncan Mitchell-Myers), Ashley Bomberry (Kim Lafonde), Daniel Matmor (Lawrence Hart)

Director: Mike Slee, Guión: Stephen Sarossy

Trama: 1913, la Paz Armada. Potencias europeas de todo tipo y color se arman hasta los dientes en lo que parecer ser una inminente guerra por la posesión de recursos y colonias en todas partes del mundo. El principal antagonista es Alemania, cuyo Kaiser ha concentrado el grueso de sus poderosas tropas en el filo de sus fronteras. Sin embargo un meteorito de devastadores consecuencias se estrella en la selva de Bohemia y, aunque el estruendo se escucha en toda Europa y todos sospechan que Alemania está probando una superarma, pronto los rumores dan paso a una estremecedora verdad: el ejército germano – el mas poderoso del mundo – ha sido aniquilado en 5 dias por fuerzas que no son de este planeta. Solicitando ayuda al mundo entero, pronto se arma una alianza europea decidida a combatir a los invasores que provienen de Marte; pero su tecnología de avanzada no es rival para las milicias terrestres y pronto se desata una masacre. Sacrificando vidas humanas en pos de demorar el avance, los ingleses – con el recambio de sus comandantes en jefe y el ingreso de un joven Winston Churchill al alto mando político y militar – planean una estrategia desesperada: atrapar una máquina de guerra marciana para develar sus secretos y debilidades. Ante la inminente invasión de Gran Bretaña – el continente ha caido en cuestión de meses – los británicos corren contra el tiempo para replicar el rayo de calor alienígena y usarlo en sus precarios tanques de guerra. Y salvo que ocurra un milagro los marcianos dominarán la Tierra… a menos de que los humanos descubran una manera de vencerlos de una vez y por todas.

Critica: The Great Martian War (1913 - 1917)

      La Gran Guerra Marciana (2013) Pocos subgéneros son tan apasionantes como el de la Historia Alternativa – esto es, un escenario histórico en donde al autor juega con las variables y crea un hipotético “qué hubiera pasado si…” -. El caso mas popular es el escenario de Hitler gana la Segunda Guerra Mundial, el cual dado lugar a cosas apasionantes como Fatherland, Esto Sucedió Aquí, SS-GB (una novela de Len Deighton ahora devenida en serie) y la meta-meta ficción El Hombre en el Gran Castillo de Philip K. Dick (en donde los habitantes de una Norteamérica ocupada por alemanes y japoneses trafican un documental apócrifo que indica que los nazis fueron derrotados por los aliados en 1945). Considerando las infinitas posibilidades del género, el escenario Hitler Gana es casi un cliché pero al menos la Segunda Guerra Mundial es un acontecimiento histórico con suficiente conocimiento popular como para darse el lujo de armar un par de filmes / series con el tema. Distinto sería jugar con escenarios menos populares (no por ello menos importantes) que va desde que Napoleón triunfó en Waterloo hasta que Alejandro Magno no murió a edad temprana y extendió su reino por todo el mundo. Inventen lo que quieran, total todo es posible: que San Martín falleció antes de la Guerra Libertadora, que las invasiones inglesas triunfaron en el 1800 y hoy somos una colonia británica, o que una plaga liquidó a Estados Unidos y Europa, y Argentina se volvió una superpotencia en el siglo XXI.

El gran problema por el cual las producciones de Historia Alternativa escasean es que se trata de un género intrínsecamente intelectual, y que requiere a un lector / espectador culto para darse cuenta del ingenio y los cambios históricos introducidos por el autor al escenario. Mientras que a mi me apasiona la Segunda Guerra Mundial, apenas tengo idea de lo que ocurrió en la Primera – salvo la guerra de trincheras, el advenimiento de los primeros tanques y el gas mostaza -; saltar a otros momentos históricos mas raros ya entra en la categoría de juego para entendidos, un chiste intelectual del cual pueden reirse apenas un puñado de tipos en todo el mundo.

Resulta curioso que los autores del falso documental La Gran Guerra Marciana (1913 – 1917) hayan elegido la Primera Guerra Mundial como escenario alternativo para desarrollar en él su propia versión de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells. Hay un puñado de factores que deben haber influenciado semejante decisión: fue una de las primeras guerras documentadas por el cine, con lo cual hay abundancia de material de archivo; al estar éste en no muy buenas condiciones, resulta relativamente fácil incorporarle efectos especiales baratos a los desgastados celuloides y hacerlos ver creíbles; es un conflicto armado masivo, con lo cual el registro de masivas movilizaciones resulta coherente con la lucha contra una inmensa fuerza invasora marciana; y por último, el inicio del conflicto (1914) sólo difiere de la publicación de la novela de Wells en apenas 17 años, con lo cual el contexto histórico es el mas aproximado a a la visión de Wells. Pero, por otro lado, la manipulacion de datos históricos termina por escapárseme, con el abundante uso de figuras y situaciones de la Primera Guerra Mundial, ahora alterados y utilizados en otro contexto.

La primera impresión resulta sumamente apetitosa: la visión de garzas (los clásicos trípodes de Wells) devastando ciudades y divisiones armadas; hordas de arañas mecánicas y piojosautómatas que recogen material de guerra y metales del campo de batalla para reciclar y construir mas armas marcianas – inundando el horizonte; testimonios de supuestos supervivientes dando minucias del día a dia en las ciudades y en el frente de batalla. El problema es que, al cabo de 10 minutos y pasada la novedad, el documental cae en el tedio de los típicos docudramas de The History Channel. Los germanos son derrotados pero aún mantienen un stock de fuerzas realmente importante, así que se unen a los aliados europeos y lanzan ataques relámpago por la retaguardia marciana. Los alienígenas, mientras tanto, dejan avanzar a las milicias para luego estrangularlas con ataques desde todos los flancos y aniquilarlas. Estados Unidos – con un Woodrow Wilson ailacionista – termina sucumbiendo al clamor popular impulsado por Theodore Roosevelt y realiza los primeros envíos oficiales de tropas sobre el final del conflicto. Y hay un par de puntas no muy bien explicadas, que hablan del descifrado del lenguaje marciano a 100 años de la invasión, lo cual indicaría un ciclo de depredación de especies – a partir del agotamiento de los recursos naturales planetarios -, la cual sería una maldición que se cierne sobre nosotros a partir del uso (y abuso) actual que estamos haciendo de nuestro mundo. Según los marcianos, sólo es cuestión de décadas antes de que armemos nuestras propias máquinas de guerra interespaciales y vayamos a conquistar – y aniquilar – otro mundo civilizado para absorber sus recursos.

El documental toma algo de ritmo sobre el final, en donde los ingleses – cuándo no – hacen uso de sus fuerzas de inteligencia para obtener secretos del enemigo y usarlos en su contra – en vez de la masiva fuerza bruta empleada por los germanos y sus aliados -. (alerta spoilers) Es particularmente interesante el desenlace, en donde no obra la mano de Dios para que los marcianos se infecten respirando nuestro aire, sino que se trata de una enfermedad equina que les resulta letal, y la cual es cultivada en laboratorios de todo el mundo, culminando en un climax en donde las máquinas marcianas son encerradas por miles de caballos infectados esparciendo la enfermedad y matándolos en cuestión de horas. La consecuencia inesperada de esto es que su mezcla con la sangre marciana ha creado una gripe mutante que termina matando a 100 millones de personas en todo el mundo. (fin spoilers).

Honestamente, La Gran Guerra Marciana (1913 – 1917) termina resultando un experimento algo tibio. La premisa es apasionante, pero el filme se deshace en respetar los clichés de los documentales de guerra en vez de analizar un sinfin de otros aspectos – cómo quedó el equilibrio mundial después de la guerra; cómo alteró la civilización humana el uso de tecnología alienígena; qué pasó con el resto de marcianos que quedaron en el planeta rojo -, y sólo atisba un par de detalles de la post guerra para darle un cierre a la historia. En todo caso es una gran idea que ha quedado a medio cocinar y que no seducirá al lego sino al fanático del género (y hasta ahí nomás).

  LA GUERRA DE LOS MUNDOS DE H.G. WELLS

Algunas versiones de la obra de H. G. Wells La Guerra de los Mundos que comentamos aquí son: la versión radial de Orson Welles La Guerra de los Mundos (1938); la versión clásica La Guerra de los Mundos (1953), la versión de Steven Spielberg La Guerra de los Mundos (2005), la opera rock Jeff Wayne´s La Guerra de los Mundos (2006), y las versiones de la editora The Asylum: H.G. Wells La Guerra de los Mundos (2005) y La Guerra de los Mundos 2: La Próxima Ola (2008). La Guerra de los Mundos: Goliath (2012) es una secuela steampunk que tiene lugar 15 años después de la primera invasión marciana. La Gran Guerra Marciana (1913 – 1917) (2013) es un falso documental que ubica la invasión alienígena en las vísperas de la Primera Guerra Mundial.
The Night That Panicked America (1975) es un telefilme que recrea la transmisión (y las repercusiones) de la legendaria transmisión radial de Orson Welles de 1938.