Crítica: Godzilla 2000 (1999)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japon, 1999: Takehiro Murata (Yuji Shinoda), Naomi Nishida (Yuki), Hiroshi Abe (Katagiri), Mayu Suzuki (Io Shinoda), Shiro Sano (Profesor Miyazaki)

Director: Takao Okawara, Guión: Hiroshi Kashiwabara & Wataru Mimura, Musica – Takayuki Hattori

Trama: Yuji Shinoda es el líder de la GPN (Godzilla Prevention Network), una red de voluntarios que monitorea posibles apariciones de Godzila en territorio japonés. En un chequeo de rutina, Shinoda descubre que el monstruo se ha despertado y se dirige hacia las plantas nucleares de Japón. Mientras tanto, el Centro de Inteligencia de Crisis – una organización gubernamental – se encuentra investigando el descubrimiento de un enorme meteorito hundido en el mar. Pero al intentar rescatarlo, el meteorito se activa y sale volando. El mismo resulta ser una nave espacial que estuvo enterrada durante millones de años, y con la luz del Sol ha vuelto a la vida. Al mismo tiempo, cuando las fuerzas militares emplean todo su poderío contra Godzila – en vano -, el OVNI aparece en medio de la lucha y derrota al monstruo. Y, poco después, se posa en uno de los edificios centrales de una ciudad japonesa, conectándose a la red de información, y obteniendo todos los datos posibles sobre la civilización y sobre Godzila, ya que intenta replicar el metabolismo celular autoregenerativo del monstruo para poder crear una réplica mucho más poderosa y utilizarla para dominar la Tierra. A pesar de todos los esfuerzos, la nave espacial resulta indestructible, y la única arma con que puede contar la humanidad para combatir a los alienígenas es el mismo Godzilla.

Godzilla 2000 Cualquier explicación racional del fenómeno Godzilla es fútil y a la vez válida. Yo creo que si existiera algún tipo de analista económico que combinara tanto conocimientos de cine como de mercadotecnia, jamás podría haberle anticipado a los directivos de la Toho en 1954 que un film con pésimos efectos especiales acerca de un hombre disfrazado de monstruo en un traje de goma destruyendo maquetas de cartón podría convertirse en la franquicia más popular y rentable de la compañía, y que la misma se extendería más de 50 años. Y que se convertiría en el sinónimo de cine de monstruos, y en el ícono de la cinematografía japonesa.

Hay varios elementos que podrían servir para armar una explicación del fenómeno, pero ninguno resulta definitivo. A final de cuentas, el factor final es subjetivo, el gusto de las personas, lo cual es algo que varía enormemente con cada cultura. Y Godzila es popular a nivel mundial, con fanáticos de la saga extendidos a lo largo de toda la Tierra, lo cual resulta aún menos explicable. Es posible que la gente sienta cierta compulsión por la destrucción – a fin de cuentas, por qué, sino, sería popular el cine catástrofe -. También es posible que la baja calidad de los efectos especiales haya contribuído a esto – resulta obvio que todo es falso, y por la tanto la destrucción carece de dramatismo -. Y puede ser también que la evolución de la saga – cada vez más aproximada a los niveles del manga japonés, incluyendo fabulosas naves, bizarros monstruos, y tramas delirantes – haya culminado en una fórmula que complace los deseos adolescentes que todos llevamos dentro. Si uno se atiene a las reglas del comic – donde nunca las historias son lineales, hay personajes recurrentes que entran y salen de la historia, hay incontables Deus Ex Machina que sirven para dar vuelcos en el balance de fuerzas del relato, y donde los protagonistas son icónicos -, Godzilla cumple con todas estas condiciones, con la excepción de que sus historias son simples y fáciles de digerir.

Uno puede realizar ciertos paralelismos entre la saga de James Bond y la de Godzila, en especial bajo la lupa de los comentarios de Roger Ebert sobre 007. Ambos han sido productos de su tiempo (el cine de monstruos tuvo su apogeo en los 50 y 60, y recién obtuvo un revival a partir de Jurassic Park), y ambos se han transformado en una suerte de cuento Kabuki, donde los espectadores conocen de antemano hacia donde va la trama, los personajes cambian de nombre pero cometen siempre las mismas acciones, y donde todos sabemos cómo termina la historia. Lo único que varían son los matices, lo que sirve para diferenciar una obra de otra. Y al igual que Ebert con Bond, uno podría armar una serie de reglas que sería el “kit ACME – componga su propia película de Godzila”, y que consta de:

  • Godzila se despierta y se dirige hacia Japón;
  • Los militares emplean toda clase de recursos de última tecnología, pero no lograr detener al monstruo (momento en que suena la marchita de Akira Ifukube);
  • Hace su aparición alguna civilización alienígena o monstruo. En el caso de los alienígenas, pueden a) mostrarse amistosos a la humanidad y prometer acabar con Godzila en un santiamén para después traicionar a los terrícolas y comenzar a invadirlos; b) saltearse toda la diplomacia del paso a) y pasar a la invasión directamente;
  • Hay una feroz batalla entre alienígenas / monstruos y Godzila, que culminan en la derrota del gigante verde;
  • Los alienígenas / monstruos se lanzan a una orgía de destrucción, pero resulta que Godzila revive y los destruye definitivamente.
  • Godzila detiene su paso de destrucción, y regresa a su morada, donde comprendemos que todo su accionar ha sido para defendernos (ha anticipado una amenaza, vino a resolverla y ahora se marcha).

Obviamente esta no es una lista rígida. Durante años Godzila ha jugado el papel de villano, tanto en el film original de 1954 como en, por ejemplo, las películas donde comparte cartel con Mothra la polilla gigante – donde Mothra pasa a ser el héroe -. Pero la tendencia de la serie es, desde hace muchos años, la que se resume en la lista.

Con toda la veneración y popularidad que presume Godzila, en 1998 llegó la demorada versión americana de manos de Roland Emmerich. Pero resultó ser un film terrible; tomaba algunos apuntes del original de 1954, pero lo inundó con personajes y diálogos espantosos, y remodeló la estética del monstruo hasta hacerle perder su identidad. El gran error de Emmerich es que desatendió la formula original de Godzila: los humanos no son protagonistas, sino simples relatores de los hechos, y a lo sumo realizan investigaciones que sirven para deducir las acciones del monstruo y transmitírselas a la platea. En cambio terminó por montar un circo de idiotas que se ocupaban de sus banalidades diarias antes que si a Nueva York la estaban demoliendo.

Por eso, en 1999, cuando los derechos regresaron a la Toho, vino la airada repuesta. Godzilla 2000 es el primer film de la denominada etapa Millenium, y es sin duda el comienzo de una nueva época de oro para la franquicia. Si en los 60 y 70 la saga creó su mundo de personajes, y en los 80 se dedicó a las remakes, en el 2000 se lanza a expandir la serie, elevando la calidad a niveles muy altos y reconstruyendo el mito (nuevamente es posible trazar los paralelismo con la evolución de la saga Bond). La Toho comprende ahora el valor de ícono de Godzila, y se dedica a realzarlo y explotarlo. El nuevo traje ahora se ve más feroz y expresivo. Los efectos especiales dejan su nivel de amateurismo, y pasan a un nivel de sofisticación y calidad que compite con las producciones americanas (aunque no en grado extremo). Se llama a una nueva camada de directores que han nacido con el monstruo, lo han admirado desde su niñez, y transmiten su veneración por el mismo en cada fotograma. Absorben los golpes de efecto de otras producciones, y las incorporan al universo del gigante verde. Y pulen la fórmula comic que ha venido gestándose en las últimas entregas previas de la saga.

Es por todo esto que Godzilla 2000 es un film glorioso para los fans. Hacía tiempo que el gigante verde no era filmado con tanto respeto. La primera aparición en Japón toma elementos de la presentación del monstruo en la versión 98 de Emmerich (con el yate en las mandíbulas de Godzila). También hay cosas de Jurassic Park (la persecución tras el jeep de Shinoda). Pero uno de los principales méritos del director Okawara (un veterano de segunda unidad de films previos de la serie) es devolverle majestuosidad a Godzila. El uso de planos generales lejanos o de perspectivas desde el suelo muestran al monstruo realmente enorme. El raid de Godzila sobre las plantas de energía – con la figura del monstruo arrasando la ciudad en el horizonte mientras Shinoda se aleja en la carretera – es una gloriosa versión technicolor de las secuencias de destrucción masiva que tanto impacto causaban en el film blanco y negro de Honda de 1954. Godzila es impresionante, se mueve lento, y se va mostrando de a poco, como corresponde con la presentación de un ícono. No está tan lejos de la presentación de un Terminator, un Bond o un Indiana Jones en sus respectivos filmes.

El otro tema que hacíamos referencia es el de los efectos especiales. No llegan a la altura de ILM, pero son realmente buenos. Hay un uso cada vez menor de simples modelos a escala – reemplazandolos por complejos collages de distintos tipos de FX – . La secuencia del bombardeo a Godzila con los F 15 en la bahía mezclan al clásico hombre en traje de goma con aviones y explosiones digitales, insertados en un plano aéreo real. Para quienes hemos seguido la serie, este es un momento de puro extasis. No sólo porque la secuencia sea intensa, sino porque se ve real. La Toho ha puesto toda la carne al asador, y despliega una parafernalia enorme y sofisticada de efectos que van desde una cabeza animatronic de Godzila – que le brinda más expresividad – hasta una versión CGI del gigante, que se usa en la escena en que nada bajo el agua (otro punch hacia la versión de Emmerich). Comparado con lo que se hacía hasta entonces en FX, esto es el Nirvana.

Y por supuesto, está el final que es apoteótico. Nunca una pelea de Godzila ha resultado tan gloriosamente filmada como el encuentro entre el OVNI, Orga (el nombre del monstruo que crean los alienígenas) y el gigante, arrasando rascacielos por doquier. Quizás lo que uno pueda echar en cara es que en algunas partes vuelven a notarse las maquetas de cartón (especialmente cuando hay autos en la escena, que parecen juguetes). Pero la secuencia la compensa con intensidad y virtuosismo. El revuelco de los gigantes, o cuando Godzila queda incrustado contra un rascacielos, es realmente un festival para los ojos.

Pero dejando de lado a los monstruos y alienígenas, la trama pierde por momentos su sentido. Uno a estas alturas asume que Godzila tiene algún tipo de entendimiento con los humanos, y que anticipa el futuro. Es posible que el raid sobre las plantas de energía tenga que ver con que Godzila se encuentra en la búsqueda de la fuente de energía que supone la nave espacial, y que ello lo haya despertado, pero el film nunca termina por explicarlo – uno lo deduce despues de varios filmes en que ve al gigante despertarse y dirigirse al encuentro de algo que aparece más tarde en la historia -. O cómo sabe que Katagiri, el líder del Centro de Inteligencia de Crisis, ha querido matarlo (y se cobra revancha sólo con él). Tampoco es claro cómo los alienígenas saben de Godzila y se van tras éste. Y si se encuentran tras el secreto de su capacidad de regeneramiento (e indestructibilidad), por qué no lo estudian durante el combate en la bahía.

Pero es un entretenimiento brillante y muy bien dirigido. Incluso en la trama que involucra humanos, es interesante sin profundizar (a fin de cuentas, son accesorios de la historia). En lo bizarro del concepto que da origen a toda la serie, Godzila 2000 es el apogeo de la fórmula, la versión más acabada de la misma. Lo único que cabría lamentar, es que al ser una producción mucho más cara y cuidada, las buenas recaudaciones no terminan de redituar todos los costos insumidos. Es por eso que tras cinco filmes con calidad similar o superior a éste (hasta Godzila: Final Wars de 2004), la Toho decidiera hacer un impasse con la saga.

LA SAGA DE GODZILLA

Los filmes de la saga de Godzilla son: Godzilla (1954), Godzilla Raids Again / Gigantis the Fire Monster (1955), Godzilla, Rey de los Monstruos! (1956), King Kong vs Godzilla (1962), Mothra vs Godzilla (1964), Ghidorah the Three-Headed Monster (1965), Monster Zero (1965), Godzilla contra los Monstruos del Mar (1966), Son of Godzilla (1968), Destroy All Monsters (1968), Godzilla’s Revenge (1969), Godzilla vs Hedorah (1971), Godzilla vs Gigan (1972), Godzilla vs Megalon (1973), Godzilla vs Mechagodzilla (1974), Terror de Mechagodzilla (1975), Godzilla 1985 (1984), Godzilla vs Biollante (1990), Godzilla vs King Ghidorah (1991), Godzilla vs Mothra: La Batalla por la Tierra (1992), Godzilla vs Mechagodzilla (1993), Godzilla vs Space Godzilla (1994), Godzilla vs Destoroyah (1995), Godzilla 2000 (1999), Godzilla vs Megaguirus (2000), Godzilla, Mothra and King Ghidorah: Giant Monsters All-Out Attack (2001), Godzilla Against Mechagodzilla (2002), Godzilla: Tokyo SOS (2003), Godzilla: Final Wars (2004), Shin Godzilla (2016), Godzilla: Minus One (2023). Godzilla (1998) es la versión americana dirigida por Roland Emmerich; Godzilla (2014) es el reboot norteamericano dirigido por Gareth Edwards. Godzilla II: El Rey de los Monstruos (2019) es su secuela. Godzilla vs Kong (2021) completa la saga. – ¿Qué es el Kaiju Eiga? es un artículo que reseña los inicios y la historia del género japonés de monstruos gigantes.