Crítica: El Monstruo Submarino (The Giant Behemoth) (1959)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 1958: Andre Morell (Profesor James Bickford), Gene Evans (Dr Steve Karnes), Leigh Madison (Jean Trevatharn), John Tumer (John), Jack MacGowran (Dr Sampson)

Director: Eugene Lourie, Guión: Eugene Lourie

Trama: Las playas de la costa de Cornwall en Inglaterra han amanecido infestadas de peces muertos y radiactivos. Junto con la extraña muerte de uno de los pescadores locales, las autoridades envian a un grupo de científicos a investigar. El Dr. Karnes se encuentra convencido que todo es fruto de las pruebas nucleares realizadas en el Pacífico, y teme que el efecto radiactivo afecte a criaturas más grandes, las cuales podrían crecer en tamaño. Y sus suposiciones se vuelven realidad cuando un dinosaurio gigante aparece en Londres, generando un sendero de devastación en la ciudad.

The Giant Behemoth El Monstruo Submarino viene de la mano de Eugene Lourie, quien fundara el género de monstruos atómicos en 1953 con The Beast From 20.000 Fathoms. Aquí Lourie escribe el libreto, copiándose de The Beast … casi al pie de la letra; sólo cambia la forma del monstruo y el escenario – que pasa a ser Inglaterra -, pero incluso la resolución del clímax es similar – un disparo certero a la boca de la criatura con algún dardo especial que resulta ser el único medio de eliminarlo -.

Siendo estrictamente rutina, The Giant Behemoth no es tan terrible como uno puede suponer. Es competente aunque no original. Hay un apasionado discurso inicial de Gene Evans sobre el peligro de la dispersión de la radiación, la cual se propagaría al resto de las especies que se van alimentando de animales más pequeños. Desde ese punto de vista, el filme funciona como un alegato ecológico en una época en que esa palabra – ni el concepto – existía.

La película cobra algo de impacto con el hecho de que la criatura genera un aliento radiactivo. Al contrario que Godzilla – que arrasaba todo -, su aliento derrite a los objetos y las personas, y produce un efecto más escalofriante que la simple devastación masiva. La animación es muy buena a pesar de las críticas históricas que hay en su contra, mencionando a la animación stop motion de un semijubilado Willis O´Brien (el creador de King Kong) como un factor mediocre; por el contrario, la inserción de la criatura sobre proyecciones traseras, la iluminación y los planos están hechos con gran calidad. Lourie no será un gran artesano ni O´Brien estaría en su mejor momento, pero demuestran tener buen gusto. Incluso en la posterior Gorgo, a pesar de lo ridículo de la criatura, Lourie daba muestras de talento para crear excitantes escenarios de destrucción masiva.

El problema es que, pasado el incidente de los pescados muertos en Cornwall, el filme se clava de nariz hasta el final. El segundo acto es definitivamente plomizo y excesivamente dialogado, posiblemente porque el guión debía compensar con algún relleno el escaso presupuesto para efectos especiales, reservádolos sólo para el final. Cuando llega el clímax uno se despabila, pero en el medio se ha pegado una linda siesta.

The Giant Behemoth es sólo para incondicionales del género de monstruos atómicos como yo. Me trae recuerdos de mi niñez, hay algunas escenas interesantes, pero para el resto del mundo es aburrida y lenta. La acción llega recién al final del filme y resulta algo tarde como para compensar la morosidad del resto de la trama. Simplemente es rutinaria y medianamente competente.