Crítica: El Superagente F 86 Maxwell Smart – Get Smart (1965 – 1970)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1965 – 1970: Intérpretes: Don Adams (agente 86 Maxwell Smart), Barbara Feldon (agente 99), Edward Platt (el jefe), Bernie Kopell (Siegfried), Dick Gautier (Hymie), Robert Karvelas (Larabee), Victor French (agente 44),

Productor: Leonard Stern y Arne Sultan – Creada por Mel Brooks y Buck Henry – Musica: Irving Szathmary

138 episodios emitidos entre setiembre 1965 y setiembre 1970. Producida por la cadena NBC las dos primeras temporadas, y por la CBS las dos últimas.

La serie contó además con una película para cine (The Nude Bomb – 1980), el telefilm reunion Get Smart Again (1989), y un fugaz intento de reciclar la serie con Get Smart 95, con Andy Dick como el hijo de Smart, 86 como el nuevo jefe de CONTROL y 99 en el puesto de senadora. Get Smart 95 solo duró 7 episodios.

Trama: Como última línea de defensa del mundo libre, se encuentra la agencia de inteligencia CONTROL. Su misión será mantener a raya los planes de dominación mundial de la terrorista KAOS, y para ello cuenta con un elenco de agentes altamente entrenados pero increíblemente torpes. Entre ellos, se destaca su principal espía: el agente 86 – Maxwell Smart – que acompañado por la cerebral agente 99, triunfarán en sus misiones gracias a su habilidad como agentes secretos … y a una inmensa dosis de suerte.

Critica: El Superagente F 86 Maxwell Smart - Get Smart (1965 - 1970)

En el fugaz mundo de la pantalla catódica, donde las series nacen y mueren a velocidad supersónica sin que alguien se entere, es poco frecuente encontrar hits que reciban el status de culto. Muchas veces una serie reina en los ratings, pero después de cinco años de cancelada, nadie la recuerda. Tanto Baywatch como Miami Vice resultan éxitos de su tiempo, pero se trata de una televisión carente de valores y meramente pasatista, no de series que hayan pasado a la cultura popular. Pero cuando una serie explora nuevos caminos con cierta calidad, instantáneamente se convierte en objeto de adoración. Muchas series se han vuelto de culto con el paso de los años, especialmente con la sindicalización (re emisiones de la misma después de su cancelación, en otras cadenas de TV). Sea por errores de marketing o por la lentitud del boca a boca, hay muchas series que sólo se han re-descubierto con el paso de los años, como p.ej. The Prisioner, o el caso típico de Star Trek, que en su vida póstuma se volvió un fenómeno mundial. Pero en general, es muy difícil intuír cuándo una serie televisiva se volverá un boom: muchas series de calidad perecieron bajo el peso de las mediciones de audiencia antes de completar su primera temporada, y mucha basura ha proliferado años enteros a pesar de su baja calidad (Dallas, Dinasty).

Get Smart sin duda podría haber sido un producto descartable que nació y murió en los 60, a la sombra de la Bondmanía que explotó en el mundo como consecuencia de Goldfinger (1964). Sin embargo, estamos en el 2005 y continuamos hablando de la serie, y en la TV por cable se sigue re-emitiendo con considerable éxito. Al igual que los cortos de The Three Stooges, en Sudamérica Get Smart se ha vuelto un producto de frecuente re emisión, incluso antes de la llegada del cable. Y siempre con interesantes ratings.

Cuando un producto cautiva a generaciones, hablamos sin duda de un clásico. Mas allá de la decadencia del género de espías – tal como era concebido en los 60 – , Get Smart posee un humor inteligente y atemporal. El humor en la gente varía según las épocas, y en buena parte gracias a la evolución cultural. Sin embargo, la chispa de Get Smart resiste al tiempo. ¿Cómo puede ser esto?.

Para buscar el por qué las aventuras de Maxwell Smart cautivan a los hijos y nietos de los originales televidentes de la década del 60, quizás debamos indagar en otro referente que comparte la misma esencia con Smart, y es el inspector Closeau de la serie de films The Pink Panther. Smart y Clouseau son esencialmente burócratas, agentes del estado obsesionados estúpidamente con el manual. Y que creen que por su cargo y entrenamiento obtienen autoridad y habilidad para resolver cualquier cosa, incluso aquellas que desconocen. O de tener la respuesta para todo. En el fondo son necios petulantes e infantiles, que insisten en hacer las cosas a su manera, pero son terriblemente torpes y terminan haciendo desastres. Y muchas veces terminan por resolver sus misiones por pura casualidad, incluso contra toda la sarta de burradas que han cometido. Además, al igual que Closeau, Smart es un hombre de aspecto realmente serio e imperturbable, que cuando abre la boca o se pone en movimiento demuestra su naturaleza ignorante y destructiva, ante la mirada atónita de los demás. Y en innumerables ocasiones esa inercia de hacer mal casi todas las cosas termina por salvarle la vida – un gaffe, una caída, los salvan de las balas o las dagas dirigidas hacia él en el momento justo -.Engreídos y torpes pero de buen corazón, quizás sea su magnetismo al desastre lo que más nos cautive. Al igual que Willie E. Coyote, intentando infructuosamente cazar una y otra vez al correcaminos, siempre fallando y sobreviviendo a las trampas que se vuelven hacia él.

Get Smart nace en la NBC de la mano de los productores Dan Melnick y Leonard Stern, buscando una serie cómica que parodiara a James Bond. En principio se acercaron a Mel Brooks. Brooks solía, en ese momento, desarrollar rutinas cómicas para varios shows de la TV, en especial los shows de Sid Caesar. Pero era bastante anárquico en cuanto a métodos de trabajo – odiaba escribir, prefería improvisar ideas -. Previendo no llegar a ningún lado, contactaron además a Buck Henry. Henry es una fuerza creativa que ha estado tras hits como The Graduate (1967) o What´s up, Doc ? (1972); y hablando de Brooks, las presentaciones sobran – Young Frankenstein (1974), Blazing Saddles (1974), The Producers (1968), por mencionar algunos de sus hits -. En ese momento Brooks y Henry tenían sus orígenes en la tradicional comedia stand up norteamericana, la cual era fuente frecuente para encontrar nuevos talentos televisivos. Y también de ese circuito saldrían varios nombres del casting de Get Smart, como el de Don Adams.

El caso de Adams debe ser uno de los mas ejemplares de los que un papel termina encasillando al un actor. Un comediante talentoso, generalmente formando rutinas con su amigo Bill Dana (el famoso José Jimenez de The Steve Allen Show y The Bill Dana Show), al cual a los 40 años le parecía que el éxito y la fama le habían resultado esquivos. Ciertamente cuando participa en el Show de Dana como un torpe detective privado – Byron Glick – termina por opacar a su amigo (Glick es esencialmente un Smart en estado fetal). Y la gente de la NBC toma nota de esto. La cadena le ofrece Get Smart pero lo rechaza inicialmente, y recién aceptará después de enterarse que Mel Brooks está detrás de los guiones. Después de la serie, Adams intentaría otros pasos de comedia con algunas series fallidas; pero la sombra de Smart oscurecerá cualquier intento durante el resto de su vida. Encontraría esporádicos éxitos en la dirección de cortos comerciales (ganaría varios Clios), y prestando su voz al dibujo animado del Inspector Gadget – otro dibujo que era una mezcla de Inspector Closeau, Maxwell Smart y Robocop – . Pero el éxito que le interesaba – como actor y comediante en persona – nunca volvería a él en la misma intensidad del período 1965 – 1970. Y entre su ego lastimado, su frágil salud y su inestable vida personal – tres matrimonios tormentosos -, amén de enormes temporadas de inactividad, harían mella en el actor, que fallecería en el corriente año.

Regresando a la historia de la serie, especialmente al caos creativo inicial de Get Smart, el papel es pensado para Tom Poston, pero la cadena insiste con Adams – que lo tiene bajo contrato -. Después de muchos borradores, la serie carece de piloto y los plazos se terminan para mostrarle a los ejecutivos de la cadena algún fragmento de los que sería Get Smart. Mal de tiempos, los productores solo atinan a filmar un corto que es prácticamente la secuencia de inicio de la serie (Adams caminando hacia la cabina telefónica mientras varias puertas se abren). Y la cadena – intrigada por el corto -, da luz verde al proyecto por una temporada – que se extendería a cinco, aunque alternando a mitad de camino con la CBS.

El éxito le sonríe a la serie; y como todo éxito, comienzan las pulseadas en los sets y en las oficinas gerenciales. Brooks desaparece del show (aporta el nombre del personaje, el zapatófono y algunos conceptos iniciales) al poco tiempo, y Henry se irá en la tercera temporada (él inventa, entre otras cosas, el memorable cono del silencio). Adams pelea con los guionistas y va tomando control de la serie – escribiendo y dirigiendo muchos capítulos -; esto es algo típico en la series norteamericanas. Sin embargo la fuerza creativa que se mantiene todo el tiempo es Leonard Stern, que le da cierta continuidad de calidad a la serie. Pero a pesar del suceso, de los reconocimientos (Adams gana el record de tres Emmys durante el transcurso de la serie), los ratings se debilitan y la NBC la cancela en 1969. Antes del fin, Melnick contacta a la CBS, que televisa los dos ultimos años de la serie. Quizás hayan sido la cantidad de cambios – en la penúltima temporada Smart se casa con 99, y en la última tienen mellizos; no está más el némesis de 86, Siegfried; los guiones vienen más flojos -, o los forcejeos creativos tras banbalinas, pero el tema es que la serie no sobrevive al año 1970 en la cadena.

La mecánica de la serie era bastante simple; algo que entrara en pocos minutos de filmico y con escasos decorados. Y generalmente centrado en cosas rutinarias del espionaje. Recuperar algún dispositivo, descubrir traidores, infiltrarse en el enemigo. Nunca un esquema demencial de dominación mundial. Pero la serie, aún con su corto presupuesto y su manufactura industrializada, se podía dar el lujo de parodiar a Bond, aunque fuera en detalles. En uno de los capítulos, Smart se infiltra en la base de CONTROL para descubrir un traidor; y uno de los requisitos de entrenamiento es el lanzamiento de sombrero guillotina – al estilo Oddjob en Goldfinger – … que 86 lanza y termina por darle a un indefenso vecino. O el asiento eyector de su cupé – que anda mal, y se dispara cuando quiere – . Y también podía darse el lujo de parodiar a otro éxito televisivo – The Man from UNCLE -. El jefe, 86 y 99 no eran mas que Waverly, Solo y Kuryakin transplantados a un nivel de torpeza extrema.

Pero el éxito de la serie no descansaba sólo en parodiar a James Bond; era un cóctel de buenos ingredientes, comenzando por el carisma de Adams. Pronto Adams insertaría sus propias rutinas (en situaciones desesperadas, inventaría que una fuerza de apoyo estaría por llegar; pero las cifras que solía mencionar eran descomunales, lo que le daba pie al latiguillo: “¿Me creería si le dijera que … ?, y empezaba a rebajar la cantidad de efectivos que podrían rescatarlos), frases que pasarían a la cultura popular. Y además de la excelente química con Barbara Feldon. Smart era el nene malcriado, 99 era la mujer que lo traía a la realidad (aunque tampoco era demasiado brillante), y el Jefe, que era una figura paternal de infinita paciencia frente a los disparates que solía hacer el agente 86. Sin mencionar, por supuesto, al resto de los personajes: Hymie – el agente robot -, el agente 44 que solía pasar mensajes a Max, disfrazado como buzón, poste de luz, sofá u otros lugares impensables; Siegfried, que era un Smart volcado al lado oscuro; Larabee que era el único agente más torpe que Max, y un largo etcétera.

Después de la serie, hubo tres intentos para reflotar el personaje. El primero fue la bochornosa The Nude Bomb, con la cual Smart llega a la pantalla grande.

The Nude Bomb es un Smart transvestido. No participa el Jefe (Platt había fallecido) ni tampoco se tomaron la molestia de llamar a Barbara Feldon. Y si bien el guion original era de Stern y Henry, las manos de otros autores y del director desvirtuaron totalmente el proyecto. No sólo el problema de pasar una serie menor de una hora a 90 minutos hacía que la anécdota resultara excesivamente extendida, sino que el escaso presupuesto se veía mejor en la TV que en la pantalla grande. El nuevo jefe que compone Dana Elcar parece un impostor y carece de gracia; se añade a Silvia Krystel en un papel lamentable – Krystel puede emanar sensualidad, pero es una pésima actriz – , y el papel de villano de Vittorio Gassman – gran actor si los hay – es un bochorno. Villano loco que inventa una bomba para desnudar a la gente y vestirla con su marca de ropa no es lo que se dice una idea brillante. Entre comedia muy chata y decorados de cartón, lo más piadoso que puede decirse es que es lamentable.

Habría que esperar a 1987 para que el Super Agente 86 volviera con un film digno; en este caso, el telefilm reunión Get Smart Again !. Escrito por Stern, es un regreso con clase. Ciertamente no posee demasiadas cosas originales – recicla muchos gags de la serie -, pero tiene la esencia Smart y es divertido. Recupera a Siegfried y toda la gama de personajes – 99, Larabee, Hymie – . Pero tomado como prueba piloto para un relanzamiento de la serie, falló en las encuestas. Igual es un esfuerzo nada despreciable.

Pero la sepultura del proyecto para revivir la serie estaría dado en 1995 por la abominable Get Smart 95. Smart pasa al cargo del jefe, 99 es senadora, y la serie se centra en las banalidades de Zach, el hijo de 86, interpretado por el bizarro Andy Dick. Si el personaje de Adams se basaba en cierta pomposa y ridícula formalidad y seriedad del agente, Dick no entiende lo que es una actuación medida. Será acompañado por un émulo de 99, la agente 66. Pero ninguno de los creativos originales participó de la serie, que terminó por hundirse después de siete episodios. Entre la chocante comedia de Dick, la participación de Adams y Feldon como cameos extendidos en su propia serie, y los problemas de Adams para retener sus líneas – que hacía que las filmaciones fueran eternas -, era obvio que el proyecto estaba condenado al fracaso.

Actualmente se menciona un proyecto 2006 con Steve Carrell – que da bien el tipo de Smart -. El tema es ver si respetan la esencia minimalista de Smart, o lo envían a salvar al mundo al mejor estilo Bondiano – o una bizarra imitación de Austin Powers – . Pero el agente 86 se basaba en cero efectos especiales, y cien por ciento en un buen guión y buenos intérpretes. Habrá que ver.

MAXWELL SMART, EL SUPERAGENTE F 86

Las reviews de este portal sobre el agente Maxwell Smart son: La serie de TV Get Smart (1965 – 1970); el telefilm reunión Get Smart, Again! (1989) y la adaptación para la pantalla grande El Superagente 86 (2008