Crítica: Geostorm (2017)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2017: Gerard Butler (Jake Lawson), Jim Sturgess (Max Lawson), Abbie Cornish (Sarah Wilson), Alexandra Maria Lara (Ute Fassbinder), Daniel Wu (Cheng Long)

Director: Dean Devlin – Guión: Dean Devlin & Paul Guyot

Trama: Debido al calentamiento global, naciones de todo el mundo se han unido al programa Niño Holandés, creando una red de satélites capaces de estabilizar la atmósfera en cualquier parte del globo donde se lo necesite. Pero el Niño Holandés se ha salido de control y ahora cada una de sus unidades produce, al azar, fenómenos glaciales u oleadas de calor calcinante sobre distintas zonas de la Tierra. Jake Lawson, otrora diseñador del programa, ha sido llamado para remediar el problema y deberá trabajar en conjunto con su hermano Max, con quien se encuentra peleado desde hace años. Pero la desesperación – y la perspectiva de que el Niño Holandés genere un fenómeno atmosférico de proporciones apocalípticas – pondrá a los hermanos a trabajar codo a codo para resolver la emergencia antes de que sea demasiado tarde para toda la humanidad.

Arlequin: Critica: Geostorm (2017)

Hiperestúpida. Esa es la mejor definición de la atroz opera prima de Dean Devlin, ex socio de fechorías de Roland Emmerich, y un tipo que está convencido que tiene talento. Y mientras que Emmerich es otro criminal suelto en Hollywood, al menos la mitad de las veces se da maña para crear cosas entretenidas o secuencias de acción potables. Pero Devlin es un mono con navaja; es el responsable de las peores líneas de Godzilla 1998, de las bromas fuera de lugar de Dia de la Independencia, de los faraones alienígenas de Stargate… y ahora se ha lanzado a imitar a su par alemán, sólo que con un bodrio que parece una película de Syfy obscenamente sobreproducida. Diálogos idiotas, malas actuaciones, respeto cero por las mas mínimas leyes de la física, y un argumento que amenaza volverse en una inintencional comedia camp pero termina siendo un largo y costosísimo bostezo que insulta la inteligencia de la audiencia cada vez que puede.

¿Se acuerdan de Gravedad (2013) – esa gran película donde Sandra Bullock quedaba atrapada en el espacio y los restos de la explosión de su transbordador circulan de manera imparable alrededor de la estratósfera, amenazando con pulverizarla cada tantos minutos -?. Eso se llama síndrome Kessler y en teoría indica que una explosión en el espacio puede generar tanta metralla autopropulsada que demoraría años en detenerse – haciendo imposible los viajes especiales durante muchas décadas -. Al parecer Devlin no vio Gravedad ni siquiera leyó el libro gordo de Petete – y le importan tres pitos que la masiva estación espacial internacional explote por los aires o que los millones de restos lanzados como metralla al vacío no pulvericen el resto de la gigantesca red orbital que rodea a la Tierra y que sirve para controlar el clima. Digo: las estupideces científicas abundan y algunas son tan groseras que hasta un lego en Física es capaz de darse cuenta de ello.

Toda la masiva red de satélites ha costado una ponchada de billones de dólares – ¿no era mas barato reconvertir las fábricas de todo el mundo en industrias limpias y hacer que todo la gente use coches eléctricos? – y ha sido diseñada por un solo hombre – Butler, pasado de botox, lo que lo hace ver como la versión irlandesa de Popeye -. Aún sabiendo que es un tipo indispensable, al flaco lo ponen a hacer las tareas mas arriesgadas – rescatar pedazos de satélites perdidos, lidiar con saboteadores armados hasta los dientes, esquivar letales brazos mecánicos salidos de control – y a nadie le importa un pepino. Incluso el muy estúpido se le ocurre poner un mecanismo de autodestrucción en la única herramienta que posee la humanidad para evitar que el planeta quede como un pollo rostizado. Y claro, el villano apreta el botón rojo… lo cual suena tremendamente idiota si uno piensa que el malvado no tiene otro planeta a donde escaparse, y que la Tierra va a quedar tan arruinada que aún cuando quede una sola ciudad en pie, la misma va a ser acosada por masivas tormentas fruto de las gigantescas inundaciones y cambios climáticos que los muy imbéciles han desatado sin pensar.

Como todos los filmes de Devlin, los personajes reaccionan de la manera mas desubicada en las circunstancias mas cruciales (se acuerdan de Matthew Broderick preocupado por la idiota de su novia mientras Godzilla arrasaba medio Manhattan??). Acá el palurdo de turno es Jim Sturgess, el cual se ve como el hijo de Butler (no como su hermano) y se ríe o piensa en echarse un polvo antes de escuchar al pobre científico chino que acaba de decirle que hay una conspiración en ciernes para tomar el control de la red mundial de satélites que manipulan el clima del planeta. Las destrucciones planetarias abundan hasta aburrir, y los villanos son previsibles por una cuestión de ver los nombres importantes del cast que sobreviven a las catástrofes de turno. Oh, si, y el clímax es soberanamente estúpido.

Geostorm debe de ser de las peliculas mas espantosas que yo haya visto en toda mi vida. De esos filmes que te indignan y te hacen preguntar en qué cacso estaban pensando los responsables de esto cuando lo escribieron… o quienes fueron los monos con chequera que le dieron la plata para concretarlo. Como decían un crítico de RottenTomatoes, Geostorm hace que Angeles y Demonios parezca una buena película… una comparación atroz que nunca pensé estar vivo para poder confirmarla.