Crítica: Firefox, el Zorro de Fuego (1982)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 4/5: muy buena USA, 1982: Intérpretes: Clint Eastwood (Mitchell Gant), Freddie Jones (Kenneth Aubrey), David Huffman (Buccholtz), Warren Clarke (Pavel Upensky), Nigel Hawthorne (Pyotr Baranovitch), Ronald Lacey (Semelovsky), Dimitra Arlis (Natalia), Kenneth Colley (Coronel Kontarsky)

Director: Clint Eastwood- Guión: Alex Lasker & Wendell Wellman, basado en la novela homónima de Craig Thomas

Trama: Los soviéticos están realizando los últimos tests a un caza experimental conocido en nombre clave como Firefox. Las ventajas tácticas del Firefox son enormes – supera el mach 6 de velocidad, es indetectable al radar y su avanzado sistema de armas es operado por el piloto a través de un casco que lee sus ondas cerebrales -, y los servicios de inteligencia occidentales lo consideran una grave amenaza a su seguridad nacional. Por ello reclutan al ex piloto Mitchell Gant, que habla fluídamente ruso y tiene práctica de sobra en el manejo de aviones soviéticos. Pero la misión cuenta con enormes dificultades: Gant padece ataques de pánico desde la última guerra, amén de que los soviéticos están en alerta sobre los planes americanos y han reforzado las medidas de seguridad al extremo. Y todo parece indicar que la tarea de Gant es imposible: infiltrarse hasta la secreta base militar rusa y robar el prototipo del Firefox.

FirefoxSinceramente no sabría muy bien dónde ubicar a Firefox. El filme de Clint Eastwood tiene por igual cantidad dosis de thriller de espionaje y ciencia ficción, así que cabe tanto reseñarlo aquí como en nuestro portal de cine fantástico Arlequin. Pero, al momento de evaluarlo, terminé por considerarlo como el abuelo de La Caza al Octubre Rojo. El argumento es casi idéntico – el robo de un prototipo militar soviético; hordas de fuerzas rusas persiguiéndo a la nave para destruirla -, y hay un fuerte componente de espionaje. Gant no será Bond, ni siquiera Jack Ryan, pero debe escabullirse de avalanchas interminables de agentes de la KGB para llevar a cabo su misión.

En sí, Firefox podría considerarse como un pequeño clásico. Sobre su molde vendría una oleada de clones mayormente televisivos como Relámpago Azul y Airwolf – además de otras películas mediocres como Black Thunder (1998) y el vehículo de Steven Seagal Flight of Fury (2007), amén de la excelente y ya mencionada The Hunt for Red October -, en donde se crean naves devastadoras, alguien se las roba, mueren los científicos que la inventaron, y el aparato queda en manos de algún justiciero o poder políticamente correcto. Mientras que usualmente semejante premisa cae dentro del rubro de acción sin muchos miramientos, aquí Eastwood se despacha con un thriller bastante tenso durante la primera mitad de la película. Y cuando el americano llega al avión, comienza el festival de los efectos especiales. O sea, es un espectáculo bastante completo.

Pero Firefox es una bolsa de gatos que mezcla enormes aciertos con pifias terribles. La mezcla de géneros no me termina de cerrar – es como si fueran dos películas muy diferentes forzadas a convivir en el mismo metraje -. Cada una de ellas es muy buena en sus propios términos, pero implica un cambio de tono radical a mitad de la partida. En sí el thriller de Guerra Fría es bastante bueno – hay varias sorpresas en el camino que debe recorrer Clint Eastwood hasta llegar siquiera a apoyar un pie en la base soviética -, pero tiene dos o tres errores terribles. El primero y más notorio, es la terrible elección de Freddie Jones como el oficial británico de inteligencia. Es una performance sideralmente atroz – mezcla de sobreactuación y falta de seriedad para todo el asunto -, que choca fuertemente con la solemnidad con la que el resto de los intérpretes toman sus roles y el tema del filme. Cada vez que Jones aparece en pantalla es tan agradable como un forúnculo gigante en la región anal. Así de simple.

A esto se suman otras fallas que son relativamente menores. Desde el desgastado cliché del stress de guerra – me parecía estar viendo a Robert Hays en ¿Y Dónde Está el Piloto? -, pasando por toda la saturada rutina de los controles de documentos que el protagonista debe pasar, hasta la ineptitud de la KGB para concluír qué está haciendo un piloto americano en Rusia cerca de su base militar secreta. Hubiera sido preferible decir que el personaje de Eastwood era un tipo normal que empieza a espantarse por las decisiones brutales que la misión le obliga a tomar (o a presenciar) en vez de la cantinela del trauma bélico. También queda bastante artificial el hecho de que la KGB se lanza tras Eastwood a partir de una investigación paralela sobre el núcleo de espías que lo ayuda, en vez de ir deduciendo sobre la presencia de un yanqui en territorio rojo. Ciertamente son mayores los aciertos que las pifias, pero cuando Firefox mete la pata lo hace realmente mal.

Con lo cual llegamos a la segunda película, que es la de acción. Allí las cosas ganan en adrenalina y, aunque a veces los FX son algo desprolijos, terminan siendo efectivos. Está John Dykstra de Star Wars en el apartado efectos especiales, con lo cual son mayoritariamente de calidad. El problema es que Eastwood es dispar en cuanto a dirigir acción – hay secuencias sensacionales como el cruce del avión sobre los Urales, o el aterrizaje en el hielo; pero al momento del duelo final, le resulta imposible montar una excitante coreografía de combate aéreo -. El otro detalle de esta segunda parte es la catarata de diálogos de stock entre los altos jerarcas soviéticos. Las recriminaciones entre el secretario de estado y el comandante de la fuerza aérea no terminan por demostrar la inteligencia que correspondería a hombres que ocupan semejante cargo.

Firefox es despareja, con momentos brillantes y otros muy opacos. Entretiene, aunque la porción de thriller de espionaje a veces se hace algo larga. No es un producto típico de Clint Eastwood, pero definitivamente se deja ver.

4 CONNERYS: El abuelo de La Caza al Octubre Rojo. Dos películas en una: un thriller de espionaje y un filme de ciencia ficción. Hay un puñado de desprolijidades importantes, pero son mayores los aciertos y termina siendo disfrutable.