Crítica: Festín Diabólico 2 (Feast II: Sloppy Seconds) (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2008: Jenny Wade (pastelito), Clu Gulager (cantinero), Diane Goldner (motoquera), Martin Klebba (trueno), Carl Anthony Payne II (recortador), Tom Gulager (Greg), Hanna Putnam (secretos)

Director: John Gulager, Guión: Patrick Melton y Marcus Dunstan

Trama: Una motoquera llega a la cantina ubicada en medio del desierto, en donde la noche anterior los monstruos habían provocado una matanza. Ella es la hermana gemela de la ladrona a quien Bozo había utilizado como cebo para las criaturas. Ahora ha encontrado al cantinero y lo presiona para que le diga el paradero de Bozo. Sospechando que se encuentra en el pueblo próximo, ambos parten para ese lugar. Pero al llegar encontrará que el poblado ha sido arrasado por los monstruos y unos escasos sobrevivientes se refugian entre las ruinas. La pandilla de las motoqueras, el cantinero, un par de luchadores de catch enanos, un vendedor de autos, su mujer y su amante quedarán atrapados en medio de una orgía de muerte. Y su única esperanza reside en poder llegar vivos hasta la cárcel del pueblo, el único lugar fortificado que queda en pie y donde pueden resistir los ataques de las criaturas.

Festion Diabolico 2 Con el éxito de Festín Diabólico era lógico que rápidamente se pusiera en marcha una secuela. En este caso son dos, rodadas al mismo tiempo y directo a video. Feast II: Sloppy Seconds es la primera de ellas, y regresan los creativos así como algunos actores de la original.

Ahora no quedan dudas de que el clan Gulager ha tomado las riendas de la franquicia. Está el director John, su mujer Diane Goldner (que regresa como la hermana gemela de su personaje de la primera entrega), papá Clu y se suma el hermano Tom. La secuela sigue el mismo patrón que la original – monstruos sangrientos y sexópatas, personajes bizarros, humor negro, matanzas extremadamente gráficas -, pero algo se ha perdido en el camino. Definitivamente Feast II no tiene el mismo encanto que la primera.

El problema pasa por la primera hora, que es extremadamente irregular. La presentación de los personajes ha perdido su sarcasmo y, en vez de carteles con breves y ácidas acotaciones, hay pequeñas secuencias de video en donde ellos mismos se presentan… pero termina por perder efectividad. Otra cosa que falla es que los caracteres empiezan a hacer cosas estúpidas o exageradas – la búsqueda implacable de Bozo, que es ilógica teniendo en cuenta que el pueblo está infestado de monstruos; el descubrimiento de pastelito, la rubia tonta que se escapaba y dejaba a todos aislados en Feast, que da lugar a una excesiva paliza por parte de Clu Gulager; el duelo a la mexicana con otros sobrevivientes, que motiva una masacre disparatada -, y la mayoría de las nuevas incorporaciones no tienen el mismo carisma que la mayoría de los personajes que el primer film tenía. Para colmo John Gulager se empeña en filmar escenas cada vez más revulsivas, como la autopsia de una de las criaturas que termina con un baño de fluidos de todo tipo para los presentes. Esa secuencia – que debería ser graciosa – termina por resultar chata, y en realidad provoca que la mayoría del público vomite lo que comió el mes pasado.

Los excesos de vómitos, tripas y asquerosidades diversas en que incurre el filme caen en el mal gusto, simplemente porque el director no pudo / no supo crear un clima en que ello podría resultar festejable. Chanchadas así ocurrían en Feast, pero al menos eran cómicas. Acá el libreto no sabe muy bien para donde disparar – la primera hora es muy violenta y poco cómica, pero tampoco está bien filmada como para tomársela en serio -. Y la película recién recupera el sabor de la original cuando tiene lugar la bizarrísima escena del rescate del bebé. Entre las lesbianas (que Gulager se empeña en bañarlas de fluidos masculinos cada vez que puede), los enanos, y la secuencia del bebé, no hay otro filme que sea más políticamente incorrecto en los últimos tiempos que Feast II: Sloppy Seconds. A partir del seudo rescate – hay que verlo para creerlo -, la cosa se pone disparatada y cómica en un sentido muy negro. Y las observaciones de Clu Gulager son impagables.

El otro problema con la película es que queda trunca, con el final abierto. Otra vez un ñanga pichanga, al cual le faltaba el título de “continuará” (o “compren la secuela el mes que viene para ver cómo termina”). Es un alevoso engaño comercial pensado para asegurar la venta de la tercera parte. Pero así no es como debe hacerse cine, sino que hay que darle al público historias con inicio y final.

Mi consejo es que si le gustó Feast, entonces Feast II: Sloppy Seconds le parecerá mucho menos inspirada aunque es bastante entretenida. Si la renta, la compra o la descarga (ejem!), tenga una bolsa de papel a mano. Hay varias secuencias no aptas para estómagos sensibles. Lamentablemente el director intenta compensar con ello la ausencia de la creatividad que nos había sorprendido en su primera entrega.

FEAST

La saga de Festin Diabolico (Feast) se compone de: Feast (2005), Feast 2; Sloppy Seconds (2008) y Feast 3: The Happy Finish (2009)