Crítica: Far Cry (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Alemania / Canadá, 2008: Til Schweiger (Jack Carver), Emmanuelle Vaugier (Valerie Cardinal), Natalia Avelon (Katja Chernov), Michael Paré (Paul Summers), Craig Fairbrass (Parker), Udo Kier (Dr. Krieger), Ralf Moeller (Max)

Director: Uwe Boll, Guión: Masaji Takei, Michael Roesch & Peter Scheerer, basados en el juego homónimo de Crytek

Trama: La periodista Valerie Cardinal ha perdido contacto con su tío Max, que es un militar apostado en una isla donde se desarrollan experimentos secretos. Pero estos resultan ser ilegales, y Valerie piensa ir al lugar para obtener todos los datos y publicarlos en su diario. Para ello contrata a Jack Carver, un ex comando que se desempeña como conductor de barco en una localidad cercana a la zona. Pero al llegar a la isla, son emboscados y el barco resulta destruído. Ahora Jack y Valerie deberán ubicar a Max mientras lidian con los indestructibles soldados mutantes que ha desarrollado el Dr. Krieger y que se encuentran libres en la isla.

Far Cry Far Cry es una saga de juegos que se iniciaron en el 2004 y son desarrollados por la firma alemana Crytek. Han tenido un notable suceso, si bien no es una franquicia que haya alcanzado los niveles de popularidad que Doom, Quake o Tomb Raider. La particularidad de Far Cry (llanto lejano) era que utilizaba un engine 3D espectacular, que por primera vez trasladaba con absoluto realismo la acción de los juegos en primera persona a los escenarios de las junglas tropicales. Allí el agente secreto Jack Carver tenía que ubicar y destruir un laboratorio clandestino donde se habían creado horripilantes mutaciones.

Y como la inmensa mayoría de videojuegos llevados a la pantalla grande, nuevamente Uwe Boll volvió a meter las manos en la masa. Boll es un director de culto, aunque no en el buen sentido de la palabra; se ha especializado en llevar al cine adaptaciones de videogames, usualmente con resultados lamentables. Bloodrayne, Alone in the Dark, Postal y House of the Dead son algunos de los títulos que figuran en su prontuario; y si bien muchos lo tildan de ser el peor director de cine actualmente en actividad, en realidad Boll no es tan tan malo y ha demostrado ser un tipo formidablemente inteligente. Aprovechando una promoción que el gobierno alemán le brinda a la industria cinematográfica (que le repone hasta el 75% de costos de producción), Uwe Boll se ha hecho de generosos presupuestos para generar filmes mayormente mediocres que terminan por resultar rentables a la larga. A lo sumo el problema con Boll es que genera filmes de calidad para cable con presupuestos y estrellas propias de cine clase A. Y en las últimas películas ha empezado a aprender de sus errores y han terminado resultando mayormente potables.

Y ese es el caso de Far Cry. Aquí sólo hay un par de similitudes con el juego – el nombre del protagonista, la isla como escenario, los experimentos genéticos como desencadenantes de la situación -, pero el resto toma vuelo propio. En vez de monstruos hay soldados genéticamente alterados (lo que resulta mas barato para los efectos especiales) y Carver es un ex comando que vive haciendo changas de barquero en la costa cercana.

Far Cry tiene la misma eficiencia que Emilio, un personaje secundario del filme que hace las veces de comic relief. El 65% de las veces acierta y es gracioso, y el 35% la pifia mal y feo. Como Carver está Til Schweiger – el piloto alemán de Driven (2001) con Sylvester Stallone -, que no es muy bueno con las one liners, pero le pone actitud y simpatía al personaje. Como villano invitado está Udo Kier, en un rol que puede hacer incluso dormido. Como el 90% del cast es alemán (para hacerle el honor a la gente de Crytek) también está Ralf Moeller, el mismo de la serie de TV Conan (1997 – 1998), que aporta los músculos que su papel precisa. Pero del otro lado está el elenco femenino, que es uniformemente horrible: Emmanuelle Vaguier no puede actuar; y como secuaz del villano Natalia Avelon carece de presencia física y de carisma. Es simplemente una modelito sosteniendo un rifle M16 que es más pesado que ella. Al menos, comparado con otros castings bizarros que ha hecho Boll en ocasiones anteriores, éste se puede considerar uno exitoso.

La mismas proporciones (65/35) se mantienen con la acción y los diálogos. Sí, la trama no es enteramente original, pero entretiene el rato. Cuando hay acción, hay unas cuantas escenas espectaculares y otras en donde Boll la pifia feo, pero son las menos. Y lo que más me sorprendió es que, a mitad del filme, el guión empieza a no tomarse muy en serio a sí mismo… y resulta gracioso. Y con la excepción de Emilio – que a veces merece el empalamiento -, termina resultando una película mucho más potable que lo esperado.

Far Cry es tal como dijimos antes: una película para cable pero con presupuesto abundante. Uwe Boll sigue mejorando, y es mucho menos atroz cuando sus aventuras tienen lugar en tiempo presente en vez de sus bizarras reconstrucciones de época como Bloodrayne. Aquí entretiene, resulta divertido y uno termina por perdonarle sus fallas. Y si sigue a este paso, quizás para el 2050 lo estén nominando para un Oscar.