Crítica: E.T. El Extraterrestre – edición 20 aniversario (1982 – 2002)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1982: Henry Thomas (Elliott), Dee Wallace (Mary), Robert MacNaughton (Michael), Drew Barrymore (Gertie), Peter Coyote (llaves, el jefe de la investigación gubernamental)

Director: Steven Spielberg,, Guión: Melissa Mathison, sobre una historia de Steven Spielberg, Musica – John Williams

Trama: Una nave alienigena ha llegado a la Tierra y sus tripulantes se dedican a recoger muestras de vegetación. Pero la llegada de un equipo de hombres del gobierno alerta a los seres, que parten inmediatamente al espacio. Uno de los alienígenas ha quedado extraviado en el bosque y es descubierto por casualidad por un niño. Elliott lleva a la criatura a su casa sin que nadie se entere, y lo esconde en su cuarto. En poco tiempo, el ser y Elliott han desarrollado una relación muy cálida, y poco a poco el resto de la familia se va enterando de la existencia del extraterrestre. Pero el equipo de investigación del gobierno ha dado con el paradero de la familia de Elliott, y es cuestión de tiempo hasta que lleguen a capturar a la criatura.

E.T. el Extraterrestre Steven Spielberg se encontraba filmando Los Cazadores del Arca Perdida cuando la Columbia se puso a presionarlo para que hiciera una secuela de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo. Spielberg consideró que la historia estaba cerrada y, para sacudirse al estudio de encima, comenzó a desarrollar un proyecto con alienígenas pero en tono de horror titulado Night Skies. La historia contaba el asedio de una familia aislada en el campo por parte de una puñado de malvados extraterrestres (algo parecido a Signs). Mientras la Columbia se iba engolosinando con la idea (gastando fortunas en borradores del guión, escrito por John Sayles, y en modelos de las criaturas desarrollados por Rick Baker), en el set de Los Cazadores del Arca Perdida se encontraba Melissa Mathison (guionista, novia y posterior esposa de Harrison Ford), con quien Spielberg comenzó a discutir las ideas del nuevo libreto. En un momento Mathison le planteó lo triste de la historia, en especial cuando uno de los personajes – un chico autista – tomaba contacto con uno de los alienígenas. Cuestionando la naturaleza villana de los extraterrestres, Mathison logró encender la lamparita de idea a Spielberg, y el director decidió tomar un rumbo diametralmente opuesto respecto de la historia. De más está decir, Spielberg se peleó mal con la Columbia, Rick Baker lo mandó a freir churros después de oblar u$s 700.000 en muñecos que no se iban a utilizar nunca, y el estudio le cerró la puerta. Así nació E.T. el Extraterrestre, un proyecto que sería respaldado por la Universal a pesar de no estar muy de acuerdo con el enfoque a lo Disney de la trama.

E.T. ha terminado por ser considerado un clásico, y sin dudas es una de las películas más amadas por parte del público norteamericano. Pero a decir verdad, es una historia terriblemente manipuladora. Eso no quita de que sea un film bello, pero su estilo radica menos en la substancia y más en el efecto. Estrictamente hablando, no hay una historia concreta para narrar sino que se trata de una serie de experiencias emocionales (por no decir un melodrama que roza lo empalagoso). Hay un alienígena, naves espaciales y la presencia conspirativa del gobierno; pero hasta allí llegan los elementos de ciencia ficción. La criatura bien podría haber tenido un origen mágico, y la historia hubiera funcionado igual. Lo que hace Spielberg, al caracterizarla como un extraterrestre abandonado en la Tierra, es proveer a un puñado de villanos de turno – los hombres de negro – como para crear un clima dramático. Pero en realidad es un cuento de fantasía, más propio del estilo de las fábulas infantiles de antaño y aggiornado a la época actual.

Ciertamente la historia del patito feo, abandonado por su familia y adoptado por otros, no es nueva y una adaptación literal hubiera culminado en un film hueco. En todo caso lo que hace Spielberg es proveer algunas lecturas alternativas de la historia, lo que le da un mayor peso dramático. Por un lado, es la fantasía de un niño después del trauma del divorcio de sus padres. De este modo, E.T. no es más que un amigo imaginario que se ha materializado. Notablemente todo el film adopta la visión desde los ojos de un chico: vemos a la madre, pero ningún adulto es distinguible – parece rodado como los cortos de Tom y Jerry, en donde a ningún humano se le veía por encima de sus hombros -. Por otra parte, el divorcio tiene un responsable y es el padre, y aquí todos los varones juegan en el bando de villanos (los hombres del gobierno). Recién cuando E.T. parte, es cuando empezamos a distinguir las facciones de los hombres. En todo caso, la visita del alienigena ha servido para sanar y unificar a esta familia dañada, y los hombres comienzan a ser visibles (o nuevamente aceptados) por parte de los chicos..

El otro aspecto que provee una re-lectura de E.T. es como alegoría cristiana. Mientras que en otros filmes resulta más evidente (como El Dia que Paralizaron la Tierra), aquí el recurso está utilizado como golpe de efecto para provocar un pico dramático sobre el final. La resurrección del alienígena, su corazón ardiente en el pecho (como una estampa de Cristo) y su capacidad de generar milagros. Pero aquí no hay segundas intenciones, más que de maravillar al público.

Sin embargo E.T. el Extraterrestre no deja de ser un film con problemas. Ciertamente los tres primeros cuartos del film son excelentes, desde el suspenso de la investigación del gobierno rondando a la familia de Elliott hasta los pasos de comedia. La criatura posee un real carisma y eso hace a la historia deliciosa. Pero todo el clímax suena a golpe bajo – Spielberg quiere que nos enamoremos del alien para después matarlo y, de manera absolutamente arbitraria, revivirlo -. Desde el momento en que Elliott y el ET caen enfermos (partiendo de una truculencia del guión, que es que ambos sienten y sufren lo mismo), la película ingresa en el terreno del efectismo emocional de bajo calibre, del mismo modo que Disney solía poner golpes bajos en sus filmes infantiles. ET podrá ser un alienígena pero no mago; y desde sus superpoderes hasta su capacidad de resucitación son truculencias del libreto que, en manos de otro director, hubieran resultado vomitivas. Spielberg las maneja bastante bien y las hace relativamente digeribles.

El otro gran problema es la criatura misma, que no deja de ser un mamotreto. El tema no pasa por su diseño sino por su expresividad, que es realmente muy despareja. Existen momentos en que actúa realmente bien y de manera ágil, y en otras escenas es un adoquín estático con patas que se mueve a dos por hora. Para peor la versión del 20 aniversario intercala de manera terrible algunos CGI, con lo que la disparidad de la performance física y actoral de la criatura es horrendamente notable. Uno no tiene problemas con las versiones especiales, pero también los directores deben que saber qué criterio conviene aplicar para introducir modificaciones útiles. George Lucas fue impecable en el relanzamiento de su trilogía de Star Wars, simplemente porque aggiornó elementos estáticos como naves y planetas, e incluyó algunos nuevos escenarios (pero nunca alteró digitalmente a uno de los protagonistas principales, y menos para realzar su performance). Pero en esta edición especial, intercalar al ET CGI con el ET marioneta (tipo Muppet, que es la que actúa mejor) y el ET robot queda horrible y termina por distraer. Que haya un par de escenas nuevas (como el baño de ET y Elliott), o se hayan borrado digitalmente las armas, no compensa el sacrilegio de arruinar la fluidez que tenía el film original. Que el animatronic de Carlo Rambaldi fuera mínimamente expresivo para mí no era problema; en todo caso siempre veíamos a la misma criatura. Pero aquí el efecto es chocante.

ET el Extraterrestre es una bonita fábula que aún emociona. Spielberg cae en lo peor del melodrama en los últimos minutos y los cambios de la versión especial empeoran las cosas. Pero aún así, con sus defectos, mantiene la magia que consigue en los primeros minutos de duración, y sigue cautivando.

STEVEN SPIELBERG

Algunos de los filmes de Steven Spielberg comentados en este portal: Duel (1971) – Tiburón (1975) – Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (1977) – Los Cazadores del Arca Perdida (1981) – E.T. El Extraterrestre (1982) – La Dimensión Desconocida: La Película (1983) – Indiana Jones y el Templo de la Perdición (1984) – Indiana Jones y la Ultima Cruzada (1989) – Siempre (1989) – Jurassic Park (1993) – El Mundo Perdido: Jurassic Park (1997) – Rescatando al Soldado Ryan (1998) – La Guerra de los Mundos (2005) – Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008) – Ready Player One (2018)