Crítica: El Satánico Doctor No (Dr. No) (1962)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 3/5: buena Gran Bretaña , 1962: Sean Connery (James Bond), Joseph Wiseman (Dr. No), Jack Lord (Félix Leiter), Ursula Andress (Honey Rider), Bernard Lee (“M”), Lois Maxwell (Moneypenny), John Kitzmiller (Quarrel), Anthony Dawson (Professor Dent), Zena Marshall (Miss Taro)

Director: Terence Young – Productores: Harry Saltzman, Albert R. Broccoli – Guionistas: Richard Maibaum, Johanna Harwood y Berkley Mather, basada en la novela de Ian Fleming – Fotografía: Ted Moore – Musica compuesta por Monty Norman – Arreglos musicales de John Barry – Diseño de producción: Ken Adam

109 min, No rating, Color – 8/5/1963: estreno mundial en el Cine Astor, Nueva York

Trama: El profesor Strangways, agente del servicio secreto británico, desaparece en Jamaica y James Bond es enviado a investigar. Tanto al llegar como durante su pesquisa, 007 escapa de numerosos atentados contra su vida. Todo parece indicar que en los círculos en que se mueve el agente británico está plagado de espías de algún tipo de organización secreta, que siguen paso a paso los avances de su investigación. Y 007 descubre que el profesor Strangways había descubierto piedras con alto componente radiactivo cerca de Crab Key, una misteriosa isla cercana al cual los nativos temen por creer que existe un dragón que devora a los intrusos. James Bond se embarcará junto con el local Quarrel a investigar el lugar, topándose con la nativa Honey Rider, que involuntariamente se sumará a la aventura. Y terminará por descubrir que Crab Key se encuentra regida por el misterioso Doctor No, que opera una radioestación construida por SPECTRE, y emite señales para derribar los lanzamientos de los cohetes espaciales norteamericanos.

Critica: DR. NO (EL SATANICO DOCTOR NO)

Este fue el film que comenzó todo.

James Bond era el personaje que un escritor inglés había creado en una serie de novelas baratas – pero de gran éxito comercial en Gran Bretaña – que mezclaban el espionaje clásico como elementos de ficción, algo inusual para la época y el género. El éxito de James Bond se limitaba a la isla británica, pero de a poco había comenzado a surcar el atlántico. Y hasta ese momento – 1962 – además de las novelas, 007 sólo había recibido adaptaciones en una popular serie de comics (de prolongada publicación y que aprovecharía el éxito de la serie cinematográfica en los 60 y 70), y en un programa de una hora del ciclo de CBS Climax Theatre con la puesta en pantalla de Casino Royale (1954), la primera obra de la serie.

El creador del personaje ciertamente compartía más de un perfil con su creatura, e incluso en varios aspectos parecía ser más fascinante su vida personal que la de 007. Ian Fleming había sido un agente secreto en la vida real, que había operado durante la segunda guerra mundial realizando tareas de espionaje contra los nazis en Europa. Don Juan, amante de la buena vida y conocedor tanto de los buenos vinos como de armas, Fleming había plasmado buena parte de fragmentos de su vida en Bond, que era su alter ego literario, nutriéndolo con bastantes elementos de ficción. Retirado de la actividad, se dedicó a escribir novelas en su chalet Goldeneye en Jamaica, de los cuales surgieron no sólo las obras de 007, sino otras como Chitty Chitty Bang Bang (un libro infantil) y Poppies Are Also Flowers, que serían llevadas al cine en plena euforia Bond pero con dispar éxito.

Fleming no era un buen novelista; sus diálogos son mayormente atroces y ridículos, y su obra ciertamente no escapa a la altura de un pulp americano (las novelas baratas que se vendían en la época de la depresión en Norteamérica, y que tocaban géneros desde el policial hasta la ciencia ficción). Pero era un gran narrador y un notable creativo; creaba con suma facilidad ambientes y se explayaba en numerosos detalles, amén de hacer transitar a su personaje por países exóticos y ambientes de gran lujo, lo que constituía el mayor atractivo de la serie – y por los cuales la gente compraba sus libros, ya que daban una visión de mundos exóticos inalcanzables para el promedio de los mortales -. Es una literatura pasatista abundantemente nutrida de información, que bien podría ser la Guía Michelín Mundial para el Agente Secreto. Desde temperaturas para degustar vinos a cómo criar vacas en Japón, desde las delicias servidas en los clubes ingleses de alta sociedad hasta su minuciosidad por comidas y costumbres locales del Caribe, entre otras cosas, eran realmente los encantos de leer una novela Bond (por eso los cuentos de Fleming siempre fueron muy malos; carecían de espacio para que el autor pudiera explayarse sobre esta clase de minucias que formaban el ambiente de una aventura de 007). Pero sus novelas no se hubieran destacado si no contara, además, con exóticos villanos y algunos impresionantes planes para devastar el mundo.

Mientras que su galería de villanos era obvia inspiración en las novelas de los años 20 de Sax Rohmer sobre Fu Manchú (un cerebro criminal chino que siempre ansiaba dominar el mundo, perfil del cual se nutre directamente Doctor No), y en los comics de Dick Tracy (donde los villanos siempre padecían de alguna deformidad), sus tramas de dominación mundial … resultan ser pura leyenda. Ciertamente las primeras novelas de Bond (Casino Royale o From Russia With Love) son centradas en la rutina pura y dura del espionaje, y 007 generalmente combatía a SMERSH, un oscuro departamento de la KGB dedicado a eliminar agentes secretos de occidente (en la serie cinematográfica, como punto curioso, se descartaría de plano y se reemplazaría por SPECTRE, que era una organización privada dedicada al Terrorismo, Extorsión, Espionaje y Venganza, y que recién fué creada con la publicación en 1961 de Thunderball). Más tarde Fleming crearía algunas tramas que tocarían el tema de la dominación mundial – Goldfinger, Dr. No, Thunderball, etc -, renegaría del tema – como The Spy Who Loved Me, narrado en tercera persona por una muchacha acosada por mafiosos y que casualmente se toparía con James Bond en sus vacaciones en Norteamérica – , o enviaría a 007 a pelear con mafias locales (como en Diamonds Are Forever yLive and Let Die). No todas las novelas incluirían en sus tramas planes de dominar o destruir el mundo; eso se lo agregaría la adaptación cinematográfica de la serie.

Pero eran precisamente las obras que tocaban planes sobre dominación mundial, las que resultaban más atractivas desde el punto de vista cinematográfico. A principios de los 60, dos productores americanos estarían detrás de los derechos fílmicos de Bond: Albert Broccoli… e Irving Allen (sí, el mismo que más tarde produciría la serie de Matt Helm)

Broccoli y Allen habían producido varias películas para los años 40 y 50 de mediano suceso, y comenzado 1960 pensaban que 007 era la carta de triunfo para producir un gran éxito. Pero el inmenso fracaso que fué The Trials of Oscar Wilde (1960) – film que se hundió en la taquilla, gracias a tocar el tema de la homosexualidad de Oscar Wilde en épocas tan conservadoras como aquellos años -, disolvió la sociedad y casi deja en la ruina a Broccoli. Y solo y sin demasiado dinero para levantar una producción, se dedicó a buscar lo que consideraba su vellocino de oro, pero terminaría por enterarse que los derechos cinematográficos sobre James Bond estaban en poder del productor canadiense Harry Saltzman (cuya opción se encontraba por vencer y no disponía de dinero suficiente para materializar ningún film)

Broccoli y Saltzman decidieron unir fuerzas, aunque carecían de capital como para erigir una producción siquiera modesta sobre alguna de las novelas de Fleming. Pronto se reunirían con Arthur Krom, presidente de United Artists, que les daría un millón de dolares para su primer film Bond (aquí es donde resalto que el supuesto casting como Bond de estrellas como James Mason, Cary Grant o David Niven resulta increíble, ya que Broccoli y Saltzman no podían costear a semejantes actores).

Dadas las condiciones extremas, el film debía resultar un éxito o bien los productores deberían dedicarse a otra actividad. Por ello es que la alianza de Broccoli y Saltzman se llamaría Everything or Nothing (Eon) (todo o nada en inglés), y sería la empresa que produciría el primer film sobre 007. Más tarde Broccoli y Saltzman crearían Danjaq (formado con los nombres de sus respectivas esposas, Dana y Jaqueline), que manejaría los derechos cinematográficos mientras Eon pasaba a controlar los derechos de imagen. A efectos de esta web, siempre hablaremos de Eon al referirnos a la sociedad, aunque en realidad Eon sólo produjo dos filmes (Dr. No y la comedia Call Me Bwana), y Danjaq asumiría la producción de los restantes films Bond hasta la fecha.

La primera opción era filmar Thunderball, que recientemente Fleming había lanzado al mercado con impresionante éxito. Pero Thunderball estaba plagado de montones de problemas de derechos con Jack Whittingham y Kevin Mc.Clory (que explicamos en la respectiva sección sobre el film), y los productores no podían – con su reducido presupuesto – meterse en una batalla legal. Además de que su puesta en escena requería mucho más dinero que el disponible. Entonces decidieron optar por la cuarta novela de Fleming, Doctor No, y encadenar su argumento con el de Thunderball, al mencionar a No como miembro de SPECTRE.

Ya hablamos algo sobre el casting; ciertamente hubo un acercamiento a Cary Grant, que se negó a hacer el papel, para alivio de los productores (su salario se hubiera llevado la mitad del capital de producción). Y mientras buscaban a alguien lindo, bueno y barato, la esposa de Broccoli le sugirió a su marido que viera a un actor escocés que había trabajado en la producción de Disney Darby O’Gill and the Little People (1959). Los productores hicieron una cita con Sean Connery, a la cual llegó tarde y se comportó con rudos modales… lo que terminó por encantar a Broccoli y Saltzman.

Sean Connery era un actor muy secundario en aquella época. Salvo apariciones menores o como galán de Lana Turner en Another Time, Another Place (1959), o como villano en Tarzan’s Greatest Adventure (del mismo año y con Gordon Scott como Tarzán), nunca se había destacado. Y al momento de elegirlo, Ian Fleming estaba en desacuerdo con la decisión, queriendo a Roger Moore (estrella de la novedosa serie The Saint, lanzada en 1962) o incluso a su primo Christopher Lee (que comenzaba su carrera en la Hammer interpretando aDrácula) en el papel.

Cuando todo fue puesto en su lugar, los productores se lanzaron a la filmación de Dr. No, con un director veterano como era Terence Young, y con la música a cargo… de Monty Norman.

El tema de la música de James Bond merece un capítulo aparte, ya que incluso se encontró en medio de una batalla judicial – no tan grande como la de Kevin Mc Clory con Eon por los derechos de Thunderball – que llegó a nuestros días. Monty Norman era un compositor de obras musicales en Inglaterra, que ocasionalmente trabajó en algunos films no muy conocidos antes de 1962. Y como muestra de su mediano (o escaso) talento está la prueba de que después de Dr. No sólo trabajó en la otra producción de Eon (la comedia Call Me Bwana, de 1963 con Anita Ekberg y Bob Hope), y alguna serie de TV.

Monty Norman compuso la banda sonora de Doctor No. Esa es la verdad. Pero Norman era muy desprolijo para cumplir horarios y fechas de entrega, solía discutir con los productores, y atrasaba el trabajo. Fue entonces cuando Broccoli y Saltzman llamaron al músico John Barry, que tenía un grupo de jazz (The John Barry Seven) y que había trabajado ocasionalmente para la TV.

Barry en realidad cayó como un bombero a apagar el fuego de los retrasos en el trabajo de Norman. La partitura sonaba horrenda. Y, contrariamente a lo que uno imagina, el tema original de James Bond no era tal cual el que nosotros conocemos. Concretamente, si hoy usted dispone de la banda sonora del film, el tema 11 de la placa – Dr. No´s fantasy – era la partitura y arreglos originales. Si uno lo escucha, notará que es el tema de James Bond arreglado como calipso y mucho más lento. Y los productores lo odiaban. Así que Barry lo arregló para ir más rápido, le agregó guitarras eléctricas y le dió ritmo. Y si bien durante mucho tiempo se creyó que el tema era de Barry, Norman se metió en juicio contra el músico para terminar de reafirmar sus derechos de autoría. En los films siempre se reconoció a Norman como autor del tema, pero en las entrevistas personales de Barry el punto no quedaba tan claro, y éste debió indemnizar al iracundo compositor.

Dadas estas condiciones se filmó Dr. No. Como otra supuesta leyenda atribuíble al film, el guión había tratado otra trama diferente con un millonario intentando volar el canal de Panamá y siendo su mascota – un simio – el que se llamaba Doctor No. Versiones ridículas que suelen correrse con el tiempo alrededor de un film importante.

Para un fan Bond, no hay nada más antiguo y chocante que este film. From Russia With Love y siguientes films resistirían mejor el paso del tiempo. No sólo son las obvias limitaciones de presupuesto – por ejemplo en locaciones, donde en Jamaica se usaban autos aún mas antiguos que la época en que transcurre la filmación -, la banda sonora de Monty Norman – que muy buena para escuchar en solitario, pero parece totalmente descolgada con lo que sucede en pantalla – o la falta de espectacularidad (las explosiones y persecuciones son dignas de cualquier serial clase Z de los años 40). Es también el desarrollo de los personajes. Hay pequeñas simientes regadas aquí y allá de los que va a ser la serie en el futuro: smokings, ambientes de casino, la cita con M, el donjuanismo de Bond. Pero no hay teaser, gadgets, presentación de títulos con mujeres de fondo o increíbles acrobacias. Es un film Bond más pequeño y mucho mas realista.

Lo primero que lo relaciona con un film Bond es la presentación del cañon de arma (la escena de gunbarrel, como suele conocerse), con Bond caminando y disparando a la cámara. Es la primera creación de Maurice Binder para la serie, como identificativo del film, pero que traspone directamente a unos titulos hechos en animación que siguen el ritmo del tema de James Bond. Por supuesto, quien iba a imaginar en ese momento que de este film modesto iba a surgir una serie… y especialmente una que haría historia. Pero es un comienzo diferente para quienes seguimos la saga y vemos la película por primera vez.

Pero pasados los títulos, lo que encontramos es una historia que no difiere demasiado de cualquier film de espías de la época. Hay más violencia explícita de lo que era habitual para aquellos años (el asesinato de Strangways y secretaria, la muerte por incineración de Quarrel, o la memorable escena de Bond liquidando a sangre fría al Profesor Dent – que produjo todo un escándalo en su momento -). En las novelas – tal como el film – , Bond era un agente autorizado a matar. Pero uno que no era tan expeditivo como la interpretación de Connery (por el contrario, solía tener bastantes atribulaciones antes de cometer un asesinato). El escocés le da una dureza y frialdad al personaje al momento de pelear y ejecutar a sus enemigos que carecía su par literario. El perfil de 007 sería suavizado en las posteriores entregas, y dotado de cierto cinismo que aquí carece.

Ciertamente la interpretación de Bond / Connery aquí es diferente al resto de la serie. Es bastante prepotente, rudo y algo hosco. Carece de humor, y es más falible (y sufrido) de como lo conocemos hoy. Bond se encuentra realmente en peligro (la amenaza de la Viuda Negra, su travesía por las cañerías de la instalación del Dr. No) y es menos heroico que en otros films. Muchos dicen que la interpretación es mas fiel a la novela, cosa que no creo. En los libros, 007 es un personaje mal desarrollado, con muchos pensamientos y diálogos ridículos, con muchos prejuicios y bastantes dudas – Fleming desarrollaba mejor a los villanos – , y si quieren ver realmente como era James Bond para Fleming, no hay mejor escena que ejemplifique esto que la cena entre 007, Honey Rider y el Doctor No sobre el final de la película. Los diálogos son fieles al estilo del autor, y mientras que el villano posee los mejores parlamentos (Este, Oeste… puntos cardinales, cada uno tan estúpido como el otro), muchas réplicas de Bond son ciertamente ridiculas (entréguese antes que sea tarde; mi agencia conoce lo que usted está haciendo aquí). Por supuesto, el remate brillante pertenece al Doctor No: Usted es tan solo otro estúpido policía que insiste en provocarme.

Mientras que el personaje de Bond falla por carecer de algún feeling que haga al público entusiasmarse con él, tampoco es un personaje anodino. Tanto la expeditiva eliminación del Profesor Dent, como en su instinto para detectar trampas y traidores son puntos a favor hacia la platea, pero no deja de ser un personaje seco y algo brutal. Y, viendo al otro lado, el villano de Joseph Wiseman – uno de los más memorables de la serie, provisto de estupendos diálogos – es un enemigo formidable y digno oponente para el violento agente.

Como dijimos antes, muchos componentes – no todos – de la serie aún están en su infancia. Está la clásica reunión con M y Moneypenny, pero falta Q – recién lo veremos en From Russia With Love -, y en cambio aparece el Mayor Boothroyd, que sólo reemplaza a su Beretta por la clásica Walther PPK. Sin artefactos, todo se ve como un Bond pobre, especialmente cuando utiliza cabellos en los filos de las puertas y talco en las cerraduras de los maletines para saber si alguien revisó su cuarto.

También las mujeres que lo rodean no son gran cosa. No es una reunión de bellezas. La supuesta novia de Bond, Sylvia Trench, duraría este y el film siguiente (From Russia With Love), antes de abandonar la idea – incompatible para un mujeriego – de una relación permanente. No hay ninguna mujer bonita en el elenco, a excepción – claro está – de Ursula Andress, que es la Bond girl top por excelencia. Cuando 007 llega a Crab Key y se topa con esta pescadora de conchas marinas, es sin duda uno de los momentos más perdurables de la serie. Su salida del mar es de un magnetismo animal, y si bien Andress no es una buena actriz, le da suficiente presencia al personaje más allá de su rol decorativo.

Hay otros secundarios interesantes. Jack Lord es un buen Felix Leiter. El personaje de Quarrel le da color a ciertos diálogos acartonados de la trama. Pero salvo excepciones, en ningún momento el film despide otra cosa que estar respirando una buena película clase B. Como he anotado en otros comentarios, Terence Young es un director algo chato, que no es muy talentoso dirigiendo actores, que obtiene mejores réditos dirigiendo escenas de suspenso (la travesía por las cañerías, la secuencia de la araña) antes que las tomas de acción. La persecución en auto es demasiado lineal, las escenas en el arroyo de la isla son chatas – la expresión de horror de Andress es terriblemente mala -, o incluso la explosión final parece filmada de apuro. Y por falla tanto del director como del guión, no queda demasiado claro cuál es la ventaja / propósito del Doctor No al derribar los lanzamientos espaciales americanos.

¿Cómo es Doctor No como film?. Es una buena película, con una dispar banda de sonido y dirección chata. Hay buenos momentos y un perdurable villano. Pero se ve excesivamente antiguo, diferente y tosco. Faltarán un par de films para pulir a la fórmula Bond.

3 CONNERYS: Un film mediano, con algunos rastros de lo que será la serie en el futuro. Tiene buenos momentos, pero falta pulir muchas cosas. Gran villano, excelente tema de James Bond arreglado por John Barry, una banda sonora descolgada del film, y una hosca interpretación de Connery como 007. Para fans de la serie moderna, se ve terriblemente anticuado y escaso en escenas excitantes.

LA SAGA OFICIAL DE JAMES BOND

La era Connery: Doctor No (1962)Desde Rusia con amor (1963)Goldfinger (1964)Operacion Trueno (1965)Solo se vive dos veces (1967) / El fugaz paso de Lazenby: Al Servicio Secreto de Su Majestad (1969) / El primer regreso de Connery: Los Diamantes son Eternos (1971) / La era Moore: Vive y Deja Morir (1973)El Hombre del Revolver de Oro (1974)La Espia que me Amo (1977)Moonraker (1979)Solo para sus Ojos (1981)Octopussy (1983)En la Mira de los Asesinos (1985) / La era Dalton: Su Nombre es Peligro (1987)Licencia para Matar (1989) / La era Brosnan: Goldeneye (1995)El Mañana Nunca Muere (1997)El Mundo no Basta (1999)Otro Dia para Morir (2002) / La era Craig: Casino Royale (2006)Quantum of Solace (2008)Operación Skyfall (2012)Spectre (2015) – Sin Tiempo Para Morir (2021)

Canción del film

Doctor No carece de tema principal (excepto el tema instrumental de James Bond). Hay varias canciones en el film que son incidentales, y que incluso pertenecen a otros autores. Como canción original se encuentra Underneath The Mango Tree, que fue compuesta por Monty Norman, y que se escucha en varios momentos del film (incluso cuando Connery y Andress la tararean en la playa)

Underneath de mango tree me honey and me
Come watch for de moon
Underneath de mango tree me honey and me
Make boolooloop soon.

Underneath de moonlit sky me honey and I
Come sit hand in hand
Underneath de moonlit sky me honey and I
Come make fairyland.

Mango, banana and tangerine,
Sugar and ackee and cocoa bean,
When we get marry we make them grow,
And nine little child in a row.