Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA / Australia, 2003: Thomas Jane (Dr Henry Devlin), Damian Lewis (Profesor Gary Jones), Morgan Freeman (Coronel Abraham Curtis), Jason Lee (Jim ‘Beaver’ Clarendon), Timothy Olyphant (Pete Moore), Tom Sizemore (Capitán Owen Underhill), Donnie Wahlberg (Douglas ‘Duddits’ Cavell)
Director: Lawrence Kasdan, Guión: Lawrence Kasdan & William Goldman, basados en la novela homónima de Stephen King
Trama: Henry Devlin, Gary Jones, Jim Clarendon y Pete Moore son cuatro amigos que se conocen desde la infancia. Los cuatro poseen poderes sobrenaturales, los que comenzaron a experimentar después de que ayudaran a un chico con deficiencia mental cuando tenían doce años. Ahora son adultos y se reúnen todos los años en una cabaña en los bosques de las afueras de Maine. Pero extraños incidentes comienzan a ocurrir en los bosques – éxodo masivo de animales, numerosos helicópteros sobrevolando la zona -, y pronto queda en evidencia de que una nave extraterrestre se ha estrellado en la zona, diseminando un virus altamente contagioso que provoca mutaciones a los afectados. Precisamente Jones se ha convertido en un “huesped” del virus alienígena y, siendo controlado mentalmente por el extraterrestre, emprende la misión de diseminar y contagiar al resto de la población residente fuera del territorio en cuarentena militar. Y el único capaz de detenerlo será Devlin, el que mantiene un enlace telepático con el remanente lúcido de Jones y puede anticipar sus intenciones.
A esta altura del partido ya me he convencido de una cosa: Stephen King es un escritor pésimo. Entiéndanme: King no es ningún idiota y debe ser un narrador estupendo – de manera que la gente digiera las decenas de ideas estúpidas que se le ocurren en mil y pico de páginas – como para que los lectores sigan comprando sus obras. O es eso, o es que son masoquistas incurables o están bajo algún tipo de dominio mental. Reconozco que la etapa inicial de King fue la más original y creativa – Carrie, It! Eso, Christine, Salem´s Lot, Quédate Conmigo, Cujo -; y después comenzó a despachar verdura al por mayor. El tema es que King es una máquina de producir libros, así que de 10 novelas que saca, una es la que realmente vale la pena. Y no es el caso de Dreamcatcher precisamente.
Hace poco leí en algún lado sobre los estilos de trabajo que utilizan los escritores para generar sus obras. Hay dos clases: los maníacos, que están años planeando, diagramando ideas, y perfeccionando constantemente sus escritos (como sería Tolkien, por ejemplo); y los “payadores”, que son los tipos a los que se le ocurrieron dos ideas originales, se sentaron en la máquina de escribir y se dejaron llevar hasta donde la imaginación los lleve. King pertenece claramente a este último grupo, al que podría sumar otro ofensor de los sentidos como Dean R. Koontz. Son grandes narradores, ya que llevan a los lectores a donde quieren, pero en cuanto a conceptos y originalidad son terribles. Y a la hora de tener que redondear ideas, las cosas les salen para el diablo ya que han metido tanta improvisación – para generar situaciones de misterio o tensión – que las explicaciones lógicas son siempre traídas de los pelos.
Dreamcatcher es un ejemplo patente de las virtudes y defectos de la obra de Stephen King. Acá hay un puñado de gente talentosa – el director y guionista Lawrence Kasdan, copartícipe creativo en la saga de Star Wars e Indiana Jones; libretista William Goldman, cuya obra abarca Todos los Hombres del Presidente y Butch Cassidy; un cast de actores de muy buen nivel, aunque poco conocidos en ese momento; una producción impecable – que lidia como puede con la cantidad de idioteces que King puso en el libro. Procedo a aclarar: el primer tercio de Dreamcatcher es de un nivel excelente, aunque en sí es un reciclado de otros conceptos que King ha usado en libros previos. Otra barra de amigos como It! El Payaso Asesino; chicos con poderes, como en El Resplandor; niños buscando cuerpos perdidos como en Quédate Conmigo. Kasdan y Goldman escriben unas líneas realmente notables, y la fotografía es brillante. El problema es que Kasdan intenta retener como puede ese nivel de coherencia y calidad, pero llega un momento en que la historia debe avanzar y para ello deben liberar la catarata de estupideces que puso King en el libro. ¿Marcianos con doble personalidad? ¿gente usando una pistola como si fuera un teléfono telepático? ¿personas atrapadas mentalmente en un edificio imaginario? ¿un Forrest Gump alienígena? ¡Por el amor de Dios!
Lo que deberían haber hecho Kasdan y Goldman es amputar la mayoría de las ideas de King, reemplazándolas por otras mejores y más coherentes. Esto podría haber sido la historia de un grupo de super héroes anónimos luchando contra una invasión alienígena, como si fueran una versión realista de los 4 Fantásticos. La idea de los cuatro chicos con poderes mentales está ok; el montaje de la invasión extraterrestre está ok; pero encastrar esas dos historias y encima sumarle a un Forrest Gump alienígena que padece leucemia (wtf!!!!) es demasiado estúpido, al menos tal como lo presenta el filme. En el segundo tercio, Dreamcatcher es relativamente tolerable – aunque empieza a patinar -, y el último acto roza lo indigerible. Y es una lástima, porque el filme había arrancado realmente muy bien.
Dreamcatcher es una oportunidad desperdiciada de hacer algo potable con un libro mediocre de King. Al ser demasiado fiel a la novela, es arrastrada por los defectos de ésta. Tiene sus momentos y hay grandes actuaciones y diálogos, pero las situaciones (y su lógica interna) distan bastante de ser medianamente digerible.