Crítica: Doctor Ciclope (Dr Cyclops) (1940)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1940: Albert Dekker (Dr Alexander Thorkel), Thomas Coley (Bill Stockton), Janice Logan (Mary Robinson), Charles Halton (Dr Rupert Bullfinch), Victor Killian (Steve Baker)

Director: Ernest B. Schoedsak, Guión: Tom Kilpatrick

Trama: Un grupo de científicos viaja a la selva peruana en busca del laboratorio del doctor Thorkel, quien les ha llamado para solicitarles ayuda sobre su secreta investigación. Pero tras una corta estadía con Thorkel, los científicos caen en la cuenta de que el doctor sólo los ha requerido porque su enorme miopía le impide un análisis pormenorizado de las muestras bajo el microscopio. Gracias a la ayuda del grupo, Thorkel detecta lo que está fallando con su experimento pero se niega a compartir información con los científicos. Cuando éstos irrumpen en su laboratorio, descubren de que el doctor ha conseguido miniaturizar a objetos y animales – pero Thorkel los embosca en la cámara de conversión, y ellos mismos terminan empequeñecidos -. Ahora, con una estatura de escasos centímetros y en medio de la gigantesca y peligrosa jungla, el grupo corre por sus vidas mientras Thorkel los persigue para exterminarlos, ya que pueden difundir el secreto de su investigación.

Dr. Cyclops Dr. Cyclops es una extraña entrada de los estudios de Hollywood en el terreno de la ciencia ficción durante la década del cuarenta. La época de oro de la sci fi son los años 50, a partir de éxitos como The Thing, Destino: La Luna y El Dia que Paralizaron la Tierra, que generarían una euforia del género. Pero en los años 40, la sci fi se encontraba emparentada con el cine de terror y tenía poca personalidad propia. De hecho filmes como Frankenstein (1931) no son sino obras de horror que utilizan una premisa de ciencia ficción para desencadenar todo su potencial espanto.

La curiosidad de Dr. Cyclops es que trata sobre humanos miniaturizados, casi veinte años antes del clásico de Jack Arnold El Increíble Hombre Menguante (1957). El otro dato de valor es que es un film producido por los padres intelectuales del enorme clásico King Kong (1933), Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsak. Aunque aquí no lleguen a la altura del simio gigante en cuanto a calidad y vuelo, no deja de ser una aventura fallida interesante.

El principal problema de Dr. Cyclops es el libreto de Tom Kilpatrick, que tiene algunos personajes terribles y que por momentos se debate en convertirlos en figuras trágicas o en comic reliefs. El guión se da maña para crear algunas situaciones potencialmente buenas – el siniestro gato negro que acosa al grupo miniaturizado; el ataque del cocodrilo; el malévolo doctor Thorkel -, pero a su vez termina por arruinar cada una de esas escenas procurando escapes demasiado fáciles. Por otro lado el script parece engolosinarse con la premisa, al mismo tiempo que no sabe cómo definirla. Una vez que los científicos son reducidos, se dedican a explorar el mundo gigantesco que los rodea, hacer algunas payasadas, y desarrollar planes ridículos, como si el estudio hubiera dado la orden de que aprovechen el máximo de tiempo en los grandes decorados ya que éstos costaron mucho dinero.

Si el libreto es mediocre y es completamente incapaz de explotar todas las fascinantes posibilidades de la premisa (como la de establecer un mundo totalmente amenazador y un clima de peligro constante), el as en la manga resulta ser el siempre brillante Ernest B. Schoedsak. Aquí el director hace una puesta técnica en escena impecable. Primero, toma nota de que los decorados gigantes van a verse falsos siempre así que el set a escala real (cuando el grupo aún no ha sido miniaturizado) también se ve falso … con lo cual la transición resulta impecable. Segundo, crea algunas tomas realmente innovadoras – cuando el grupo empieza a escalar, peldaño por peldaño, la escalera mientras el gigantesco Thorkel los sigue detrás; o la secuencia del análisis del Dr. Bullfinch, quien queda apresado por una mano gigante mientras una proyección trasera muestra a Thorkel tomando notas – que siguen siendo sorprendentes hoy en día. En su gran mayoría, los FX del filme son irreprochables y es completamente creíble la sensación de que estos hombres diminutos se encuentran en la misma habitación que el gigantesco Albert Dekker.

Es por el enorme talento de Schoedsak que el filme resulta potable y entretenido, y se escapa de la mediocridad habitual de la serie B. Por su imaginería visual y su gran factura técnica, Dr. Cyclops termina siendo recomendable a pesar de sus problemas de libreto.

En un dato para la trivia, el villano es interpretado por Albert Dekker, quien aparecería en títulos tan dispares como Bésame Moribunda (una aventura del detective Mike Hammer de 1955), la versión americana de Gamera, el Invencible, y La Pandilla Salvaje. Dekker resultaría ser un gay no declarado cuya doble vida lo llevaría a un trágico final en 1968, cuando sería encontrado asesinado en su departamento, desnudo, atado a una bañera y con inscripciones obscenas escritas con sangre sobre su cuerpo, al parecer ultimado por un taxi boy.