Crítica: Dogma (1999)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 1999: Linda Fiorentino (Bethany Sloane), Matt Damon (Loki), Ben Affleck (Bartleby), Jason Mewes (Jay), Kevin Smith (Silent Bob), Alan Rickman (Metraton),Chris Rock (Rufus), Salma Hayek (Serendipity), Jason Lee (Azrael), Alanis Morrissette (Dios), George Carlin (Cardenal Glick), Janeane Garofalo (Liz)

Director: Kevin Smith, Guión: Kevin Smith, Musica – Howard Shore

Trama: Bartleby y Loki son dos arcángeles condenados a vagar eternamente por la Tierra, ya que se rehusaron a seguir castigando a los humanos por órdenes de Dios. Pero desde hace miles de años se encuentran desesperados por encontrar el perdón del Creador y regresar al cielo. Mientras tanto, el cardenal Glick – creador de la corriente renovadora de la iglesia Catolicismo Wow! – ha decretado que el portal de la iglesia de Nueva Jersey es la vía para el perdón eterno y el ingreso al cielo. Los arcángeles comprenden que ésa es la oportunidad que han estado esperando para regresar a los dominios de Dios. El problema es que el perdón de los arcángeles demostraría que Dios no es infalible y acarrearía un caos cósmico que terminaría con la existencia de todo lo conocido – Cielo e Infierno incluídos -. Pronto se sumarán a la historia bandos a favor y en contra del perdón de los arcángeles (y del debacle universal): desde la última de las descendientes de la familia de Cristo (que es una doctora abortista), el décimo tercer apostol no reconocido por la Iglesia, dos profetas que resultan ser vendedores callejeros de drogas, hasta Azrael y sus secuaces del infierno, que se encuentran hartos del castigo de Dios y desean deshacer la existencia de todo lo conocido.

Arlequín: Crítica: Dogma (1999)

Kevin Smith ha hecho por la comedia lo mismo que Tarantino por el policial: han disparado un estilo propio que implica la referencia cultural pop a flor de labios, diálogos frenéticos y observaciones descarnadas de la realidad. Todo esto hecho con una gracia y talento considerables.

Smith ha construído toda una mitología que se conoce como el View Askew Universe (por el nombre de su productora) y que gira alrededor de la ciudad de Nueva Jersey, su hogar natal. La particularidad del View Askew Universe es que los personajes de una y otra película se mezclan y aparecen en una u otra historia de prácticamente toda la filmografía de Kevin Smith. Dogma es el cuarto filme de la saga, después de Clerks, Mallrats y Chasing Amy, y previo a Jay and Silent Bob Strikes Back. Mientras que la óptica de Smith habitualmente se ciñe a agudas observaciones sobre las relaciones humanas, el sexo, las drogas, Star Wars y la cultura pop, aquí da un giro imprevisto y realmente inteligente al lanzar sus dardos contra la religión y especialmente, contra la mitología cristiana.

Como todas las religiones cuando se sienten afectadas, los cristianos salieron prontamente a defenestrar al filme de Smith ni bien sintieron que estaban siendo atacados en su integridad. Es el mismo espíritu corporativo y dogmático (valga la redundancia) que provocó, por ejemplo, los incidentes entre el Islam y el resto del mundo a partir de las caricaturas de Mahoma publicadas en Europa, sin detenerse a analizar las intenciones o el sentido real de la religión. En una parte del filme hay un razonamiento muy inteligente donde uno de los personajes habla de que hubiera sido preferible que la religión fuera una idea y no una creencia. La idea uno la imagina como quiere y puede modificarla, mientras que la creencia es eminentemente cerrada y estática.

Y a pesar de todas las protestas infundadas, Dogma en realidad es un filme mucho más religioso y respetuoso de lo que aparentemente parece – no es una lapidación gratuita de la religión, sino una suerte de profundos cuestionamientos que sólo un cristiano de corazón abordaría, mezclados con mucha sátira -. Es cierto que hay una enorme cantidad de profanidad en los diálogos, pero también hay una gigantesca convicción cristiana. Es verdad que Smith toma muchas cosas de la religión en broma: desde que Jesús era negro, que los apóstoles eran 13 (y el último, Rufus, no ha sido incluído en los textos bíblico por ser negro) hasta que Dios era mujer y que María y José tuvieron descendencia (no divina) que eran hermanos de Jesús y se prolongaron hasta nuestros días. Como se puede ver, Dan Brown no inventó nada nuevo con El Código Da Vinci, e incluso Smith lleva el concepto al máximo extremo. Pero en medio de todas sus patrañas, Kevin Smith se da tiempo para disparar profundos discursos religiosos: es un filme sinceramente pro cristiano pero decididamente anti clerical, mostrando a la Iglesia como un montón de palurdos que no saben como actualizar la religión para que vuelva a ser popular – el Cristo canchero que presenta Catolicismo Wow! a principio del filme es sencillamente hilarante -. Como dice Linda Fiorentino en un momento: “cuando éramos niños, la iglesia era sagrada y uno sentía que Dios estaba allí arriba cuidándonos. Cuando uno crece, todo eso cambia, uno va a la iglesia por costumbre y Dios parece falible”.

Es un filme respetuoso del catolicismo, no de la iglesia. Lo que expone Smith no es más que una explicación racional de la mitología bíblica: si María y José estaban casados, ¿cómo no iban a tener relaciones y tener más hijos?. ¿Por qué no hay más datos de la historia de Jesús entre los 13 y los 20 años?. Lo que sí es cierto es que estos razonamientos están puestos en boca de los peores personajes. Empezando por los constantes Jay y Silent Bob, que aquí aparecen como una suerte de profetas, o el caracter de Linda Fiorentino que es una doctora abortista. Pero en algunos casos estos personajes extremos tienen sus historias de fondo: la Dra. Sloane se pregunta donde estaba Dios cuando una enfermedad le arrancó la posibilidad de tener hijos.

El tema es, quizás, de que Smith revuelve demasiado la ensalada y dispara diálogos cómicos y pensamientos profundos a una velocidad impresionante. Es un filme que merece ser visto dos veces. Hay algunos razonamientos para llorar de la risa – Metatron, el ángel que interpreta Alan Rickman, es un constante ladrón de escenas: desde su línea que “si uno habla de la Biblia nadie entiende, pero cuando uno cita algo de una película de Charlton Heston (por Los Diez Mandamientos) todo el mundo es teólogo”, hasta el clímax donde cita el slogan de The Six Millon Dollar Man – y algunos excesos: la presencia de Jay, desesperado por sexo, a veces cae pesada, y la trama principal sobre el perdón de los arcángeles renegados queda sepultada en el final sin demasiadas explicaciones.

Todo el elenco está muy bien, con algunas excepciones: Linda Fiorentino luce visiblemente incómoda con el papel. Pero el resto luce de maravillas: Matt Damon y Ben Affleck se sacan chispas, Jason Mewes y Kevin Smith repiten sus pantomimas efectivas de siempre, y Chris Rock y Alan Rickman se dedican a robar escenas como de costumbre. Están las referencias a La Guerra de las Galaxias, amén de un montón de citas a comics y personajes pop – el increíble Hulk, el Hombre Nuclear, etc -. Es un show típico de Kevin Smith, pero inspirado y dirigido con buen nervio.

KEVIN SMITH

Algunos de los filmes reseñados en este portal: del View Askewniverse, Clerks (1994), Dogma (1999), Jay and Silent Bob Strikes Back (2001), Clerks II (2006), Jay and Silent Bob Reboot (2019); fuera del universo del View Askew Smith hizo Red State (2011), Tusk (2014), Yoga Hosers (2016)