Crítica: Duro de Matar 2 (1990)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

5 atómicos: excelenteUSA, 1990: Bruce Willis (John McClane), William Sadler (general Stuart), John Amos (comandante Grant), Dennis Franz (jefe de policía Carmine Lorenzo), Franco Nero (general Esperanza), Fred Dalton Thompson (Trudeau)

Director: Renny Harlin – Guión: Steven E. de Souza & Doug Richardson

Trama: John McClane ahora está en Washington, esperando que su esposa llegue de Los Angeles para continuar con el proceso de reconciliación que comenzaron hace dos años. Pero McClane empieza a ver movimientos extraños en el aeropuerto y no duda en investigar. Topándose con un par de merodeadores fuertemente armados – a los que abate -, pronto descubre que se tratan de ex agentes de la CIA muertos en acción. Todo huele a operación encubierta – y una que está a punto de llevarse a cabo -, pero las autoridades del aeropuerto no le creen ni quieren creerle – después de todo es Navidad, y es una de las fechas mas ajetreadas de todo el año en cuanto a tráfico aéreo -. Pero pronto el comando de la torre de control es hackeado y un grupo de terroristas – al mando del general Stuart – se hace cargo de la situación. Sus exigencias demandan que el resto de los aviones vuele en círculos durante dos horas hasta que un vuelo especial – en donde viene el general Esperanza, un ex dictador caribeño vinculado de la droga y que llega a Estados Unidos para ser juzgado y puesto en la cárcel – aterrice en una pista reservada, en donde tienen preparado un avión listo para fugarse. Ahora McClane, sólo y por su cuenta, deberá lidiar con los villanos, aunque eso signifique que tenga que cargarse – uno a uno – a todo el ejército de mercenarios.

Arlequin: Critica: Duro de Matar 2 (1990)

¿Quién hubiera imaginado que un comediante se convertiría en el mayor ícono de acción de todos los tiempos?. Porque estarán Schwarzenegger y Stallone pero, que a nadie le quepa dudas, Duro de Matar (1988) es la mejor película de acción de la historia. Así como El Exorcista es la mejor pelicula de terror, o 2001, Odisea del Espacio la mejor película de ciencia ficción. El filme de John McTiernan metió tantas novedades, adrenalina y disparates que es un clásico indiscutible. Era hora que, en aquel entonces – dos años después – llegara la inevitable secuela.

Yo soy un inmigrante; vine de mi Uruguay natal en 1986 y, cuando fui a ver Die Hard en 1988 no sólo era mi primera salida solo en Buenos Aires, sino mi primera visita a un cine tan inmenso (de gran ciudad) como era el Atlas Lavalle (hoy tristemente extinto y devenido iglesia evangelista). Una sala gigantesca con pantalla curva interminable y piso empinado donde la primera fila parecía estar a un kilómetro. Si la experiencia de 1988 tiene un gran valor personal para mí (por lo que la disfruté al verla en pleno estreno), la segunda parte de 1990 no se queda atrás. Hacia un par de semanas que me había reincorporado al trabajo después de una operación en el riñón izquierdo, y aún rengueaba. Y, a los saltitos, me fui a ver Duro de Matar 2 ni bien la pusieron en cartelera. Todo un orgasmo cinematográfico para mi alicaído animo de aquel momento.

El guión es un prodigio de ingenio. En vez de volver a meter a Bruce Willis en otro lugar cerrado (como hicieron decenas de clones, ya sea poniendo al héroe y los secuestradores de turno en barcos, aviones o escuelas secundarias), se las ingeniaron para que el campo de acción fuera enorme y, a la vez, acotado. Un enorme aeropuerto y el barrio adyacente en medio de una de las peores tormentas de nieve de la historia. Los aviones caen como moscas mientras los terroristas toman el mando para asegurar el descenso y escape de un general vinculado a la droga, típico clon de Noriega de los años 80. Hoy en dia la idea de estrellar aviones a lo bobo sonaría a herejía en la puritana Norteamérica, la que conserva un recuerdo horrible del 11/9 pero le encanta exagerar en sobrereacciones para cuidar “al público sensible”.

Ciertamente Renny Harlin no es un director de mi agrado – se envicia con algunas cámaras lentas, y se dedica a imitar lo que McTiernan hizo tan bien en el primer filme – pero acá se defiende con creces. Las ocurrencias del libreto para comunicarse con los aviones, las dobles y triples traiciones, los golpes maestros, y McClane como el único tipo con dos dedos de frente (y testículos de acero) que es capaz de enfrentarse solito al ejército de mercenarios de turno.

Exagerada, delirante, pero siempre movida, excitante y divertida, no hay mucho para decir mas que hay que conseguirla y guardarla. Estas son películas que nunca pasan de moda. Incluso uno descubre actores conocidos en papelitos menores – John Leguizamo como terrorista; Robert Patrick apenas un año antes de tortearse con Arnold en Terminator 2; un musculoso William Sadler (que quizás hubiera sido un mejor T-1000 que Patrick) -, y tiene toda la gracia de Willis en el mejor momento de su carrera. Y si: el tipo se pone re-loco en las balaceras, pero ahí es donde reside la gracia de su personaje… y del festejo de toda la película.

DIE HARD

La saga de Duro de Matar se compone de: Duro de Matar (1988), Duro de Matar 2 (1990), Duro de Matar 3: La Venganza (1995), Duro de Matar 4.0 (2007) y Duro de Matar 5: Un Buen Día para Morir (2013)