Crítica: El Día Mas Largo del Siglo (1962)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1962: Eddie Albert (coronel Thompson), John Wayne (teniente coronel Benjamin Vandervoort), Paul Anka (soldado), Richard Burton (piloto), Red Buttons (soldado John Steele), Sean Connery (soldado Flanagan), Ray Danton (capitán Frank), Henry Fonda (brigadier general Theodore Roosevelt Jr.), Steve Forrest (capitán Harding), Curd Jürgens (mayor general Gunther Blumentritt), Roddy McDowall (soldado Morris), Robert Mitchum (brigadier general Norman Cota), Wolfgang Preiss (mayor general Max Pemsel), Robert Ryan (brigadier general. James M. Gavin)

Director: Ken Annakin, Andrew Marton y Bernhard Wicki, Guión: Romain Gary, James Jones, David Pursall, Jack Seddon y Cornelius Ryan sobre la novela homónima de Cornelius Ryan

Trama: Segunda Guerra Mundial, Junio de 1944. Los aliados preparan un descomunal asalto en Europa, con lo cual piensan darle un golpe de muerte a las fuerzas nazis que aún dominan el continente. Pero los 160.000 efectivos apostados en Inglaterra ya llevan demasiado tiempo esperando el momento correcto para abalanzarse sobre las playas de Francia. Por el otro lado, el ejército alemán ha fortificado las playas pero piensa que cualquier tipo de desembarco sólo será posible en el punto más próximo entre Francia e Inglaterra – el puerto de Calais -. Confiados en el predominante mal tiempo de esa época del año, los nazis desestiman todo tipo de posible de acción armada aliada; pero el 6 de junio el comandante en jefe de los aliados, Dwight Eisenhower, da la orden de partida. Así comienza el mayor operativo militar de toda la historia.

El Dia Mas Largo del Siglo El nombre clave fue Operación Overlord, y fue el golpe decisivo que cambió la relación de fuerzas en el tablero de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Un masivo desembarco que tuvo lugar el 6 de junio de 1944, en donde 160.000 soldados aliados arribaron a la costa francesa más alejada de Gran Bretaña – las playas de Normandía -, confiando en la sorpresa que supondría semejante decisión táctica para el ejército alemán. Normandía es enorme y era el escenario ideal para un desembarco coordinado de tropas divididas en varias fuerzas – de hecho, fueron cinco puntas de lanza apuntadas a sectores como Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword -. El resultado fue una batalla larga y sangrienta en donde los aliados – con preparativos previos, como el arribo de paracaidistas detrás de líneas enemigas y asegurando el acceso a la zona mediante la toma de puentes y pasos estratégicos – lograron desplegar un ejército masivo en corto tiempo y dirigirse hacia el corazón de Europa.

El Dia Mas Largo del Siglo es la recreación del Dia D. Es una superproducción tan masiva como los hechos originales que narra, contando con un elenco multiestelar, y numerosos directores y guionistas. Ganadora de dos Oscar, generó tal suceso que impulsaría toda una corriente de superproducciones bélicas a lo largo de la década del sesenta. Pero también es un cabal ejemplo de todos los vicios que afectan a las películas de guerra: clichés heroicos por todos lados, escasa rigurosidad en el balance dramático, acalorados discursos patrióticos y espectaculares escenas de batalla.

Después de haber visto Un Puente Demasiado Lejos – basada en otra obra de Cornelius Ryan -, a uno le resulta fácil entender por qué el guión es tan desastroso en esta película. Ryan es un novelista histórico que busca el balance entre todas las fuerzas, intentando entender por qué las cosas salieron como salieron. Uno puede percibir la pluma de Ryan en las secuencias que involucran al ejército alemán – correctas, balanceadas -, que apuntan a la autopsia histórica de la derrota nazi en Normandía. Allí funciona como un docudrama, explicando las expectativas alemanas, mostrando las fallas de comunicación entre los altos mandos y detallando la movilización de fuerzas respecto al desembarco. Pero cuando llega el momento de los aliados, el filme es terrible. Toda la sarta de guionistas contratados para expandir el texto de Ryan se empeña en disparar toneladas de personajes intranscendentes, cuyo único motivo es generarle escenas a las estrellas para que tengan un par de parlamentos y puedan figurar sus nombres en la cartelera. Son tomas que van de lo mediocre a lo espantoso, siendo cabales ejemplos de los últimos casos las secuencias con Roddy McDowell, Jeffrey Hunter y, especialmente, Sean Connery – los comentarios cómicos del escocés son tan descolgados y atroces que merecerían haberse podado -. O el caso de John Wayne, que haciendo fuerza de su status de estrella consiguió uno de los papeles principales, sólo para recitar parlamentos totalmente artificiales que no se condicen con la gravedad de la situación que los personajes estaban viviendo en aquel momento.

El gran problema de El Dia Mas Largo del Siglo es su actitud panfletaria. Aquí se precisaba a una troupe de actores y guionistas disciplinados, que fueran didácticos en mostrar cómo se planeó y se implementó la operación matizándola con situaciones anecdóticas y detallándola con la ferocidad que debió ser semejante combate. Vale decir, creando solo un puñado de personajes que sirvieran para ilustrar los pormenores de la operación, y que estuvieran al servicio del relato. Pero hay tantos caracteres irrelevantes con diálogos antinaturales que resultan poco creíbles. Incluso al momento de mostrar la carnicería, la toma de las playas de Normandía es notablemente aséptica. Ciertamente la acción es espectacular, pero sólo tenemos a miles de extras – algunos de renombre – recitando pésimas líneas de diálogo. Los únicos momentos en que el filme funciona como debiera es cuando se centra en el alto mando alemán, y en la brillante secuencia de la toma del casino de Ouistreham. Pero el resto es una tonelada de clichés remanidos en boca de demasiados personajes intranscendentes; incluso el final es tan abrupto – carente de algún personaje que haga alguna reflexión sobre lo ocurrido – que demuestra lo irregular que es el filme. Simplemente es un despliegue espectacular de cine bélico infestado de personajes terribles.