Crítica: Llamada Para el Muerto (The Deadly Affair) (1966)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 3/5: buena GB, 1966: Intérpretes: James Mason (Charles Dobbs), Simone Signoret (Elsa Fennan), Maximilian Schell (Dieter Frey), Harriet Andersson (Ann Dobbs), Harry Andrews (inspector Mendel)

Director: Sidney Lumet – Guión: Paul Dehn, basado en la novela de John Le Carré Call For The Dead

Trama: El operador de inteligencia Charles Dobbs se encuentra investigando a Samuel Fennan, un funcionario del ministerio que tiene antecedentes de haber militado en filas del partido comunista. Dobbs y Fennan mantienen una cordial reunión, con lo cual el agente sale complacido y le promete hablar a su favor ante las autoridades que encargaron la investigación. Pero enorme será su sorpresa cuando, unas horas más tarde, descubren el cuerpo de Fennan en su casa, ahorcado y con varias notas de suicidio dejadas a su esposa y a sus jefes. Dobbs cree que hay algo raro y, aunque nadie le cree, decide visitar a la viuda de Fennan en su casa. Y las sospechas se disparan cuando Dobbs accidentalmente atiende el teléfono de la casa y recibe una llamada de la operadora para despertar a Fennan a las 8.30 de ese mismo día. Si iba a suicidarse, ¿por qué dejaría encargada una llamada para despertarlo al día siguiente?.

Llamada Para el Muerto (1966)The Deadly Affair (El Asunto Mortal) es la adaptación de la novela de John Le Carré Llamada Para el Muerto, la cual data de 1961. No sólo es el primer libro de Le Carré sino que es la carta de presentación de su personaje más famoso, George Smiley, un sobrio y cerebral operador de espionaje, y la antítesis de la visión heroica a lo James Bond que prosperaba en el género en aquella época. Debido a que en 1965 otra novela de Le Carré – El Espia que Surgió del Frio, en donde Smiley tenía un papel muy secundario – ya había sido adaptada al cine y los derechos estaban en otras manos, los productores se vieron obligados a cambiar algunos nombres de la trama. Pero el Charles Dobbs de James Mason es el George Smiley que había imaginado Le Carré y, salvo un par de detalles, el resto de la obra se conserva intacta.

Hay gente que habla maravillas de Le Carré, en especial por su visión desangelada del mundo del espionaje. A mí no me termina de convencer. Mientras que uno puede alabar que sus personajes se vean más reales y mundanos, sus tramas no dejan de ser rebuscadas y artificiales. Es lo que pasa con Llamada Para el Muerto. Acá hay un thriller muy muy lento y demasiado dialogado que se resuelve de la manera más estúpida y obvia. El problema no pasa por el exceso de parlamentos, sino que los mismos son sobre cosas triviales y no sobre la intriga principal – el occiso, ¿se mató o lo asesinaron? -. Por ejemplo, la historia pierde muchísimo tiempo sobre la infidelidad / ninfomanía de la esposa de Dobbs / Smiley, el cual puede ser impotente u homosexual (elija la opción que más le guste). Y el autor le dedica un gran tiempo a ese burdo desarrollo dramático porque es el que sirve como excusa para meter con calzador al amante de la esposa de Smiley, el cual es a) un ex compañero de inteligencia de Smiley durante la Segunda Guerra Mundial; b) el villano camuflado de turno. No falta ser un genio para preguntarse qué hace Maximilian Schell en un papel tan chiquito en semejante película… a menos que después resulte que no es quien aparenta ser.

Llamada Para el Muerto es lenta y pesada. Hay poca investigación y demasiados vericuetos dramáticos que no le importan a nadie y, lo que es peor, cuando se resuelven sobre el final no obtienen el impacto que debería tener. James Mason como Charles Dobbs / George Smiley es anodino y dista de ser brillante, y uno termina suplicando que lo maten y dejen el protagónico al inspector Mendel que encarna Harry Andrews, que es mucho mas sagaz, valiente y pragmático que el aburrido héroe de turno.

Como thriller de la Guerra Fría, Llamada Para el Muerto es competente sin ser sobresaliente. Toda la intriga se podría haber resumido en media hora y hubiera ganado eficiencia; pero el sobrecargado desarrollo del triángulo amoroso que encara Le Carré lastra el filme, y diluye la eficiencia de la trama, convirtiéndola en algo ok que no es memorable.

3 CONNERYS: Una aventura de George Smiley, el antihéroe de las novelas de John Le Carré. Hay poca intriga y demasiados vericuetos dramáticos que bordean el melodrama barato. Smiley es un héroe aburrido y es superado por lejos por varios personajes secundarios que lo acompañan. Un thriller ok, aunque algo anodino.

LA SAGA DE GEORGE SMILEY

Algunos títulos basados en la saga de John le Carré son: El Espía que Surgió del Frío (1965) – Llamada Para el Muerto (1966) – El Topo (2011)