Crítica: Cockneys vs Zombies (2012)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 2012: Harry Treadaway (Andy Macguire), Rasmus Hardiker (Terry Macguire), Alan Ford (Ray Macguire), Honor Blackman (Peggy), Michelle Ryan (Katy)

Director: Matthias Hoene, Guión: James Moran & Lucas Roche

Trama: Andy y Terry Macguire son dos rateros extremadamente torpes. En su afán de rescatar a su amado abuelo del geriátrico donde se encuentra – y al cual están a punto de demoler – han decidido atracar un banco, para lo cual se han rodeado de una sarta de criminales más ineptos que ellos mismos. El robo sale mal, pero no por su torpeza sino porque – en el interín – descubren que Londres ha caido presa de una epidemia de zombies, lo cual ha dejado a la ciudad en un estado de caos generalizado. Ahora la única preocupación de los hermanos es rescatar a su abuelo, el cual se ha parapetado en el geriátrico y resiste como puede los embates de los muertos vivientes.

Cockneys vs Zombies Cockneys vs Zombies es una de esas peliculas en donde el trailer es mejor que el film. Es que la sinopsis resume los mejores momentos de la cinta, y el resto se alterna entre lo insulso y lo pasable. Imaginen una versión de segunda de Shaun of the Dead, sólo que hecha por alguien que tiene mucha menos gracia que Edgar Wright. El resultado final está ok, pero creo que este mismo material – en otras manos – hubiera rendido mucho mas.

Aca hay una familia de criminales. Está el abuelo – el venerado Alan Ford, el cual es una especie de versión inglesa de Christopher Walken, y que viene repitiendo el mismo personaje desde Snatch, Cerdos y Diamantes – que es un tipo elegante, recio y malhablado, y que no se resigna a pasar sus últimos dias en un geriátrico. Están los nietos – dos rateros de poca monta, voluntariosos pero ineptos – que quieren darle al abuelo un futuro venturoso en los últimos días de su vida (y para lo cual precisan una tonelada de dinero). Están los inoperantes secuaces de los nietos, los cuales los ayudan a planear (es un decir) el asalto a un banco, lo que en vista de sus menguadas capacidades intelectuales es una empresa tan compleja como montar un viaje a la Luna. Está un grupo de vejetes – entre los que figura la ex chica Bond Honor Blackman, devenida en una momia ambulante y desempeñando el papel más bizarro de su carrera -, los que conviven con Ford en un asilo al cual van a demoler en cualquier momento; y, por último, está una constructora que está demoliendo medio barrio para construir un gigantesco condominio de lujo, y que termina por desenterrar una antiquísima catacumba en donde alguien había enterrado una horda de zombies hace 5 siglos. La sucesión de hechos es obvia: los zombies quedan sueltos y desatan una epidemia, los ineptos ladrones proveen las armas para la defensa (y la carniceria), y los gerontes hacen de comic reliefs, generando los gags de la pelicula. Imaginen a un viejo en andador escapar a los saltitos de una horda de zombies. Ja.

El problema con todo esto es que el timing comico del director es, cuando sumo, flojo. No hay mucho desarrollo de personajes, los chistes son bobonchos, y hay bastantes momentos tarantinescos que caen en saco roto, como si fueran copias de mala calidad de filmes anteriores. Sin dudas la pelicula le intenta poner ganas, pero nunca termina por ser hilarante, y tan solo califica como simpática.

Aun con todo eso, uno pasa un momento agradable con Cockneys vs Zombies. El nombre podria traducirse (en criollo) como Pitucos vs Muertos Vivientes, y hay un flojo subtexto detrás de todo esto, como si los gerontes representaran a los londinenses de estirpe, los que defienden a capa y espada los valores tradicionales que son diezmados por la modernidad (los zombies). A final de cuentas los zombies aparecen en el sitio de construcción de un invasivo condominio, y las criaturas pronto se las verán con un montón de vejetes que tienen una visión mucho mas clásica del mundo. En un momento Alan Ford se despacha con un discurso sobre eso – “somos una minoria pero volveremos y triunfaremos!”-, pero las intenciones alegóricas se diluyen en el medio de las obviedades del libreto.

Si ven Cockneys vs Zombies no la van a pasar mal, pero hay cosas mejores en los catálogos de los videoclubes. En todo caso es la ejecución pobre de una idea que tenia su potencial, y cuya oportunidad pasó de largo debido a la impericia del director.