Crítica: El Agente de CIPOL: Asesinos por Karate (1967)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 2/5: mediocreUSA, 1967: Intérpretes: Robert Vaughn (Napoleon Solo), David McCallum (Illya Kuryakin), Joan Crawford (Amanda True), Curd Jürgens (Carl Von Kesser), Herbert Lom (Randolph), Telly Savalas (conde Valeriano De Fanzini), Terry-Thomas (oficial de policía), Leo G. Carroll (Alexander Waverly), Kim Darby (Sandy True), Diane McBain (condesa Margo De Fanzini), Jill Ireland (Imogen Smythe)

Director: Barry Shear – Guión: Boris Ingster & Norman Hudis, basado en la serie de TV The Man From UNCLE, creada por Sam Rolfe

Trama: Luego de crear un proceso para convertir al agua de mar en agua potable, el Dr. True aparece muerto y los agentes de CIPOL investigan el suceso. Así es como descubren que True ha sido asesinado por operativos de TRUSH, quienes desean apoderarse de la fórmula ya que se obtiene oro como residuo del proceso. Pero la fórmula ha desaparecido y los agentes de CIPOL creen que el científico envio fragmentos de la misma a cada una de sus hijas, las cuales viven desperdigadas por toda Europa. Ahora Napoleón Solo e Illya Kuryakin deberán moverse de prisa, ya que TRUSH ha enviado un escuadrón de karatecas asesinos a presionar a las muchachas y obtener la fórmula a toda costa.

El Agente de CIPOL: Asesinos por Karate (1967)Asesinos por Karate es el quinto filme de la saga sobre los agentes de CIPOL, montado sobre capítulos dobles de la serie. La tira siempre ha funcionado como una versión televisiva, pasteurizada y empobrecida de los filmes de James Bond, pero los argumentos y los protagonistas siempre han destilado suficiente encanto como para ser disfrutables en sus propios términos. Y si bien El Agente de CIPOL obtuvo sus quince minutos de éxito siguiendo algunos lineamientos propios, Asesinos por Karate tiene tantos detalles bizarros que se siente como una película de James Bond dirigida por los responsables del Batman 1966 de Adam West.

Acá hay una fórmula que, entre otras cosas, sirve para extraer oro del agua de mar. El científico de turno se muere, deja alguna pista y empieza la pesquisa. El primer paso es interrogar la viuda – Joan Crawford en un cameo extendido, que venía reviviendo su carrera desde su participación en Qué Pasó con Baby Jane?, y que acá se toma el papelito que le toca en suerte con una seriedad excesiva -, la cual pasa al estado de fiambre en pocos minutos. La otra pista posible para por una de las hijas del científico – Kim Darby, la misma de True Grit y No le Tengas Miedo a la Oscuridad -, la que empieza a revelar la ubicación de las restantes partes de la fórmula. Esto da pie a una “gran” aventura internacional … montada íntegramente en estudios – Paris son cuatro mesas y un camarero con bigote enrulado; Suiza es un set lleno de motas de puré de papas instantáneo, etc -, en donde cada escala da pie a una secuencia más bochornosa que la otra. Por ejemplo la parada en Italia nos trae a un sacadísimo Telly Savalas, quien tiene a su esposa encerrada y desnuda para que no salga y gaste dinero (esa es una fórmula que debería probar en mi casa!); la escala en Londres tiene a Jill Ireland (quien en esos momentos estaba divorciándose de David McCallum para irse con Charles Bronson) como una bailarina de burlesque apareciendo desnuda en medio de un desfile de la Reina; y en la última etapa viajamos a un decorado ultrafalso (que se supone que es Suiza) en donde reside la restante chica, la que vive un apasionado romance con el geronte Curt Jurgens (sí, otro futuro villano Bond que aparece aquí junto a Savalas). El grand finale tiene lugar en en la gran Tokio, … montada con un par de exteriores robados de algún documental sobre Japón y una parva de decorados de cartón pintado.

Por supuesto que el montaje de toda esta gran aventura internacional es lamentable e innecesario, ya que todo esto podía haberlo resuelto el libreto seteando a la acción dentro de Norteamerica, lo cual habría quedado mucho más prolijo y coherente. Hay un gran cast haciendo papeles pequeños y ridículos, y en general todo destila mediocridad. El gran Herbert Lom – el jefe Dreyfuss de la saga de La Pantera Rosa – es demasiado siniestro y expeditivo, y eso choca contra las masivas peleas que parecen coreografiadas por la gente de la tira Batman de 1966 (sólo faltan los pows! y los encapotados, porque los ángulos torcidos y los colores sicodélicos están). Lom va a todas partes con cinco asesinos con guantes negros y uniformados de rojo (los dichosos asesinos karatecas, que son una troupe de gerontes lentos para pelear), los cuales son tan discretos como un elefante rosado en medio de una multitud. Los diálogos son terribles, los pasos de comedia fallidos, e incluso el filme cae en un par de secuencias bizarras como los matones golpeando salvajemente a Kim Darby.

Es posible que toda la responsabilidad de este fracaso recaiga en los hombros del director Barry Shear, el que no parece entender en absoluto los códigos que convirtieron a El Agente de CIPOL en un éxito. Acá era imprescindible tomarse en broma la historia, jugarla en tono de comedia. Pero el libreto es mediocre por donde se lo mire, y la dirección artística no se le queda atrás, desperdiciando un cast más que interesante.

2 CONNERYS: Es como un cóctel de James Bond y el Batman de Adam West, pero con presupuesto clase Z y absolutamente sin gracia. Peleas malas o fuera de lugar, intriga tonta, malos chistes. Una entrega bizarra y mediocre de El Agente de CIPOL.

EL AGENTE DE CIPOL

La serie El Agente de Cipol (1964 – 1968) – Los filmes: Para Atrapar al Espia (1964) – Un Espia con Mi Rostro (1965) – Demasiados Espias (1966) – El Espia del Sombrero Verde (1966) – Asesinos por Karate (1967) – Los Espias del Helicóptero (1968) – Como Robar el Mundo (1968) – El Regreso del Agente de CIPOL (1983). El Agente de CIPOL (2015) es una versión para la pantalla grande protagonizada por Henry Cavill.