Crítica: Chronicle, Poder Sin Limites (2012)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2012: Dane DeHaan (Andrew Detmer), Alex Russell (Matt Garetty), Michael B. Jordan (Steve Montgomery), Michael Kelly (Richard Detmer), Ashley Hinshaw (Casey Letter), Bo Petersen (Karen Detmer), Anna Wood (Monica)

Director: Josh Trank, Guión: Max Landis & Josh Trank

Trama: Andrew Detmer es un tímido adolescente que vive en un hogar en crisis: su madre padece una enfermedad terminal y su padre – un ex bombero pensionado – vive borracho y golpeándolo. Ahora Andrew ha comprado una cámara y se dedica a interponerla entre él y el mundo, filmando todo lo que pasa en su vida. Pero una noche su primo Matt – junto a su amigo Steve – le pide que lo acompañe a investigar (y filmar) los extraños resplandores que proceden de una cueva que han descubierto en las cercanías. Allí el trío se topa con un gigantesco meteorito, el cual emite poderosas radiaciones que terminan por dejarlos inconscientes. Al recuperarse y salir de la cueva, comienzan a percibir que han adquirido la capacidad de mover objetos con la mente, y pronto empiezan a experimentar con ello. Pero cada día que pasa sus poderes telekinéticos se vuelven cada vez más poderosos… y esto comienza a provocar la inestabilidad emocional de Andrew, descubriendo que ahora posee una herramienta para hacerse respetar y para tomar revancha de aquellos que han abusado de él, especialmente su padre. Y a menos que Matt y Steve logren hacerlo entrar en razón, el frágil muchacho puede desencadenar en cualquier momento una masacre de proporciones gigantescas en su ciudad natal.

Arlequín: Crítica: Chronicle, Poder Sin Limites (2012)

No hay nada de original en Chronicle, Poder Sin Límites: es un acolchado de retazos compuesto por el estilo de El Proyecto Blair Witch, una óptica desangelada y realista de la mitología de los superhéroes (del estilo de Heroes, Jumper, El Elegido), algunas gotas de melodrama Marvel, y un grueso de ingredientes procedentes de los filmes de adolescentes de vida torturada dotados de poderes mentales (Carrie, La Furia, etc) que estuvieron tan de moda en los años 70. El resultado final no sólo cuaja mucho mejor que lo esperado, sino que se trata de uno de los mejores filmes del género de los últimos años. ¿Qué pasa cuando uno descubre que tiene poderes para ser un superhéroe y decide no serlo?. O, por el contrario, ¿qué ocurre cuando el individuo superpoderoso resulta ser mentalmente inestable y decide usar sus dones para efectuar sus venganzas personales?.

Es de agradecer que la postura de Chronicle es eminentemente pragmática. A toda esta gente le importa un pito ayudar a la humanidad: simplemente son adolescentes que utilizan sus poderes para beneficio propio y/o para divertirse. Nada de subtexto comiquero; ver cuántas cosas se pueden levantar en el aire, qué se puede destrozar, y hasta donde llega el poder. Pero con un gran poder llega una gran responsabilidad… y se precisa un gran sicólogo. Tres muchachos investigan una cueva en donde encuentran un meteorito y la radiación les da poderes telekinéticos. Primero levantan fichas Lego con la mente; luego mueven autos estacionados; por último son capaces de volar por el cielo – es interesante notar que los poderes telekinéticos, en el estado que se muestran en el filme, serían los únicos capaces de explicar el por qué Superman vuela; lástima que el hombre de Kriptón es incapaz de mover cosas con la mente -. En el medio hay un melodrama tipo Carrie, con otro adolescente bastardeado por propios y ajenos y que, cuando descubre el chiche nuevo, no tarda mucho en usarlo para descargar su ira. Esas escenas funcionan muy bien y no caen en el dramatismo barato; uno festeja las revanchas del muchacho… hasta que empezamos a ver que se pone cada vez más violento y poderoso.

Chronicle, Poder Sin Límites es un filme muy corto – apenas 84 minutos -, y allí reside su efectividad. La cámara en primera persona le da inmediatez en lo emocional y espectacularidad cuando llega la acción, con lo cual el narrador se ahora gastar un montón de recursos para plasmar éstado anímico o crear una atmósfera. Es por ello que la película es tan breve y se siente tan ágil. A esto se suma que el filme explora muchos aspectos del fenómeno – el don que han recibido estos chicos -, con lo cual siempre pasa algo interesante en pantalla. Sumemos a esto muy buenas performances – en especial de Dane DeHaan, que tiene la mirada sicótica propia de un Leonardo DiCaprio adolescente – y se obtiene un filme bastante intenso.

El estilo Blair Witch encaja bastante bien con el resto de la historia. El grueso de la filmación la provee el personaje de Andrew, quien prefiere interponer una cámara entre él y el mundo que lo rodea; pero hay escenas intercaladas con tomas procedentes de la videocámara del primo, dispositivos de seguridad y hasta celulares. Es como si todo el filme estuviera dirigido por un Gran Hermano, haciendo una historia con cuanto retazo de video pueda obtener de cualquier dispositivo presente durante los hechos que acontecen en la historia.

La escalada dramática está muy bien orquestada. No es difícil anticipar que el personaje de Andrew está gestando su propia emancipación emocional, especialmente ahora que ha recibido estos poderes. El tema es: ¿se trata del individuo adecuado? ¿es alguien suficientemente maduro como para manejarlo?. ¿O se trata de una víctima de su propio destino, en donde los poderes lo único que hacen es acelerar la tragedia que le tenía deparada su vida?. Quizás se le pueda achacar a Chronicle que las circunstancias en que vive Andrew son muy Dickensianas – madre moribunda, padre alcoholico y desocupado, compañeros de escuela que lo torturan, chicas de su clase que lo rechazan – y parecen orquestadas para desencadenar el grand finale del filme – cuando se caiga una de esas fichas, se desmorona el resto del castillo de naipes que compone la vida (y estabilidad mental) de Andrew -, pero por otra parte sirven para plantear un par de interrogantes interesantes. En muchos comics vemos que los superhéroes son adolescentes (tipo Peter Parker), pero las historietas jamás se plantean si son emocionalmente maduros como para asumir dichas responsabilidad. ¿Qué es lo que le impide convertirse en un matón a Peter Parker y abusar de su poder en su propio beneficio o en desmedro de quienes considere sus enemigos?.

Ciertamente Chronicle, Poder Sin Límites no es el gran filme filosófico sobre super héroes / super poderes que uno pueda imaginar, pero se da el gusto de dejarle varias interrogantes interesantes al fan del género. Por otra parte, elabora una hipotesis y se encarga de demostrarla prácticamente sin fallas. Y cuando las cosas se salen de control, el director / guionista Josh Trank rueda escenas sencillamente impresionantes, con autos y personas volando por los aires o siendo pulverizadas en un instante. El climax es lo más parecido a lo que podría haber sido el final de Superman II si se hubiera rodado en esta época de efectos por computadora.

Chronicle, Poder Sin Límites es inteligente, intensa y tiene un puñado de escenas espectaculares. Es un guisado hecho de influencias, que termina por obtener su propio sabor. Es muy posible que la disfruten más los fans del género que los neófitos – a quienes les parecerá la premisa demasiado fantasiosa -, pero no por ello uno debe dejar de reconocer las bondades de su manufactura.