Crítica: Casino Royale (1967)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 2/5: mediocre Gran Bretaña , 1967: David Niven (Sir James Bond), Peter Sellers (Evelyn Tremble / James Bond II), Ursula Andress (Vesper Lynd), Joanna Pettet (Mala Bond), Orson Welles (Le Chiffre), Woody Allen (Jimmy Bond), Deborah Kerr (agente Mimi / Lady Fiona Mc Tarry), Barbara Bouchet (Miss Moneypenny), Daliah Lavi (The Detainer), Charles Boyer (Le Grand), John Huston (McTarry / M), Kurt Kasznar (Smernov), George Raft (como él mismo), Jean-Paul Belmondo (legionario francés), Terence Cooper (Cooper/James Bond III)

Directores – Val Guest, John Huston, Kenneth Hughes, Joseph McGrath & Robert Parrish; Dirección Adicional: Val Guest; Guión: John Law, Wolf Mankowitz & Michael Sayers, sugerido por la novela de Ian Fleming; Productores – Jerry Bresler & Charles K. Feldman; Fotografía – Jack Hildyard; Musica – Burt Bacharach; Efectos Especiales – Les Bowie, Cliff Richardson & Roy Whybrow; Diseño de Producción – Michael Stringer. Producida por Columbia / Famous Artists.

131 min, Color – Nominada al Oscar 1967 por mejor canción: The Look of Love

Trama: Alguien está matando a los espías de todos los servicios secretos y estos, en conjunto, deciden ir a ver a Sir James Bond, que se encuentra en el retiro. Pero el encuentro sale mal, hay un atentado, y varios jefes mueren, entre ellos M. Sir James deberá hacerse cargo del servicio secreto de su majestad, y terminará descubriendo que todo se trata de un complot tramado por su sobrino Jimmy Bond, que tiene complejo de inferioridad sobre la fama alcanzada por su tío.

Critica: Casino Royale (1967)

Casino Royale 1967Este es el primer Bond renegado.

En 1954, James Bond estaba comenzando a ser un personaje literario relativamente popular, gracias a las novelas de Ian Fleming. En realidad, no dejaba de ser un personaje similar al de los pulps americanos (novelas policiales baratas que tuvieron gran auge en la era de la depresión, y del cual salieron íconos como Sam Spade o Philip Marlowe), con algún toque exótico como eran los escenarios internacionales y algun toque de sci fi (como desviar cohetes americanos en Dr.No). Fleming había britanizado el género, y lo enfocó hacia el espionaje y la aventura.

En esa época fué que CBS, la cadena norteamericana de televisión, decidió poner al aire en una versión en vivo de una hora para su ciclo Climax Theatre de Casino Royale (que proximamente ampliaremos sobre el tema). CBS obtuvo los derechos sobre esta novela y no los adquirió sobre el resto o futuras (a final de cuentas, ¿quién era Fleming en 1954?), por lo que a 1962 cuando Saltzman y Broccoli compran el paquete de derechos cinematográficos de Fleming, Casino Royale no figuraba en el mismo.

Cuando la Bondmanía estalló en 1964 a raíz de Goldfinger, Eon vió el filón de oro que tenía en sus manos e intentó recuperar los derechos de la novela perdida, precisamente para que no surgiera ningún film o serie en paralelo que utilizara a Bond como protagonista. Los derechos ya figuraban en Columbia Pictures, y la productora delegó a Charles K. Feldman a desarrollar un proyecto sobre la novela.

Feldman era un productor regular del estudio, que había obtenido un éxito espectacular con What´s new, Pussycat? (1965), una comedia multiestelar entre los que se encontraban quienes sería regulares en Casino Royale, como Peter O´Toole, Peter Sellers, Ursula Andress y Woody Allen. Pero aunque parezca extraño, el primer acercamiento al proyecto por parte de Feldman era directo (producir un film Bond serio), y se reunió con Saltzman y Broccoli. Tanto diferencias de puntos de vista como problemas contractuales impidieron la empresa, lo cual no detuvo a Feldman a que se acercara directamente a Sean Connery para negociar su participación como Bond en el film. Y cuando Connery pidió un salario de 1 millón de dólares, Feldman decidió que la película debería replantearse y cambiar de rumbo, encaminándola hacia la comedia que terminó resultando.

El enfoque que usó el Feldman era similar al de What´s new, Pussycat?: elenco multiestelar, musica de Burt Bacharach, argumento disparatado. Pero, decidido a generar una obra monumental, no usó uno o dos directores o siquiera un solo guión. En uno de los más extraños casos de logística cinematográfica, decidió armar un boceto lineal de argumento y escenas, los partió como si fueran capítulos, y se lo dió a una multiplicidad de actores, directores y guionistas para que improvisaran sobre él. Por ejemplo, en el film es bastante claro identificar a la primera parte (el encuentro de los jefes de inteligencia con Bond) como dirigido por John Huston, pero la escena siguiente en Escocia ya pertenece a otro director (y guionista), e inclusive muchas de las líneas (especialmente las de Welles, Allen y Sellers) fueron improvisadas en el set. Incluso hasta tres equipos de filmación llegaron a funcionar simultáneamente, en diferentes estudios, rodando partes del film.

Si todo esto tenía por fin generar una obra maestra armando un equipo creativo, el resultado – en cambio – es un absoluto desastre. No sólo en términos de coherencia fílmica (aún cuando fuera una comedia lunática), sino también en cuanto a gracia y a ritmos que mantiene la película. Agrava aún más el hecho de que, ante la dirección creativa caótica del proyecto, sucedieran percances como un Woody Allen enojado que se marchó del set vestido como Jimmy Bond, directo al aeropuerto (y a Nueva York) por diferencias creativas… o el divismo insufrible de Peter Sellers, que se negó a filmar cara a cara con Orson Wells, desapareciendo días enteros de la filmación, y que culminaron con su despido, con lo cual muchas escenas quedaron recortadas (la marcha de los escoceses mientras torturan a Bond) o inconclusas, aumentando la incoherencia de un film sin rumbo.

Ciertamente Casino Royale (1967) es el mayor despliegue estelar jamás reunido; y la mayor incoherencia super producida jamás filmada (en el ámbito cinematográfico se la compara con la Cleopatra de las comedias – la que fuera un fracaso mayúsculo con Elizabeth Taylor y Richard Burton), con un presupuesto superior incluso a los de la serie oficial Bond (el proyecto terminó costando 12 millones de dólares contra 11 que costó You Only Live Twice y 9 de Thunderball). Y aunque es visto como un fracaso comercial, en realidad fué la tercera película más taquillera de ese año, superada solo por la misma You Only Live Twice (con el auténtico Bond) y The Jungle Book, y dando – a la larga – unos 5 millones de dolares de ganancia. Pero a ojos del público y crítica, fué vista como una aberración, y es considerada como la lápida de la moda Bond. Visto el disparate creativo y financiero que fué, muchos estudios comenzaron a guardar bajo llave sus proyectos para competir con la serie oficial. The Ravagers la quinta película de la serie Matt Helm con Dean Martin – fue archivada (además de que Martin se lanzó a un proyecto televisivo); y la tercera película deDerek FlintThe Bride of Flint – sufrió el mismo destino. Imaginaron que debía ser tan elevada la apuesta (para salirle al ruedo a 007) que la vieron como insegura, y a Casino Royale (1967) como la decadencia del género. Y tal es así, que incluso cuando George Lazenby filma On Her Majesty´s Secret Service, la visión general de que James Bond estaba llegando a su fin llega a oídos del australiano en boca de pésimos consejeros, y rechaza el contrato para filmar varias películas más.

Tal es el impacto que tuvo en la industria cinematográfica el proyecto de Feldman (que fallecería al año siguiente del estreno).

Como dijimos, Casino Royale (1967) no debe ser vista como un film, sino como una serie de episodios vagamente relacionados (en algunos casos la conexión apenas existe). Mientras que en la primer escena del re-reclutamiento de Bond es apenas graciosa, el viaje a Escocia para reunirse con la viuda de M es definitivamente terrible y lastra el tibio ritmo que el film llevaba hasta ese momento. La puntería mejora cuando Sir James regresa a Londres (con un David Niven incomprensiblemente dejando de tartamudear), y se eleva bastante cuando Woody Allen y Peter Sellers aparecen en pantalla. Las escenas de Allen son obviamente escritas por él, ya que los parlamentos son inconfundibles (en la escena del fusilamiento, diciendo “Mi médico me dice que balas entrando en mi sangre pueden ser fatales para mí. ¿No sabe que tengo una baja tolerancia a la muerte?). Y en las escenas en que Sellers aparece, también es obvio que el inglés improvisa, la mayor parte del tiempo con gracia y con el carisma que lo caracteriza. Pero también – por los motivos del despido antes mencionado – son las escenas peor cohesionadas del film (especialmente la seducción en el cuarto de hotel por Jacqueline Bisset es construida y abandonada sin ton ni son).

Pero son precisamente las escenas de Sellers las que desarrollan – en unos pocos minutos – el núcleo de la novela de Fleming. Bond (Sellers – en realidad el experto jugador de Baccarat Evelyn Tremble que toma el lugar de Sir James) debe arruinar económicamente a Le Chiffre, sicario de SMERSH (la organización rusa para eliminar espías rivales), a través de su pasión por el Baccarat, Bond es atrapado y torturado, y se salva gracías a la intervención de un asesino de SMERSH que viene a poner fin los desbandes financieros de Le Chiffre con el dinero de su organización (aquí no, ya que debían echar a Sellers). También está Vesper Lynd (aquí encarnada por Ursula Andress, tomada directamente desde su Honey Rider de Dr. No) que es una doble agente y que termina muriendo (en circunstancias diferentes) por Bond. Ciertamente, mas allá de los disparates, la trama es recreada con bastante fidelidad e incluso cuando Le Chiffre / Wells tortura a Bond, hay colgado de su silla un rastrillo para sacudir alfombras… que era el instrumento que usaba el Le Chiffre original en la novela, golpeando a 007 semidesnudo a través de una silla sin asiento en sus genitales.

Pero todo el resto es inventado y es disparate. Los escoceses, el OVNI que rapta a la hija de Bond, el casino invadido por indios, vaqueros y Frankenstein…. es demasiada locura junta. Y locura sin demasiada gracia. A pesar de reunir a los mas grandes actores, cómicos y directores de su tiempo, son pocas las risas. E incluso, hay varios chistes atroces como los referidos al tupé de M, o el intento de seducción de Sir James por su propia hija que rozan el mal gusto. Y hay otros momentos muy creativos como la visita de Mata Bond a la escuela de espionaje de Berlín, diseñada como un escenario de El Gabinete del Dr. Caligari (1919), y donde participa Vladek Sheybal (el Kronsteen de From Russia With Love), quien precisamente menciona que entre sus estudiantes se encontraba Peter Lorre, que era el Le Chiffre original de la versión CBS de 1954.

Como film es realmente muy desparejo y poco entretenido. Como comedia fracasa. El argumento de que todo se trata de una venganza del sobrino hacia su tío por un complejo de inferioridad es realmente idiota, y si bien la película tiene algunos rasgos de perspicacia (como cuando Allen explica sobre los dobles de los mandatarios), nunca termina de emerger. Ciertamente es una cápsula del tiempo sobre la paranoia Bond de la época, y también contiene varias fuentes (Bacharach, las mujeres robot, la sicodelia) que serán mejor explotadas en Austin Powers. Es un espectáculo colorido y extravagante, pero salvo Sellers, Allen y la excelente música de Burt Bacharach, es la más cara y aburrida locura jamás filmada.

2 CONNERYS: incoherencia y total falta de gracia en un film que se escapó a la serie oficial. Demasiados directores y guionistas arman una película por capítulos mal cohesionados, y donde sólo brilla Woody Allen, Peter Sellers y la música inconfundible de Burt Bacharach. Hay algunas escenas y diálogos inspirados y graciosos, pero son tan pocos que pasan desapercibidos. Un multimillonario fracaso creativo que sepultó a todos los posibles competidores de 007 por parte de los grandes estudios.

LOS FILMES NO OFICIALES DE JAMES BOND

Casino Royale 1954Casino Royale 1967Nunca Digas Nunca Jamas

Canción del film

El tema instrumental del film es todo un clásico, así como la canción incidental (The Look of Love) que suena cuando Sellers / Bond se encuentra con Vesper Lynd / Ursula Andress, y que fuera nominada al Oscar ese año (y más tarde reciclada en el film de Austin Powers). Musica de Burt Bacharach, letra de Hal David. Canta Dusty Springfield.

The look of love
Is in your eyes
The look your smile can’t disguise
The look of love
Is saying so much more
Than just words could ever say
And what my heart has heard
Well it takes my breath away

I can hardly wait to hold you
Feel my arms around you
How long I have waited
Waited just to love you
Now that I have found you

You’ve got the look of love
It’s on your face
A look that time can’t erase
Be mine tonight
Let this be just the start
Of so many nights like this
Let’s take a lover’s vow
And then seal it with a kiss

I can hardly wait to hold you
Feel my arms around you
How long I have waited
Waited just to love you
Now that I have found you
Don’t ever go

I can hardly wait to hold you
Feel my arms around you
How long I have waited
Waited just to love you
Now that I have found you
Don’t ever go
Don’t ever go
I love you so