Crítica: Casino Royale (1954) Climax Theater Version

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificación 2/5: mediocre Estados Unidos , 1954: Barry Nelson (James “Jimmy” Bond), Peter Lorre (Le Chiffre), Linda Christian (Valerie Mathis), Michael Pate (Clarence Leiter), Kurt Katch (Zolto), William Lundigan (narrador)

Director: William H. Brown Jr.; Guión: Charles Bennett y Anthony Ellis, sobre la novela de Ian Fleming; Producida por la CBS

48 min, Blanco y Negro; 3er capítulo perteneciente a la serie Climax!, emitido el 21 de Octubre de 1954

Trama: El Deuxieme Bureau y la CIA contactan al experto jugador de cartas americano Jimmy Bond para que trabaje con ellos. Esa noche, en el Casino Royale, deberá ganarle a un hombre conocido como Le Chiffre, quien en realidad es el jefe del espionaje soviético en la región. Le Chiffre ha cometido varios errores financieros, y esperan quebrarlo económicamente en una muy fuerte partida de Baccarat. Pero lo que desconoce Bond es que su viejo amor Valerie Mathis trabaja ahora para Le Chiffre, y que éste se encuentra al tanto de la operación. Simulando que Mathis ha sido secuestrada y chantajeando a Bond, le exigen que pierda el partido (y que Le Chiffre se quede con los fondos de los servicios secretos). Pero inesperadamente Bond recibe dinero extra y opta por ganar la partida. Furioso, Le Chiffre le tiende una trampa a Bond, y junto con Mathis son encerrados en su habitación de hotel, donde el espía procede a torturar al jugador hasta recuperar el dinero perdido en la partida.

Casino Royale 1954Esta es la primera y única adaptación televisiva de una novela de Ian Fleming. Ciertos rumores circularon en Internet sobre una versión para la pantalla chica de Moonraker, protagonizada por Dirk Bogarde (como Bond) y Orson Wells (como Drax) hecha en los 50, pero resultó ser un ingenioso hoax (engaño) construido por un fan. Salvo Casino Royale 1954, ninguna otra novela de 007 fue adaptada a la TV; el resto de las obras fue adaptado al cine.

Durante mucho tiempo se creyó que el videotape estaba perdido. A fin de cuentas se trataba de una emisión en vivo hecha en 1954, de un ciclo no demasiado exitoso, y sobre un personaje que para ese entonces no representaba nada. Quizás por intereses comerciales o casualidades, lo cierto es que en los últimos años apareció la cinta y comenzaron a circular versiones de dicha emisión original. Al igual que, por ejemplo, los capítulos iniciales de la serie Los Vengadores (cuando la protagonizaba Ian Hendry, y se presentaban en vivo), muchos tapes perdidos volvieron a aparecer. Fuera el fetichismo por ver algo con el nombre de James Bond estampado o la curiosidad de muchos fans por ver rarezas, lo cierto es que la fe puede mover montañas.

Ya hemos contado la historia de esta emisión en otras reviews, específicamente de Casino Royale 1967 y de Doctor No. Casino Royale es la primera novela de Ian Fleming, donde se presenta al agente secreto James Bond 007 del Servicio Secreto Británico, un experimentado espía de la Inteligencia Naval que ahora presta servicios en el Mi6. Bond es un experto jugador de cartas, y es enviado a Francia, precisamente al Casino Royale para que “desplume” a Le Chiffre, el tesorero regional de la sección europea de espionaje soviético – que tiene serios problemas financieros tras una mala serie de inversiones no autorizadas con fondos de los rusos en burdeles franceses -, y que planea recuperar el dinero en una partida de Baccarat de muy alto perfil (nota aparte: cuando Fleming operaba en el servicio secreto británico en la segunda guerra mundial, había ideado una operación similar contra oficiales alemanes en la Francia ocupada, pero nunca se llevó a cabo). En el camino se topa con Vesper Lynd, con quien entabla un amorío. Bond juega con Le Chiffre, mientras los agentes aliados Leiter (de la CIA) y Mathis (del Deuxieme Bureau) observan la partida. A 007 le va mal, y cuando todo parece perdido, Leiter le envía fondos frescos con los que termina por derrotar a Le Chiffre. Eufórico, Bond se dirige a festejar con Leiter y Mathis, pero Vesper es secuestrada. 007 se lanza en persecución tras los matones de Le Chiffre, pero tiene un accidente y es capturado. Secuestrado en un castillo, atado y totalmente desnudo, es torturado sin piedad por Le Chiffre, pero a último momento la división soviética Smersh Shpionem (que se encarga de eliminar espías enemigos y traidores) llega al castillo y mata a Le Chiffre, ya que los rusos se han enterado de los manejos sucios del operador. Bond es rescatado y le dan franco en el servicio secreto para reponerse de las heridas. De vacaciones con Vesper, Bond se enamora. Pero cuando se encuentra por pedirle matrimonio, descubre que Vesper se ha suicidado y le ha dejado una nota diciendo que ella era una doble agente, y que trabajó con Le Chiffre para tenderle la trampa. Como su conciencia la persigue, decide terminar con su vida.

Como novela, es una trama bastante blanda y estirada, que funcionaría mejor en un cuento. No olvidemos que son las primeras armas de Fleming como novelista. Los escenarios son pocos, no hay demasiada elaboración ni sofisticación, si bien Fleming ya anticipa algunos de los detalles exóticos y descriptivos que caracterizarían su estilo. Pero comparado con el resto, Casino Royale es bastante insípido. El núcleo de la trama es la partida de Baccarat, que está magistralmente desarrollada – el lector termina por entender las reglas del juego – y tiene suspenso. El resto es un largo preámbulo, un breve epílogo – a la subtrama de Le Chiffre -, y un excesivamente largo final que es anticlimático. Muchos de los diálogos son casi infantiles, en especial cuando Bond se encuentra en recuperación – teóricamente es el nacimiento del héroe tal como conocemos, su endurecimiento, su frialdad ante la vida -, pero Fleming no es bueno para escribir parlamentos. O al menos, si así era la usanza en los 50, se notan terriblemente desfasados. El personaje tomaría vuelo en novelas posteriores, pero no hay nada en Casino Royale que lo destaque de un montón de novelas baratas y similares de la época.

Pero Bond había tenido cierta repercusión en Gran Bretaña, y eso le interesó a los americanos de la CBS, amén de que Casino Royale cuadraba muy bien para una adaptación televisiva con escaso presupuesto y decorados. Por ello llega este capítulo de la serie de unitarios Climax! Theatre, con actores poco conocidos (exceptuando a Peter Lorre), emitido en vivo, y con una adaptación que prácticamente remodela toda la trama.

Uno puede decir que la trama original de Casino Royale no es demasiado interesante, pero las adaptaciones que ha sufrido la obra son peores. Si bien el film de 1967 es una comedia disparatada que solo sigue al relato original durante unos minutos (en la partida en el casino, la persecución y captura de Bond), la adaptación 1954 altera enormemente la historia original. Bond es ahora americano y civil; es tan solo un experto jugador de cartas que trabaja con los ingleses (aliados de la CIA); la chica se llama ahora Valerie Mathis y el espía amigo es Clarence Leiter; Mathis es un viejo amor de Bond y – desde el principio – sabemos que trabaja con Le Chiffre; y, un cambio fundamental, es que Le Chiffre sabe desde el comienzo de que se trata de una trampa, pero decide arriesgarse para quedarse con los fondos de la CIA a toda costa. ¡Ah!. Y Valerie sigue viva al terminar el relato.

Ciertamente no todos los cambios son malos – que Le Chiffre esté al tanto de los planes de los servicios de inteligencia occidentales y quiera hacer caer al enemigo en su propia trampa es un giro interesante -, pero hay algunos que son muy abruptos, y que tienen que ver con la necesidad de meter el relato en 48 minutos y cinco decorados. Es tonto, por ejemplo, que el film abra con un atentado a la vida de Bond, cuando en realidad Le Chiffre quiere apoderarse del dinero de la CIA en el juego. También es tonto que si Bond es un aficionado en el juego del espionaje, sepa que hay micrófonos en su habitación cuando se encuentra con Mathis. Pero, por otro lado, hay secuencias en que el guión sigue muy fielmente a Fleming: la partida de Baccarat, los fondos extras que le llegan a Bond cuando todo está perdido, el ocultar el cheque en la puerta de la habitación de hotel. Pero el relato acelera pasos con el secuestro de Valerie en plena partida – y el chantaje a Bond -, la decisión insólita que toma Bond de ganar la partida de todas maneras – aún arriesgando la vida de la chica -, además de cierta incoherencia en que Le Chiffre decide retener a Bond en su propio cuarto, llevar a la chica rehén y torturarlo en el baño – en esta ocasión, quebrándole dedos de los pies con una pinza -. Y por supuesto, deben mencionarse los cambios de nacionalidades, nombres y desapariciones de personajes que ha hecho el guion respecto de la historia original. Sobre el final, hay una versión recortada que culmina con Le Chiffre herido, y la versión original en que el personaje de Lorre recupera una navaja de su sombrero y ataca a Bond, antes de perecer bajo las balas del agente. De todos modos, no altera demasiado la evalución final del producto.

Es imposible comparar al episodio con algo (como, por ejemplo, con otro film de la serie oficial, la version 1967, etc), así que debe evaluarse por sus propios méritos. La trama es muy abreviada, y tiene huecos de lógica. Pero la dirección no intenta en absoluto taparlos; es realmente chata, simplemente se posa en los actores para captar los diálogos, recorre maquinalmente los escenarios, y ni siquiera intenta generar alguna tensión dramática – mas allá de la secuencia de la tortura en el baño -. La partida de Baccarat, por ejemplo, es totalmente expeditiva y sin tensión. Hay un par de encuentros armados de Leiter y Bond con los espías rusos, que son risibles. Los actores son inexpresivos – exceptuando a Lorre, que con una interpretación rutinaria suya puede demostrar más vida que todo el elenco junto -, y si queremos analizar el dato curioso, el Jimmy Bond de Barry Nelson es totalmente insípido. No tiene presencia, no sirve como galán, ni tampoco exhibe tensión o apuro, a pesar de las circunstancias. Es realmente pétreo. Y, como es de esperarse – o no – en las emisiones en vivo, hay algunos gaffes, en especial cuando Bond se libera y pelea con los secuestradores, en que Lorre recibe un balazo y se va caminando, como si nada, a buscar una silla en donde sentarse y recién allí mostrar dolor por la herida. Uno puede decir que la televisión en vivo es mediocre, pero no sería justo: vean sino la adaptación moderna de Fail Safe – producida por George Clooney, y dirigida por Stephen Frears en el año 2000 -. Un poco de ensayo, profesionalismo y visión creativa pueden elevar la calidad del producto. En esta adaptación de la obra de Fleming simplemente hay desidia.

No hay nada destacable en Casino Royale 1954. Nada que hubiera interesado a algún productor de Hollywood para conocer más sobre la obra del autor (yo desestimo las versiones de que este capítulo se había pensado como piloto para una serie de TV basada en Bond; es muy baja la calidad del producto). Es una historia bastante cambiada, pero resulta peor que el original literario. Los rubros técnicos son terriblemente mediocres, y en general no hubieran perdido nada si no la hubieran adaptado. Pero como rareza – y como capsula del tiempo – resulta medianamente interesante.

2 CONNERYS: una rareza, que los rumores han inflado su importancia en todos estos años, pero no deja de ser un film mediocre. Imposible que atrayera el personaje a alguien para producir una serie de TV sobre él. Lo único destacable es Peter Lorre, que debería haber sido un villano en la serie oficial Eon. Y su única importancia es haber dejado los derechos de la novela en otras manos distintas de Broccoli y Saltzman, para usarse en la adaptación independiente de 1967, y recién ser retomados tras la fusión oficial de la Sony / Columbia con la MGM / United Artists en el 2005.

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