Crítica: Pesadilla Diabólica (Burnt Offerings) (1976)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1976: Oliver Reed (Ben Roth), Karen Black (Marian Roth), Lee H. Montgomery (David Roth), Bette Davis (tía Elizabeth), Eileen Heckart (Roz Allerdyce), Burgess Meredith (Aaron Allerdyce)

Director: Dan Curtis, Guión: Dan Curtis & William F. Nolan, basados en la novela homónima de Robert Marasco

Trama: La familia Roth alquila una enorme y antigua mansión a un precio irrisorio y planean pasar allí sus vacaciones de verano. A su cargo queda el cuidado de la anciana madre de los dueños, la cual vive recluída en el ático de la casa y no se da a ver. Pero al poco tiempo de llegar, los Roth empiezan a pelear entre sí, y comienzan a ocurrir accidentes. Y la derruída casa parece comenzar a rejuvenecer con cada desgraciado incidente que les ocurre a los Roth.

Pesadilla Diabolica (Burnt Offerings) Dan Curtis pisaba fuerte en la TV en los años 70, y era el maestro del horror televisivo, con clásicos como las series Sombras Tenebrosas y Kolchak, The Night Stalker, amén del hit de culto Trilogía del Terror. Pero cuando ha probado de incursionar en la pantalla grande, los resultados han sido más que tibios. Burnt Offerings es otro de los intentos de Curtis de poner un pie en los grandes estudios de Hollywood. El problema es que toda la trama parece algo estirada y no supera la calidad de uno de sus telefilmes standard de horror.

Burnt Offerings es un filme realmente económico en todo sentido. Cuatro actores, una casa y un par de tomas de efectos especiales. El gran problema de este tipo de historias “económicas” es que no cuentan con un cast numeroso que sirva de víctimas. Para generar horror hay que matar gente a lo largo de una hora y media; y si no es el elenco principal, al menos algunos extras – el lechero que va a la casa, el cartero, etc -. Aquí ni siquiera eso. Entonces lo que tenemos es un grupo de actores tirando parlamentos amenazantes sin que ocurra nada. Y cuando todo se va en amenazas y sospechas, termina por aburrir.

En sí la idea no está mal; en vez de una casa poseída por fantasmas, es la misma casa la que está viva y funciona como un vampiro espiritual, alimentándose de accidentes y muertes que ocurren en su interior. Por ejemplo, se muere alguien y la casa cambia los techos – ojalá a mí me pasara lo mismo, ya que tengo un par de candidatos para sacrificar en el living con tal de reparar gratis las cañerías del duplex -. Como nadie muere hasta cerca de la hora y diez minutos de proyección, las cosas van muy lentas, y solo hay riñas entre Karen Black – habitué de los filmes de Dan Curtis -, Oliver Reed y Betty Davis, que para esa altura se había convertido en una figura del horror después de ¿Qué le Pasó a Baby Jane?. Las performances son buenas, pero no pasa nada que lo ponga a uno al borde de la butaca. Bah, en realidad, no pasa nada.

Esta es una historia que hubiera ido ok como telefilme o, mejor aún, como un capítulo unitario de alguna serie tipo La Dimensión Desconocida. Pero para 114 minutos de proyección es demasiado. Ciertamente en los últimos 10 minutos Dan Curtis tira toda la carne en el asador y al menos el final repunta el sabor soso que venía dejando el filme. Pero si uno compara filmes similares (o con puntos en común) que van desde El Horror de Amityville hasta El Centinela de los Malditos, Burnt Offerings resulta muy tibia. Apenas resulta recomendable a aquellos fans de Curtis que desean chequear toda su filmografía. Para el resto, pasará sin pena ni gloria.

LOS FILMES DE DAN CURTIS

Sombras en la Oscuridad (1970) – Kolchak: El Cazador Nocturno (1972) – Las Cintas de Norliss (1973) – Kolchak: El Estrangulador Nocturno (1973) – Trilogía del Terror (1975) – Pesadilla Diabólica (1976) – Trilogia del Terror II (1996)