Crítica: El Ultimatum Bourne (The Bourne Ultimatum) (2007)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

calificacion 5 Connerys sobre 5: excelente Recomendación del EditorUSA, 2007: Matt Damon (Jason Bourne), Julia Stiles (Nicky Parsons), David Strathairn (Director Noah Vosen), Scott Glenn (Director Ezra Kramer), Paddy Considine (Simon Ross), Edgar Ramirez (Paz), Albert Finney (Dr. Albert Hirsch), Joan Allen (Pamela Landy)

Director: Paul Greengrass – Guión: Tony Gilroy, basado en la novela homónima de Robert Ludlum – Musica: John Powell

Trama: Después de la agobiadora persecución en Moscú, Bourne se encuentra nuevamente en Europa. Le informa a Martin Kreutz que su hermana María – la compañera de Jason en la India – ha sido asesinada. Pero en el trayecto, Bourne se entera que un periodista londinense está publicando informes secretos acerca de la operación clandestina de la CIA conocida como Blackbriar, y decide contactarlo. Mientras tanto el implacable director de la CIA Noah Vosen, que comanda Blackbriar, ha detectado la misma fuga de información y decide eliminar a todos los contactos relacionados a la publicación de los datos. Bourne intenta infructosamente proteger al periodista, que resulta asesinado. Pero entre sus pertenencias encuentra datos que lo guian hasta el paradero del Dr. Albert Hirsch, el implementador de Blackbriar – operativo antecesor de Treadstone, y que involucra un reclutamiento y entrenamiento intensivo de asesinos a las órdenes de la CIA -. Ahora Bourne se encuentra en pleno sendero de destrucción hasta llegar hasta Hirsch y terminar por obtener los últimos datos que le faltan sobre su identidad perdida y sus orígenes.

El Ultimatum BourneEsta es la tercera entrega cinematográfica de la saga basada en el personaje creado por Robert Ludlum. Pero a esta altura la serie ya comienza a seguir los mismos derroteros que la saga de James Bond – salvo el título y algún que otro personaje, el film no tiene nada que ver con lo escrito por Ludlum en su libro -. En la novela, Bourne ha recuperado su identidad y prosigue con su misión de eliminar al terrorista internacional conocido como Carlos el Chacal. El Chacal, en estado de semi retiro, se propone eliminar a Webb / Bourne y destruir un centro especial de entrenamiento de la KGB, lugar donde el mismo terrorista obtuvo su adiestramiento inicial.

Pero en la película las cosas son absolutamente diferentes. Está directamente entroncada con La Supremacía de Bourne, y de hecho lo hace de un modo algo confuso; prácticamente los primeros dos tercios del film tratan realmente de hechos paralelos que se están desarrollando durante el último tercio de La Supremacía … Entre la batalla campal con los autos en Moscú y el besito de despedida de Bourne a la directora de la CIA Pamela Landy del segundo film hay toda una historia relativamente complicada que tiene que ver con que la operación inicial de la CIA que diera a luz a Bourne y otros asesinos está siendo expuesta por un periodista inglés. La escena de la despedida a Landy vuelve a aparecer aquí, y es justo el preludio del climax del film. Si bien esto merecería una revisión detenida de La Supremacía de Bourne (para ver la compatibilidad de la continuidad), la primera impresión es que el encastre entre ambos filmes no está resuelto de modo muy prolijo, y que si se ven en seguidilla no tiene mucho sentido.

Pero más allá de eso, el film resuelve rápidamente sus problemas de continuidad inundando la pantalla con tensión y excelentes escenas de acción. Acá Bourne descubre que su fachada es revelada, y tras contactar al periodista se entera de Blackbriar, que es una operación a la que el personaje de Brian Cox mencionaba al final del primer film. Blackbriar es el procedimiento sistémico de destrucción de la personalidad, lavado de cerebro y entrenamiento intensivo que vuelve a sus operativos en auténticas máquinas de matar. Tanto la CIA como Bourne se encuentran tras los pasos de la fuente de datos del periodista, que resulta ser uno de los pilares de Blackbriar. Lo que nadie explica es cómo este individuo, que debía estar al tanto de el celo y la paranoia reinante en la CIA, se animó a abrir la boca sin otra consecuencia que poner en riesgo su vida. No todas las cosas dan resultado para Bourne, pero al final sigue hilando datos hasta dar con el paradero del médico responsable del programa, y cuestionarle cara a cara el sentido del mismo así como descubrir sus orígenes.

Pero en realidad la anécdota es algo chica. Si uno empieza a tamizar la trama no deja de notar que esto es un añadido a la historia que perfectamente podría haber quedado cerrada en La Supremacía de Bourne. Acá se suceden varios deja vu de las entregas anteriores, como Bourne en fuga, operativos puestos en funcionamiento por control remoto, la chica Nicky (ahora del lado de Bourne) cambiando el corte y color de pelo (tal como María en la primera película), espías siguiendo las operaciones al otro lado del mundo por satélite, encuentros audaces en lugares públicos concurridos masivamente por agentes de la CIA, operaciones ilegales encubiertas y etc, etc. Incluso sobre el final – después del saludo entre Landy y Bourne -, la película empieza a perder bastante de su equilibrio con situaciones ilógicas (Bourne infiltrándose en oficinas de la CIA – que aparentemente no tienen siquiera un portero que controle la gente que ingresa al edificio -, o escapándose de lugares infestados de agentes).

Todo esto podría haber resultado en un film bastante irregular si no fuera por la excelente dirección de Paul Greengrass, que no sólo termina por hacernos obviar los agujeros de la trama sino que logra hacernos poner de pie para aplaudir las escenas de acción. Aquí parecen estar decididos a probar la fórmula al límite. Si antes era Bourne contra un super asesino o Bourne contra un ejército de policías, ahora se le suma que Bourne debe proteger a alguien de posibles agresores mientras él mismo está en peligro. La escena en la estación de Waterloo, donde va guiando al periodista para que pase desapercibido entre la muchedumbre mientras los asesinos acechan es brillante. Y no menos brillante es una larga y tensa persecución en Tanger, donde nuestro operativo es perseguido por la policía mientras debe defender a Nicky de un asesino que la acecha en el otro extremo de la ciudad.

Como entretenimiento es descomunal, si bien hay veces que Greengrass se pasa de rosca y filma demasiado movido y con un exceso de cortes y planos rápidos. Los momentos de suspense del film son excelentes, y las actuaciones están a gran nivel. Y aunque todas las señales indiquen que este es el final de una trilogía, la masividad de sus números (más de 400 millones de recaudación a nivel mundial) hacen suponer que puede haber una cuarta entrega. Cosa que a mí no me desagradaría, sino más bien todo lo contrario.

5 CONNERYS: Excelente acción y suspenso que logran hacernos olvidar los agujeros del guión. Realmente éste es el héroe de acción del nuevo milenio y pone en un grave aprieto a 007 para recuperar su prestigio en el cine.

LA SAGA DE JASON BOURNE

Identidad Desconocida (2002)La Supremacía de Bourne (2004) – El Ultimatum Bourne (2007); en el 2012 relanzaron la franquicia con la historia de un agente renegado similar a Jason Bourne en El Legado Bourne (2012). Matt Damon regresaría como Bourne en Jason Bourne (2016)