Crítica: Birth of the Living Dead (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2013: con los testimonios de George A. Romero, Elvis Mitchell, Chiz Schultz, Gale Anne Hurd, Larry Fessenden & otros

Director: Rob Kuhns

Trama: La crónica del rodaje de La Noche de los Muertos Vivos durante 1968, y su impacto en la sociedad y la cultura norteamericanas, efectos que se prolongan hasta nuestros días.

Birth of the Living Dead Birth of the Living Dead es un documental que trata sobre el rodaje y las repercusiones de la obra seminal de George A. Romero La Noche de los Muertos Vivos. Desde su estreno el filme ha provocado revuelo debido a la crudeza de sus imágenes pero, a su vez, ha conmovido a la crítica por la abundancia de subtextos alegóricos, los cuales lo convierten en una obra de horror pensante. Además de retratar algunas anécdotas de la filmación, Birth of the Living Dead se preocupa por establecer a la cinta en el contexto de la época, mostrando el estruendo cultura causado por su exhibición. El tiempo diluye connotaciones y calma las aguas pero, en su tiempo, La Noche de los Muertos Vivos fue una cinta revolucionaria y el documental se encarga de explicarlo.

Ciertamente los 76 minutos que dura Birth of the Living Dead abundan en data de la buena. Desde ya vemos los orígenes de Romero y su troupe, los cuales tenía una pequeña agencia de publicidad en Pittsburg y se defendían haciendo cortos de todo tipo y color, fueran avisos comerciales, rodando en celuloide programas infantiles, o armando cintas educativas para capacitar a operarios de fábricas. Decididos a cambiar esto, Romero y los suyos decidieron encarar un proyecto cinematográfico, el cual consistía en una historia romántica con ribetes fantásticos – muy al estilo de Sueño de una Noche de Verano -. Viendo que semejante proyecto era comercialmente una porquería – difícil de rodar y mucho más de recuperar costos -, trocaron el libreto y decidieron encarar el rodaje de una película mucho mas comercial, una cinta de terror que sería fácil de acomodar en el abundante circuito de autocines que prosperaba en Norteamerica a finales de los años 60. Poniendo plata de su bolsillo, sumando socios entre los clientes de la agencia (los cuales más tarde se prestarían a hacer de extras de rodaje), y operando de manera completamente artesanal, Romero logró completar el filme en unos 6 meses, tras lo cual siguieron todo tipo de penurias para obtener los fondos necesarios para la edición y el acabado técnico. Terminado esto, tiraron el primer corte del filme en el baúl del auto y, junto a John A. Russo – co productor y co guionista – se fueron a Nueva York a buscar distribuidor. Pasaron por numerosos estudios – desde la Columbia hasta la AIP, los cuales hubieran aceptado la distribución si Romero cambiaba el siniestro final -, hasta que terminaron en las oficinas de un agente de cuarta categoría – The Walter Reade Organization -, los cuales comenzaron a exhibirla en circuitos grindhouse, en donde pronto comenzó a generar cierto revuelo en la prensa. Pero si bien la crítica norteamericana la despreció de entrada – porque son una manga de infelices, incapaces de valorar con objetividad y, mucho menos, de recomendar cualquier cosa de calidad que carezca de banca corporativa -, tuvieron que comerse los mocos cuando el filme empezó a hacer un ruido enorme durante su estreno en Europa y Japón, y comenzó a obtener análisis destacados en revistas especializadas del viejo continente. Hasta el mismo Roger Ebert se vió obligado a revalorarla y reclasificarla – algo similar le ocurrió con El Bueno, El Malo y El Feo, a la cual denostó en un principio, simplemente por la baja calidad del circuito cinematográfico en donde era exhibida -.

Uno de los aspectos más interesantes del filme es que el mismo tiene una actitud frontal, radical y desprejuiciada, una visión que directamente no toma prisioneros. Consideren esto: es una historia en donde los héroes caen como moscas y ni siquiera el protagonista logra salvarse (en uno de los giros mas maravillosos y shockeantes de la historia del cine); tiene un protagonista negro en una época en donde las tensiones raciales de la sociedad norteamericana estaban a punto de arder; se despacha con masacres de todo tipo, lo cual era visto como un sacrilegio en la época en donde la TV norteamericana vomitaba imágenes sangrientas de las carnicerías producidas en Vietnam, la cual era una guerra incómoda que estaba comenzando a asquear a la sociedad estadounidense. Sin embargo La Noche de los Muertos Vivos funciona dentro de su propio universo, como una especie de versión alegórica del mundo real de aquél entonces; en ningún momento nadie se plantea el tema de la raza del protagonista – o si se trata de un factor que tenga algún tipo de peso en la historia -, e incluso Romero se da el lujo de poner al moreno héroe a vapulear algunos traseros blancos que remolonean o estorban el armado de la desesperada defensa. Años antes que aparecieran Shaft y otros héroes negros del blaxploitation estaba Duane Jones pegando cachetazos y matando blancos sin remordimiento alguno… y sin que nadie en la audiencia podía discutir la lógica implacable del punto.

Ciertamente Romero ha alegado durante décadas que la elección de Duane Jones fue fortuita – era el actor más adecuado al que podían pagar en ese momento, y jamás pensaron en que la raza fuera un factor importante -. Aún así, es una explicación que no termina de cerrar, especialmente cuando uno aprecia el final del filme: Jones perece – confundido con un zombie, y a manos de una horda de brutos con pinta de racistas sureños -, y es trasladado hasta una gigantesca hoguera, usando unos brutales ganchos de carnicería mientras toda la secuencia es reflejada en una serie de desangeladas fotografías, … las que se asemejan a los viejos daguerrotipos de principios de siglo, ésos en donde las turbas retrataban los linchamientos de los hombres de color y mientras se paraban al lado de sus cuerpos y exhibían sus armas como si se trataran de trofeos de cacería.

Desde ya La Noche de los Muertos Vivos es un filme shockeante; pero en aquellos años el impacto era mayor, simplemente porque rompía con las reglas cinematográficas preestablecidas. No había lugar para la esperanza, y los salvadores eran unos tipos detestables, dejando el destino del mundo en manos de una brutos violentos. Su estructura narrativa era diferente, y presentaba a un nuevo tipo de monstruo, el cual era masivo e inexplicable, y actuaba con una brutalidad inaudita y shockeante. Claro que había zombies antes del filme de Romero, pero se restringían a seres comunes, hechizados bajo el influjo de algún brujo y permaneciendo ciegamente a sus órdenes; no eran estos canibales insaciables que arrasaban con todo y con los cuales no había defensa que pudiera resistírsele.

Un detalle extremadamente curioso es que el filme, después de hacer su recorrido natural por autocines y salas grindhouse, terminó parando en el circuito de matinées infantiles (!). Para ese entonces era habitual armar programas con dos o tres películas de terror y exhibirlo en las salas a los pre adolescentes de vacaciones. Lo que ocurre es que, en aquella época, el standard del horror eran los filmes de la Hammer que tenían algún escote osado y un poco de salsa roja como detalles mas fuertes -, filmes tremendamente puritanos en cuanto al valor de shock y razón por la cual resultaban tolerables a un público compuesto mayoritariamente por niños. Entre ellos se infiltró este misil atómico, el cual provocaba vomitos y llanto entre la desprevenida platea. Imaginen el shock de una audiencia acostumbrada, como mucho, a ver a Vincent Price surgiendo de un ataúd… y que ahora debían toparse con una horda de engendros devorando las tripas crudas de los protagonistas en primerísimo plano, o viendo como una nena devoraba a su padre y asesinaba a su madre de la forma mas violenta posible.

Pero La Noche de los Muertos Vivos no es sólo un filme crudo y shockeante. Es un filme con múltiples lecturas. Dudo mucho de que esto fuera algo preplaneado, sino que los autores dieron con un filón impensadamente maduro y rico en subtextos – algunos de los cuales habrán insertado de manera inconsciente durante el rodaje, como la elección del protagonista negro -. Yo no dudo que George A. Romero y John A. Russo son individuos brillantes, y que en las siguientes secuelas de la saga se dedicaron a resaltar y volver mas compleja la alegoría, adaptándola a diferentes épocas y mensajes… pero en aquel momento, en que estaban rodando con dos pesos y no tenían ni idea de cómo les iba a salir, iban puramente por inspiración y emociones. Muchas veces ocurre un fenómeno que uno podría llamar “genialidad en retrospectiva”, en donde los autores se topan con un gran éxito, son interrogados sobre las numerosas interpretaciones de su obra… y se ven obligados a analizarlas y presentar las correspondientes explicaciones, dándose cuenta de cosas que incluyeron en la trama y ni por asomo habían pensado en ponerlas con algún tipo de significado trascendente. Es algo que le ha ocurrido a George Lucas y La Guerra de las Galaxias, pero que no es en absoluto extraño a otros autores como Rod Serling o Peter Jackson, individuos habituados a crear textos complejos y de numerosas interpretaciones, y en donde se trata de una parte natural de su proceso creativo. A final de cuentas Lucas pensó – tal como Romero aquí – que estaba creando un pastiche y, de manera inconsciente su cerebro – a través de toda la caterva de conocimientos que forman parte de su cultura personal – destiló una obra algo mas compleja y compacta que el propósito inicial, lo cual la habilitó para ser leída de multiples maneras.

En el caso de Romero, todo tiene que ver con la situación social de aquel momento. En el filme los violentos son los que ganan la partida. Es también un filme sobre individualidades y masas, en donde la turba anónima irrumpe en el refugio del héroe, el cual quiere preservar su personalidad. Es una cinta sobre personas en situaciones desesperadas, en donde prima más el grado de madurez emocional y la paciencia antes que el status o el color de piel. Es un filme en donde el moreno triunfa (aunque sea de manera pírrica), no por una cuestión racial sino racional. Es una obra en donde los individuos se ven obligados a hacer cosas reñidas con la moral y el sentido común – asesinar a otros, contradecir sus propios planes, improvisar sobre el apuro y la desesperación – con el único fin de estar vivos. Es una cinta carente de villano central y de redención posible; en todo caso el trágico fin del héroe tiene que ver con cierto chiste del destino, por lo cual la supervivencia les es negada debido a haber traspasado numerosos límites morales.

Birth of the Living Dead es un documental fascinante sobre un filme fascinante. Hay aportes valiosos por parte de numerosos críticos y hay detalles interesantes aportados por el mismo Romero. Como un chiste de mal gusto del destino, quiso que Romero y los suyos fueran estafados por la distribuidora y el filme perdiera el registro del copyright, razón por la cual el mismo pasó a dominio público. Pero en ese status de filme libre de derechos y de ataduras de algún tipo es donde La Noche de los Muertos Vivos encontró su propia estatura y leyenda… una que continúa hasta nuestros días.

LA SAGA DE LOS MUERTOS VIVIENTES DE GEORGE A. ROMERO

La Noche de los Muertos Vivos (1968) – El Amanecer de los Muertos (1978) – El Dia de los Muertos (1985); El Amanecer de los Muertos (2004) es una remake del segundo filme de la saga, dirigida por Zack Snyder. El Dia de los Muertos (2008) es una remake del tercer filme, dirigido por Steve Miner. Tierra de los Muertos (2005) es el inicio de una nueva trilogía por parte de George A. Romero, seguida por El Diario de los Muertos (2007) y Survival of the Dead (2009). Birth of the Living Dead (2013) es un documental que trata sobre el rodaje del filme original. El Regreso de los Muertos Vivos (1985) es una comedia negra producida por John A. Russo (co-creador de la saga original con George A. Romero) y dirigida por Dan O’Bannon.