Crítica: La Bestia de la Montaña (The Beast of Hollow Mountain) (1956)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Mexico, 1956: Guy Madison (Jimmy Ryan), Patricia Medina (Sarita), Carlos Rivas (Felipe Sanchez), Mario Navarro (Panchito), Pascual García Peña (Pancho), Eduardo Noriega (Enrique Rios)

Director: Edward Nassour & Ismael Rodríguez, Guión: Robert Hill, sobre una idea de Willis O´Brien

Trama: México, siglo XIX. El ranchero americano Jimmy Ryan está siguiendo el rastro de su ganado desaparecido, llegando al borde de un enorme pantano a la orilla de la Montaña Hueca. Allí, según la leyenda, se esconde una criatura gigante que se alimenta de animales y humanos una vez al año cuando llega la época de sequía. Pero para Ryan esto no es mas que otro robo de los cuatreros de Enrique Rios, el terrateniento local, quien desea expulsarlo de sus tierras y alejarlo de su novia Sarita. Pero las cosas se salen de control cuando uno de los trabajadores de Ryan desaparece en el pantano y el vaquero norteamericano decide incursionar en las ciénagas del mismo … topándose con un gigantesco dinosaurio que comienza a perseguirlo. Y ahora la criatura se dirige al pueblo, en donde seguramente provocará una matanza a menos que Ryan puede detenerlo de algún modo.

La Bestia de la Montaña (1956) La Bestia de la Montaña Hueca es un filme bastante ignorado por los historiadores de cine. Quizás tenga que ver el hecho de que los productores originales la han abandonado a su suerte y la película cayó en el dominio público, el que suele ser un cementerio multitudinario de pésimos filmes. Por ejemplo, una buena cantidad de críticos – que van desde Richard Scheib hasta quien esto escribe – directamente no lo han contabilizado en sus libros, y suelen repetir como loros que Willis O´Brien (el animador de la original King Kong) falleció en 1962 sin poder materializar un viejo libreto suyo que involucraba cowboys y dinosaurios, proyecto que recién concretaría en 1969 su alumno Ray Harryhausen en El Valle de Gwangi. Eso es una verdad a medias; lo cierto es que O´Brien había logrado llevar el cántaro al río en 1956, y con esta olvidada producción.

Ciertamente The Beast of Hollow Mountain es una película bastante rara. Es como un western standard y bastante bien escrito en donde el dinosaurio hace de Deus Ex Machina (ahora me parece que estoy escribiendo bien el término!) y aparece en el momento exacto para castigar a los malos y darle el momento de heroismo al bueno de la película. Es por ello que resulta muy superior a El Valle de Gwangi, simplemente porque no se aparta ni un ápice de la fórmula del western, y todos los personajes son clichés a prueba de balas. Las actuaciones están ok, y hasta el comic relief de turno – el dúo de padre e hijo, Pancho y Panchito – resulta bastante tolerable. La relación entre el americano y la bella mexicana novia del villano es platónica y creíble, y los personajes se desenvuelven con cierta naturalidad.

El problema surge cuando hace su entrada en escena el dinosaurio de marras, que es un esperpento. Si bien O´Brien escribió el libreto, no se encargó de los efectos sino que se limitó a supervisarlos… pero se ven demasiado toscos. El dinosaurio se mueve tal cual como el King Kong de 1933, y eso visto en technicolor resulta chocante – en comparación Ray Harryhausen había pulido muchísimo la técnica del stop motion y obtenía animaciones mucho más fluídas en aquella época, como uno puede apreciar en la piedra basal del género de monstruos gigantes The Beast from 20,000 Fathoms (1953) -. Hay varias técnicas mezcladas con lo cual el bicho parece respirar, pero en ningún caso se ve natural; y, para colmo, le han puesto una lengua ridículamente larga, que hace que se vea como un camaleón. Eso no quita que haya un par de persecuciones a toda carrera que se ven muy bien – en donde el stop motion es acelerado y visto desde un plano más alejado, cosa que mejora el efecto y disfraza sus limitaciones -, pero por cada plano acertado hay dos o tres que son terribles, y que van desde maquetas de poca calidad (las casas a escala parecen salidas de un Lego) hasta primeros planos de un par de patas ultrafalsas del monstruo (que debía ser un tipo de la producción enfundado en botas de plástico). Si a esta película le hicieramos la gran George Lucas – reemplazando los 15 minutos de animación stop motion de mala calidad por FX modernos -, el resultado final sería muy superior ya que el resto de la historia está más que ok.

La Bestia de la Montaña Hueca es una aventura ok de matineé. Tiene algunos momentos y es sólida, aunque es bastante conversada y la acción demora bastante en aparecer. Si a usted no le entra la desesperación por ver al dinosaurio en escena, podrá disfrutarla como corresponde: un típico western con un toque bizarro en los últimos 15 minutos.