Crítica: Attack on Titan, Part 2 (2015)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japón, 2015: Haruma Miura (Eren), Kiko Mizuhara (Mikasa), Kanata Hongô (Armin), Satomi Ishihara (Hange)

Director: Shinji Higuchi, Guión: Tomohiro Machiyama & Yûsuke Watanabe, basados en el manga de Hajime Isayama

Trama: Habiendo descubierto que Eren es un humano capaz de convertirse en un titán, las fuerzas armadas lo apresan y están dispuestos a fusilarlo, a pesar de las súplicas de su equipo para dejarlo vivo y convertirlo en la única esperanza para derrotar a los titanes que dominan la Tierra. Pero un titán irrumpe en la escena y rapta a Eren, dejando a los militares desbandados. Ahora el grupo que integra Mikasa deberá proseguir con la misión suicida de sellar el agujero producido en el primer muro, el cual permitió que los titanes masacraran a la población que vivía a su resguardo. Mientras tanto Eren se despierta en un centro de alta tecnología y descubre que el titán que lo apresara no es otro que el mítico capitán Shikishima, el cual comparte el mismo poder que Eren y el que conoce la historia de origen de los titanes, fallidos experimentos desarrollados por los japoneses para construir un imbatible supersoldado. Pero Shikishima desea convertirse en dictador y reglar todo el mundo existente, para lo cual planea guiar a los titanes hacia el último círculo de muros que es donde se encuentra el gobierno. Enterado de su demencial complot, Eren deberá convertirse nuevamente en un monstruo y desafiar a Shikishima antes de que éste logre su objetivo, emprendiendo una feroz pelea cuerpo a cuerpo en donde estará en juego su vida y el futuro de la humanidad.

Eren parece haber tenido un mal día en la segunda parte de la versión live action de Attack on Titan (2015) Eren parece haber tenido un mal día en la segunda parte de la versión live action de Attack on Titan (2015)

Esta es la secuela de Attack on Titan (2015), la adaptación live del reconocido manga japonés. Vuelve a la silla del director Shinji Higuchi – la Toho, impresionada por sus méritos en estos filmes, terminaría por darle el mando del reboot 2016 de Godzilla -. Que Higuchi sepa dirigir la acción en escenas con monstruos gigantes (humanoides en este caso) no significa que sea un buen narrador y la prueba está en esta secuela, plagada de relleno y escasa acción. Pareciera que los guionistas hubieran perdido el hilo y se hubieran olvidado de qué es lo que hace tan fascinante a la historia – la premisa de un mundo infestado de gigantes humanoides caníbales, tan absurda como aterradora -, ya que aquí solo hay pura charlatanería y escasas escenas de monstruos. La redundancia abunda hasta el punto de matar los momentos mas excitantes de la pelicula.

Si hay algo que se escapa a mi comprensión, es el por qué el desarrollo dramático de la mayoría de las películas fantásticas japonesas parece redactado por niños de cinco años. Digo, estos tipos han tenido a cineastas gigantes como Akira Kurosawa (e incluso a un artesano mas modesto y comercial como era Ishiro Honda, el cual sabía de sobra como hacer una narración coherente sin matar la credibilidad, a pesar de que tenía que trabajar con platillos voladores colgando de hilitos y tipos enfundados en trajes de monstruo), pero a la hora de filmar space operas o épicas futuristas, los creativos de turno cometen el vicio de la exageración y la redundancia, dañando seriamente la eficiencia de sus propias obras. Attack on Titan, Part 2 cae en los mismos errores que Capitán Harlock, esos en donde el protagonista grita como loco, está por morir en una situación insalvable, se salva, vuelve a caer instantáneamente en otro aprieto mortal, vuelve a salvarse de puro traste, grita de nuevo, le salen mas enemigos (que ni sabía que existían)… y todo así, repitiéndose una y otra vez en menos de quince minutos. Es algo tan ridículo que te hace odiar al filme al instante, y Attack on Titan, Part 2 tiene una tonelada de esas falsas situaciones mortales. El fusilamiento de Eren se hace eterno y está lleno de sandeces, los que pueden salvarlo se deciden a hablar cuando la bala está en el aire, de pronto aparecen un montón de tipos que pueden convertirse en titanes, hay personajes muertos que reviven de la nada, hay tipos que cambian de bando sin explicación posible, hay peleas mortales que nunca terminan de definirse, y hay un manoseo de la historia que no termina de cuajar, más si uno la compara con la mas coherente Parte 1, en especial sobre la situación del rey Titán. Es muy molesto cuando la credibilidad la violan de semejante manera, en especial porque la película tiene un montón de temas fascinantes que quedan aplastados por la necesidad de generar falso drama. Detestable es un calificativo muy civilizado para aplicarle al climax de Attack on Titan, Part 2.

Yo le aconsejaría que incinere su copia de Attack on Titan, Part 2 y se dedique a ver el animé original, el cual era mucho mas efectivo y espeluznante. A veces los artistas no entienden la obra que adaptan y la arruinan, especialmente cuando creen que el climax es bobo y debe estar saturado de situaciones mortales… que uno termina aborreciendo. Todo el elenco repite cosas que uno ya sabe, y los diálogos cansan por su falta de inspiración y su obviedad. Mas les hubiera valido hacer todo en un solo filme ya que, lo que ocurre aquí, no deja de ser una historia de 15 minutos estirada hasta el paroxismo, un vicio narrativo que todos los espectadores – enganchados con la primera parte – debermos padecer aunque sea insoportable.

EL ATAQUE DE LOS TITANES

Attack on Titan (2015) – Attack on Titan, Part 2 (2015)