Artículos: La Historia de los CGIs en el Cine (primera parte)

Volver al Indice – artículos sobre Cine Fantástico / un artículo de Alejandro Franco

La magia digital no comenzó en los 90’s; décadas antes visionarios y emprendedores comenzaron un larga travesía para crear imágenes computarizadas – utilizando únicamente sus ideas y la limitada tecnología del momento – marcando un camino que terminaría por revolucionar a la industria del entretenimiento.

La historia de los CGIs en el cine (Primera Parte)

Crear lo que no existe; materializar lo que la imaginación inventa. Desde demonios hasta criaturas extintas, desde monstruos colosales hasta mundos postapocalípticos, la mente humana se ha regodeado con la creación de imposibles y la recreación de aquello que ha desaparecido para siempre. Sumergirse con el capitán Nemo en el Nautilus, divisar la Londres devastada por los trípodes marcianos de La Guerra de los Mundos pergeñada por H.G. Wells… corretear por las calles de la antigua Pompeya segundos antes de la masiva explosión volcánica del Vesubio, o simplemente escaparse del acecho de una horda de velocirraptores durante la era jurásica.

Mientras que la lectura es una experiencia personal, ilimitada e intransferible, el arte transformó al imaginario cultural – materializando mitos, leyendas, obras de fantasía, etc. en pinturas y esculturas – en una experiencia colectiva y compartida. Artistas como Goya crearon lienzos impresionantes, plagados de titanes olímpicos sentados a la vera de las ciudades, o devorando a pedazos a semidioses vencidos. Limitados por su bidimensionalidad, siguieron las estatuas; y cuando la inmovilidad se nos antojó insatisfactoria, acudimos a los tirititeros para darles vida a nuestras criaturas de pesadilla. Serían los tirititeros quienes irrumpirían en el mundo del cine, figurando entre los primeros especialistas en efectos especiales. Asombrados por las ilimitadas posibilidades del medio, pasaron a un estadío mas lento y trabajoso pero inmensamente mas satisfactorio, creando las técnicas de animación cuadro por cuadro (o stop motion). Diseñaban muñecos extensamente articulados, los movían de manera casi imperceptible, les sacaban una foto y repetían el proceso hasta crear un continuo fluido, artesanal y admirable. En ese contexto Willis O’Brien creó los dinosaurios vivientes de El Mundo Perdido (1925) y dio a luz a su criatura mas conocida y legendaria: el simio gigante de King Kong (1933).

Y si bien el stop motion fue la técnica de efectos especiales que reinaría en la industria durante mas de medio siglo, la irrupción de la computadora terminaría por alterar todo el escenario. Primero, los ordenadores asistieron a los técnicos de stop motion, dándoles guías y controles para depurar sus animaciones; pero mas tarde las computadoras probarían ser una auténtica caja de Pandora, plagadas de trucos que podían revolucionar a toda la industria del entretenimiento gracias a su capacidad de generar gráficos animados con un grado de detalle impresionante. Reemplazaron al stop motion y tomaron al mundo por asalto, generando una oleada de universos y criaturas ilimitados e imposibles de concretar por cualquier otro medio conocido.

Los precursores de la animación digital

Durante las décadas del 50, 60 y 70 científicos y emprendedores se agolpaban en los laboratorios intentando hacer algo creativo con esa moderna maravilla que resultaban ser las computadoras. Demostrada su eficiencia en el plano matemático y científico, el tema era ver si podían manipular algo mas que gélidos datos técnicos. Russell Kirsch logró digitalizar la primera imagen – una pequeña foto de su hijo de tres años – en 1957. William Fetter – de los laboratorios Boeing – creó imágenes esquemáticas transparentes – “esqueletos de alambre” o wireframes – en 1960. Ivan Sutherland desarrolló la primera interfase gráfica, la que le permitía manipular objetos en una pantalla. Sutherland – junto con David Evans – liderarían una movida a mediados de los años 60, establecida en la Universidad de Utah y centrada en el desarrollo de algoritmos y otras herramientas matemáticas que permitieran dibujar, predecir y manipular objetos en una pantalla controlada por una computadora. Entre sus estudiantes figurarían Jim Clark (fundador de Silicon Graphics), Ed Catmull (co fundador de Pixar) y John Warnock (co fundador de Adobe Systems).

Pero todas estas investigaciones saltarían a la pantalla grande en 1973, año de estreno de Westworld. En Westworld un parque de recreaciones – compuesto integramente por robots – se salía de control, convirtiendo a los androides en imparables asesinos seriales que masacraban sin piedad a los indefensos visitantes. En un momento del filme la cámara se centraba en la figura del pistolero – el implacable robot que protagonizaba Yul Brynner -, percibiendo por un instante la imagen digital que percibían sus ojos computarizados. Lo que seguía era una visión pixelada del mundo real… la primera de la historia del cine.

Fantasías wireframe

En 1977 La Guerra de las Galaxias saca a la ciencia ficción del gueto y la convierte en un espectáculo de masas; ahora todos los grandes estudios de Hollywood desean tener su propia franquicia espacial. Para aquel momento Star Wars venía con su propia caterva de novedades: la incursión de las naves rebeldes en el corredor de la base orbital Estrella de la Muerte es una muestra ejemplar de control sistemático de fotografía en movimiento – un ordenador comanda los movimientos de la cámara y permite recrear la secuencia con precisión milimétrica cuantas veces sea necesario; una técnica que sería utilizada hasta la saciedad décadas mas tarde cuando se fusionen (de manera impecable) actores, escenarios e imágenes creadas por computadora -; la exhibición de los planos de la Estrella de la Muerte (y el display de combate de las naves rebeldes) muestran rústicas (pero funcionales) imágenes wireframe, y permiten a la audiencia coquetear con la visión de un futuro posible. Y hasta la olvidada El Abismo Negro (1979) se da el lujo de crear un fantástico fenómeno cósmico a partir imágenes creadas con las más avanzadas técnicas computarizadas de la época.

Pero rellenar los “esqueletos de alambre” de las imágenes wireframe requería un esfuerzo más; y ése fue el momento en que aparecen los primeros fractales. Ya en 1975 se teorizaba sobre ellos – la idea de develar las formas geométricas escondidas en los paisajes naturales y poder reproducirlas mediante algún tipo de fórmula -, pero en 1980 se convierten en realidad: Loren Carpenter – desarrollador de los laboratorios de la Boeing – crea Vol Libre, un corto de dos minutos que simula un vuelo a vista de pájaro sobre un escenario construido íntegramente con fractales. Para 1982 Carpenter sería invitado a trabajar en la división de efectos digitales de Lucasfilm (simiente de la futura Pixar), desarrollando una animación computarizada para Viaje a las Estrellas II: la Furia de Khan, la cual ilustraba (utilizando fractales) los efectos de la bomba de terrarreformación Genesis, capaz de convertir a un planeta muerto en un vergel en cuestión de días.

Para mediados de los 80, la tecnología venía avanzando a pasos agigantados. Jim Clark había fundado Silicon Graphics en 1981 y estaba creando software de diseño avanzado en 3 dimensiones. Por otra parte los CGIs – graficos creados por computadora – estaban pasando de ser meros accesorios visuales en las películas a volverse auténticos protagonistas. Tron (1982) abandona los wireframes y presenta gráficos sólidos tridimensionales, superando todo lo conocido hasta ese entonces. Desde los escenarios hasta la clásica carrera de las motocicletas láser, el filme revolucionó la industria y los estudios de Hollywood pronto comenzaron a desarrollar proyectos fantásticos que pudieran utilizar las nuevas técnicas. En 1984 llegaría The Last Starfighter, el primer filme dotado de masivas batallas espaciales creadas en CGI. Con 27 minutos de animaciones digitales, The Last Starfighter convenció a la industria que los CGIs eran posibles, vistosos, eficientes y económicos, costando la tercera parte de los efectos especiales tradicionales y desarrollándose en la mitad de tiempo.

Pero lo mejor estaba por venir – en especial a finales de los años 80, cuando los CGIs explotarían y tomarían por asalto al cine mainstream -… algo que terminaremos por desarrollar en la segunda (y última parte) de este informe.

LA HISTORIA DE LOS CGI EN EL CINE

Artículo primera parte: desde los inicios hasta los 80sArtículo segunda parte: cerca del nuevo milenio, el infinito y mas allá