Crítica: Operación Valkiria (Valkyrie) (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Alemania, 2009: Tom Cruise (Coronel Claus von Stauffenberg), Kenneth Branagh (Mayor-General Henning von Tresckow), Bill Nighy (General Friedrich Olbricht), Tom Wilkinson (General Friedrich Fromm), Carice van Houten (Nina von Stauffenberg), Thomas Kretschmann (Mayor Otto Ernst Remer), Terence Stamp (Ludwig Beck), Eddie Izzard (General Erich Fellgiebel), Kevin McNally (Dr. Carl Goerdeler)

Director: Bryan Singer, Guión: Christopher McQuarrie y Nathan Alexander

Trama: Alemania, 1944. La balanza de la guerra es desfavorable para el ejército alemán, y pronto un grupo de oficiales se encontrará complotando contra Hitler – convencidos de que se puede llegar a una rendición aceptable si el Fuhrer es eliminado -. Pero con la captura de varios de sus integrantes resulta imprescindible reponerlos con sangre fresca, y el Coronel von Stauffenberg parece el adecuado para ello. Utilizando sus influencias, von Stauffenberg es puesto a cargo del ejército de la reserva, el cual rige la seguridad de Berlín. Pero pensando en cómo obtener el control del gobierno, von Stauffenberg llega a la conclusión que la única vía posible es modificar la estructura de la operación Valkiria – un plan de emergencia que permite la movilización de la reserva en caso de golpe de estado -. Junto con sus aliados el joven coronel prepara el escenario, armando una bomba para detonar en el bunker de Hitler y montando una teatralización que apunte a la SS como causante del intento de golpe. Pero las cosas no saldrán como lo esperado.

Valkyrie Resulta extraño ver en estos tiempos un filme sobre la Segunda Guerra Mundial, y especialmente uno en donde los nazis (o una parte de ellos) resulten ser los héroes. Ciertamente después de la brillante El Hundimiento, pareciera haberse generado una modesta nueva ola de filmes de guerra con propósitos revisionistas. Mientras que El Hundimiento era válida porque era una perspectiva nueva acerca de Adolf Hitler, la intención final de Operación Valkiria queda como una simple curiosidad. Es una sólida película de conspiraciones, y el resultado final es muy bueno en todos sus aspectos, pero queda algo flotando en el aire que no termina de cuajar. Es posible que en estos tiempos tan sensibles (al menos para los norteamericanos) ver en roles de honor a quienes han sido los villanos por excelencia de la historia resulte chocante o al menos contradictorio. Es como filmar una oda al patriotismo acerca de un grupo de musulmanes terroristas.

Sepan entenderme; el heroísmo no reconoce ideologías. Disociar entre nazis y alemanes patriotas está bien, porque no todos han sido fanáticos. Pero por su propia naturaleza, Operación Valkiria es un producto que pertenece a los años sesenta – la decada de oro del cine bélico -, y en este nuevo milenio en donde fundamentalismos e ideologías extremas están mal vistos, plantear un argumento de este estilo es una incógnita. En La Cruz de Hierro, Sam Peckinpah intentaba hacer un alegato antibelicista, amén de exponer al soldado de campo alemán como carne de cañón de las desubicadas decisiones de los altos mandos militares – que veían un balance irreal de la guerra -. Allí, por lo menos, los soldados representaban la gente común sometida a la estupidez de la burocracia bélica. Pero en Valkiyie, los héroes son comandantes, coroneles y generales; la única disociación que se me ocurre es su procedencia prusiana – la clase alta dedicada tradicionalmente al ejército -, que contrasta con los militares adheridos al régimen y que vienen de las tropas generadas en el mismo riñón del nazismo. Lamentablemente el film no hace demasiado hincapié en mostrar la diferencia entre unos y otros – entre los fanáticos y los militares de carrera, que se guían por el honor y el patriotismo -. Al no poder separarlos de los demás (de algún modo), uno no sabe si estos individuos son gente honorable o criminales de guerra que desean salvar las papas del fuego antes de que sea demasiado tarde. Todo el mundo tiene parlamentos sobre la decadencia del gobierno de Hitler y la necesidad de salvar a Alemania, pero el dato que ensombrece el punto es que estos dilemas aparecen en 1944 – cuando Alemania empezaba a perder la guerra -. Si los germanos hubiesen seguido ganando, ¿estos personajes hubieran dado el golpe contra Hitler?.

La otra cuestión en donde patina Valkiyie es en la exposición de cómo estos complotadores comenzaron a contactarse y a montar una organización, teniendo en cuenta la fuerte vigilancia interna del propio nazismo. Aquí von Stauffenberg sufre serias heridas de guerra, se recupera y es contactado / enrolado por conspiradores preexistentes. Hubiese resultado fascinante saber cuáles fueron los origenes de dicho movimiento, aunque ello le sumara media hora más de duración al filme. Pero Bryan Singer (X-Men, Superman Regresa, Los Sospechosos de Siempre) opta por omitir causa y explicación, y prefiere dedicarse a la conspiración y al plan. Sin dudas esto le da mucho mas aire para construir la trama y el clima, pero le quita la efectividad y potencia de la motivación. Son conspiradores; las cosas no salen como lo previsto; la ley de Murphy juega contra ellos; la latente posibilidad de ser descubiertos los mantiene siempre al límite.

Aún conociendo que el plan falló y las cosas salieron como salieron, Valkyrie es un thriller sólido que sabe mantener la tensión de gran forma. No importa conocer el final; la narración de Bryan Singer es más que interesante. Además el cast es excelente, incluyendo al controvertido Tom Cruise. Aquí Cruise intenta jugar sus cartas callado, especialmente después de la desastrosa imagen pública que se ha ganado en los últimos tiempos. Después de su casamiento con Katie Holmes, Cruise pareció perder el control y empezó a despacharse con todo tipo de desmanes – la famosa aparición en el programa de Oprah Winfrey; sus declaraciones en video publicadas en Internet sobre la Cientología; la expulsión de los grandes estudios donde estaba contratado -, lo que terminó opacando su carrera impecable. En el 2005 Cruise y su socia Paula Wagner se hicieron cargo de United Artists (de donde viene ahora Operación Valkiria), y empezaron a despacharse con algunas producciones modestas de escasa repercusión. Para cuando empezó a pergueñarse el proyecto de Valkyrie, el escándalo empezó a asomarse en la puerta. No sólo por su argumento, sino por la negativa del gobierno alemán a avalar el filme y a permitir a Cruise entrar al país debido a su religión (la que se encuentra prohibida localmente). Numerosas negociaciones de último momento lograron destrabar el conflicto, pero aún así la resaca de la imagen negativa de Cruise lastraron al film en términos de marketing. Incluso se prefirió vender a la película como “una obra de Bryan Singer” antes que como un vehículo para el controvertido astro. Las recaudaciones resultaron bastante aceptables, dejando algunas monedas de ganancia en comparación a los altos costos de producción – 90 millones de dólares para un filme con tibias expectativas comerciales -.

Operación Valkiria es un muy buen thriller. Es un producto inusual para estos tiempos, y quizás su mejor destino hubiera sido el de pelicula para cable – tal como Conspiración, donde Kenneth Brannagh armaba la logística del holocausto -. Pero aún con su caudal de contradicciones y carencias ideológicas, es sólido y entretenido.