Crítica: Tucker y Dale Contra el Mal (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Canadá, 2010: Tyler Labine (Dale Dobson), Alan Tudyk (Tucker), Katrina Bowden (Allison), Jesse Moss (Chad), Philip Granger (Sheriff)

Director: Eli Craig, Guión: Eli Craig & Morgan Jurgenson

Trama: Chad, Allison y un grupo de amigos universitarios van de vacaciones a los pantanos de Florida. A mitad de camino hacen una parada para comprar cervezas, y se cruzan con un par de montañeses de aspecto siniestro. Asustados por su presencia, deciden salir disparados y llegar rápido a su destino. Pero luego de acampar e ir al río a nadar, Allison sufre un accidente y termina inconsciente en el agua, siendo rescatada por uno de los montañeses que, justo, se encontraba pescando en la zona. Luego de llevarla a su casa para asistirla, los hombres se identifican como Tucker y Dale, un par de amigos que han ido al pantano a reparar una cabaña que han comprado y en la cual piensan pasar unos días de descanso. Pero los amigos de Allison han comenzado a imaginar lo peor – influenciados por la cultura hollywoodense proveniente de Deliverance y otras filmes, que catalogan a los montañeses como perversos asesinos seriales -, y han elaborado un arriesgado plan de rescate para salvar a la chica de las garras de los “maníacos” que la tienen secuestrada. Pero el plan sale desastrosamente mal y un par de muchachos perecen en terribles circunstancias. Y ahora – cegados por la furia y malentendiendo las muertes accidentales de sus compañeros – los universitarios restantes han jurado venganza, desencadenando una sangrienta guerra entre montañeses y citadinos, cuya única base real es la enorme cantidad de prejuicios que poseen el uno respecto del otro.

Tucker y Dale Contra el Mal Esta es una linda peliculita. Si les gustó Shaun of the Dead, entonces Tucker y Dale Contra el Mal está en su onda. Podría decir que es una comedia romántica con montañeses asesinos, pero estaría dando una definición incompleta. Acá los montañeses son unos tipazos de corazón noble, que terminan siendo prejuzgados mal y perseguidos por un grupo de universitarios / citadinos / paranoicos que creen que estos tipos han raptado a su amiga. Para que el enredo funcione como corresponde, los citadinos cometen errores – en sus intentos de rescate – y empiezan a morir de manera estúpida… y, cuando encuentran los cadáveres, comienzan a creer que la culpa la tienen los montañeses. Listo el pollo, comienza el caos.

Ciertamente Eli Craig es mejor como guionista que como director. La idea básica está muy buena – invertir los roles de Deliverance, haciendo que los montañeses sean las víctimas y convirtiendo a los citadinos en “el mal” al que hace referencia el título, satirizando los prejuicios disparados por Hollywood en todas estas décadas -, pero la ejecución es algo blanda. En los cinco primeros minutos los montañeses se ven siniestros… y después resultan ser mucho más cultos y sofisticados de lo que aparentan – hablan con términos cuidados, juegan a la trivia, e incluso el dependiente tiene una computadora con Internet! -, amén de que son mas buenos que Lassie con bozal. A uno le da la impresión que son personajes comunes y silvestres maquillados como montañeses – no va la apariencia con los diálogos -, y quizás allí resida la falla de Tucker y Dale Contra el Mal; no dan pinta de ser auténticos sino caracteres salidos de una sitcom. Tampoco sus apariciones son tan siniestras como debieran. A pesar de que el filme falla en establecer con eficiencia su premisa, termina por funcionar a la larga. Primero, por las performances – Tyler Labine se roba la película con su bruto de corazón grande y nobles intenciones, y posee una gran química con Katrina Bowden -, y segundo, porque algunas de las muertes accidentales son realmente graciosas. Quizás en el último tercio el filme se ve comprometido – como incapaz de mantener la energía inicial -, y empieza a meter situaciones cada vez más artificiales, pero ésta es una película que triunfa más por simpatía que por eficiencia.

Si les gusta una comedia con romance y toques de gore (más o menos en ese orden), Tucker y Dale Contra el Mal es más que adecuada. No es maravillosa, pero hace pasar un buen rato. El chiste reside en dar vuelta el prejuicio de los “homicidas rurales” (Jason de Martes 13, Deliverance, Los Perros de Paja, y un largo etcétera), y hacer que los citadinos paranoiqueen hasta convertirse en homicidas de cualquier tipo barbudo que viva en los pantanos y que no se haya bañado en 5 dias. ¿Locos ellos o locos nosotros?o loco Hollywood, que le encanta encasillar a los diferentes en papeles de villanos -. Y aunque las intenciones de satirizar dichos prejuicios están, la película termina por cocinarlo por la mitad, dedicándose a compensar su ausencia de efectividad en dicha área con una tonelada de carisma, humor ingenuo y buenas performances.