Crítica: Trilogía del Terror II (1996)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1996; telefilme: Lysette Anthony (Laura / madre de Bobby / Dra. Simpson), Geraint Wyn Davies (Ben), Matt Clark (Ansford), Geoffrey Lewis (Stubbs), Blake Heron (Bobby), Richard Fitzpatrick (Jerry O’Farrell)

Director: Dan Curtis, Guión: Dan Curtis, Henry Kuttner, Richard Matheson & William F. Nolan

Trama: Tres historias de terror nos esperan esta noche. En Las Ratas del Cementerio, una ambiciosa joven planea eliminar a su anciano esposo con la ayuda de su amante. Todo sale como lo previsto pero, a la hora de cobrar la herencia, faltan las claves de las cuentas bancarias suizas del fallecido millonario. Y éstas parecen estar entre sus enseres personales, los cuales han sido enterrados junto con él en un cementerio infestado de ratas gigantes. En Bobby, una madre hace un conjuro de magia negra para revivir a su fallecido hijo de diez años … con aterradores resultados. Y en Aquel que Mata, la policía descubre un múltiple homicidio en donde la única pista consiste en un antiguo muñeco tribal hallado en la escena del crimen. Los oficiales le llevan la figura a una arqueóloga que trabaja en el museo metropolitano, quien descubre que se trata de la representación de un demonio Zuni … el cual parece haber vuelto a la vida y haberse lanzado a mutilar a todo aquel que encuentra a su paso.

Trilogia del Terror II En los años 70 las cadenas de televisión norteamericanas producían telefilmes memorables. Algunos de ellos sirvieron como pilotos para series clásicas como El Hombre Nuclear y Kolchak: The Night Stalker; y todos ellos permanecieron en la retina de los espectadores durante décadas. En el apartado específico del terror, hubieron joyitas como No le Tengas Miedo a la Oscuridad y Trilogía del Terror, cuya efectividad sobrepasó las limitaciones del formato televisivo. Precisamente éste último filme se transformó en un hit de culto y disparó a Karen Black como figura femenina del terror de la siguiente década.

Ciertamente la original Trilogía del Terror era un compilado compuesto por dos historias chatas y un tercer e inolvidable relato – Amelia – en donde la Black era acosada por un muñeco demoníaco que la perseguía por todo su departamento y libraba una batalla campal que terminaba en un climax espeluznante. El guerrero Zuni de marras se convirtió en un objeto de culto y, durante años, los fans le rogaron a Curtis que hiciera una secuela. Y la misma se materializaría 21 abriles después, convirtiéndose en el filme que ahora nos ocupa.

Pero Trilogía del Terror II se siente extraña e insípida. Ahora figura la británica Lysette Anthony, la que actúa muy bien pero carece del dejo de locura que tenía Karen Black en sus ojos. En todo caso la Anthony representa el menor de los problemas, ya que el 99% del cast sobreactúa de manera irritante (el peor ofensor de los sentidos es Geraint Wyn Davies, el insufrible vampiro de la serie Forever Knight), y las historias resultan ser excesivamente genéricas. La primera es la típica rutina de la EC Comics (al estilo de Cuentos de la Cripta), en donde todo es predecible y la única novedad radica en los dos minutos finales – que es ver cómo estos amorales van a recibir su merecido -. Para colmo, todo el efecto de shock queda diluído por la aparición de unas patéticas ratas de peluche que parecen haber sido compradas en el maxikiosco de la estación de servicio de la esquina. El segundo relato – Bobby, a cargo del maestro Richard Matheson – no es más que una nueva variante de la historia clásica de O´Henry La Pata de Mono, en donde la gente lleva adelante ceremonias espúreas para revivir seres queridos … y las cosas no salen como lo esperado. Por lo menos la gigantesca mansión en penumbras – erigida en el borde de un precipicio sobre el mar – le da un gran clima. Pero el resultado sigue siendo genérico.

Pero la gran decepción es la secuela de la historia del guerrero Zuni, la que convirtiera a la primera Trilogía del Terror en todo un clásico. La historia comienza muy bien, con la policía llegando al departamento de Amelia y descubriendo tanto su cadáver como el de su madre (o sea, donde había terminado el relato con Karen Black). En medio de todo ese desorden, lo único sospechoso es una horrible figura de madera que se encuentra semi achicharrada en la cocina de la víctima. Los oficiales llevan el muñeco a un gigantesco museo en donde la especialista de turno se va a quedar trabajando toda la madrugada para develar los secretos de la figura. Y, por supuesto, el guerrerito revive y comienza a hacer de las suyas.

Al menos la animación del guerrero Zuni ha sido mejorada notablemente con stop motion y alguna que otra técnica digital. Pero lo arreglan por un lado, lo arruinan por otro. Ahora el demonio de los dientes se transforma en un Jason Vorhees cualquiera: anda por todo el museo, liquida a los guardias, clausura las puertas, anula los teléfonos (QC!!!). Y cuando llega el duelo con la Anthony, se transforma en un reciclado textual de la batalla campal que había librado Karen Black en la primera película. El demonio vive pasando el cuchillo por debajo de la puerta. La chica encierra al bicho en una maleta, pero el engendro empieza a rebanarla desde su interior con su cuchillo … y la muchacha intenta sacárselo (inútilmente) con los dedos. El guerrero finalmente es atrapado en un lugar en donde su destrucción es inevitable … y sólo termina de liberar su espíritu maligno. El tema es que todas estas secuencias se notan más lentas que en el primer filme, amén de que la fotografía es demasiado brillante y le quita clima. La sorpresa final carece de shock (ya son demasiadas cosas copiadas!), y no se trata de una cuestión de exceso de expectativas: simplemente ocurre que esta versión 2.0 de la venganza del guerrero Zuni carece de mordida.

Trilogia del Terror II no es un filme terrible; es correcto y soso. Los fans del original se llevarán una decepción y, si usted es neófito, le aconsejo buscar primero la película de 1975, que le resultará muy superior (en todo sentido) a esta pálida secuela.

LOS FILMES DE DAN CURTIS

Sombras en la Oscuridad (1970) – Kolchak: El Cazador Nocturno (1972) – Las Cintas de Norliss (1973) – Kolchak: El Estrangulador Nocturno (1973) – Trilogía del Terror (1975) – Pesadilla Diabólica (1976) – Trilogia del Terror II (1996)