Crítica: El Dia de los Trífidos (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 2009, miniserie: Dougray Scott (Bill Mason), Joely Richardson (Jo Playton), Eddie Izzard (Torrence), Brian Cox (Dennis Masen), Vanessa Redgrave (hermana Durrant), Jason Priestley (Coker)

Director: Nick Copus, Guión: Patrick Harbinson, basado en la novela homónima de John Wyndham

Trama: Bill Mason es un biólogo que trabaja en una corporación dedicada a explotar el combustible vegetal que se obtiene a partir de los trífidos – unas plantas mutantes carnívoras que son mantenidas en cautiverio de máxima seguridad -. Los trífidos fueron hallados en Africa hace más de treinta años, y desde entonces han sido modificados genéticamente para que su producción de petróleo vegetal fuera más fructífera. Pero en una de sus recorridas Mason es atacado en los ojos por una de las plantas, y es enviado a un hospital en Londres. A la mañana siguiente Mason se despierta y encuentra que la ciudad está sumida en el caos, ya que toda la población ha quedado ciega después de presenciar una extraña aurora boreal. Poco a poco Mason comienza a enterarse que el fenómeno ha sido global, y que la inmensa mayoría de la humanidad ha perdido la vista. Y, en medio del desastre, las fuentes de energía han fallado y han liberado a los trífidos de sus celdas. Ahora Mason y un puñado de videntes deberán sobrevivir, no sólo a los ataques de las plantas sino también a las facciones extremistas que han surgido y luchan violentamente por hacerse con el poder en medio del caos.

El Dia de los Trifidos (2009) John Wyndham es uno de los más grandes autores británicos de ciencia ficción, conjuntamente con H. G. Wells y Nigel Kneale. En esta ocasión es el turno de la tercera adaptación de su clásico El Día de los Trifidos, el que fuera llevado al cine en 1962 y fuera recreado en otra miniserie de la BBC en 1981. Esta versión 2009 del libro tenía todas las condiciones para ser la puesta en escena definitiva: abundante presupuesto, buenos efectos especiales, disponibilidad de recursos para contratar actores, libretistas y directores capaces. El problema es que carece de energía para plasmar la situación apocalíptica que la historia exigía. No sólo eso, sino que arruina la trama con un villano patético y situaciones mal resueltas.

La versión cinematográfica de 1962 con Howard Keel era un engendro que no dejó satisfecho a nadie. En cambio la miniserie de 1981 era, según los entendidos, una versión muy fiel a pesar de los FX baratos de la época. Si uno analiza la miniserie 2009, en el fondo no hay grandes cambios con el libro original. Acá los trifidos son una especie surgida en Africa y no el fruto de la experimentación genética de los soviéticos; tal como en la novela, proveen un combustible sustituto esencial; y el fenómeno global que produce la ceguera es accidental, mientras que en el libro daba a entender que era parte de un plan de invasión alienígena de los mismos trífidos. Una gran cantidad de personajes del libro – Bill Mason, Torrance, el sargento Coker, la hermana Durrant – permanecen en la miniserie. Y a grandes rasgos, la esencia del relato es la misma.

Pero los problemas pasan por la dirección blanda de Nick Copus y los agregados que hizo el libretista Patrick Harbinson. Los 15 minutos iniciales son muy buenos, con aviones cayendo sobre Londres debido a la ceguera generalizada (que ha afectado a los pilotos) y episodios de devastación masiva. Pero las cosas empiezan a ir mal cuando el guión decide meter a un estúpido bioterrorista que decide apagar las vallas eléctricas que mantienen presos a los trífidos, y a esto se suma la presencia irritante de Eddie Izzard como el demente de turno. En un principio no hay nada malo con Izzard – provee un toque de humor al comenzar a explotar las múltiples libertades que el holocausto genera, como robar trajes y autos de lujo, e ir a dormir a 10 Downing Street, la residencia del primer ministro británico -, hasta que debe ponerse en la piel del villano… y termina resultando una caricatura. En el libro, el personaje de Torrance era un individuo brutal decidido a establecer una dictadura de la manera más sangrienta posible; pero aquí, el Torrance de Eddie Izzard es un bufón sin demasiado carácter ni carisma y con capacidad de liderazgo cero. Es un villano de copa de champagne en mano en vez de ser un individuo cruel y atemorizante, y uno se pregunta varias veces a lo largo de la miniserie cómo sus seguidores le hacen caso a un tipo tan blando.

A esto se suman otras fallas. En la miniserie, Mason y Coker llegan a un convento regido por la hermana Durrant, y todo el lugar está asediado por trífidos, pero las plantas permanecen pasivas en las afueras del edificio. Más tarde nos enteramos que la bondadosa hermana ha ido despachando diariamente ciegos a los bosques para que las plantas se alimenten y no ataquen el convento. Toda esa secuencia – que debería ser shockeante – resulta impresionantemente blanda y es dejada de manera trunca.

Y quizás allí reside el mayor problema de toda la miniserie. Carece totalmente del clima de terror que era lo que la historia estaba pidiendo a gritos. En realidad la trama trata sobre una situación demencial, en donde la gente toma medidas extremas más allá de sus límites morales con tal de sobrevivir, y el horror los acecha a la vuelta de la esquina. Pero el libreto se ensalza en las insulsas peleas internas de los sobrevivientes y le dedica la mayor parte del tiempo a ello antes que a las criaturas. Y cuando éstas aparecen, están ok pero no son impresionantes. Ciertamente los trífidos sólo juegan un papel secundario (o terciario) en su propia película. Si uno considera otros filmes apocalípticos con climas asfixiantes – como Exterminio o La Niebla -, verá lo flácida que es esta versión 2009 de la novela de John Wyndham.

El Dia de los Trifidos 2009 está ok para ver en TV, pero no es una adaptación memorable. Errores de dirección y de criterio artístico le quitan el clima paranoico que se precisaba. Se deja ver, es una versión cuidada en lo estético, pero no deja de ser una oportunidad desperdiciada de adaptar un gran clásico como realmente se merecía.

EL DIA DE LOS TRIFIDOS

Las versiones de la novela The Day of the Triffids de John Wyndham son, hasta el momento: La Semilla del Espacio (1962); la miniserie El Dia de los Trifidos de 1981; y la miniserie remake El Día de los Trifidos del 2009