Crítica: Devil (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2010: Chris Messina (Detective Bowden), Logan Marshall-Green (mecánico), Jenny O’Hara (señora mayor), Bojana Novakovic (muchacha), Bokeem Woodbine (guardia de seguridad)

Director: John Erick Dowdle, Guión: Brian Nelson, basado en una historia de M. Night Shyamalan

Trama: El detective Bowden investiga un caso de suicidio en donde la victima se ha estrellado contra el techo de un camión estacionado. Pero los edificios cercanos son demasiado bajos para generar tal potencia de impacto, y Bowden sospecha que la víctima se ha lanzado desde el rascacielos más próximo. Efectivamente hay una ventana rota en el piso 35, pero Bowden también descubre a un grupo de cinco personas atrapadas en un ascensor, las cuales han comenzado a mostrar signos de violencia cada vez que las luces del equipo fallan. El detective observa lo que ocurre desde la sala de control de las cámaras de seguridad… pero pronto queda en evidencia que algo sobrenatural está ocurriendo dentro del ascensor. Y, aunque suene disparatada la teoría de uno de los guardias, todo parece indicar que una de esas personas es el mismo demonio, el que aprovecha los fallos de la electricidad para despedazar – una a una – a las restantes víctimas.

Devil (2010) Uno no puede ver el futuro. En su momento catalogué a M. Night Shyamalan de genio, lo que era justificable debido a títulos como Sexto Sentido, El Protegido o Señales, obras que disfruté enormemente. Después vino La Aldea, y aunque no estaba mal pareció un paso en falso. Y luego Shyamalan decidió lanzarse por el precipicio con bodrios tales como La Dama en el Agua o El Fin de los Tiempos. Los últimos remaches en el ataud artístico del norteamericano de ascendencia india parecen ser El Ultimo Maestro del Aire y Devil, películas que la gente y la crítica repudiaron en lo que va del 2010. Y si bien en Devil no hay participación directa de Shyamalan (solo produce y dió los trazos generales de la historia), tiene el honor de cargar con toda la culpa del fracaso.

Este es un filme con premisa idiota. Al menos la gente que hizo Serpientes en el Avión sabía que era una historia idiota y decidió tomárselo en solfa, pero aquí Shyamalan y cía decidieron hacer algo así como “Demonios en un Ascensor” y lo encararon con total solemnidad. Ni siquiera los talentos del director John Erick Dowdle (Quarantine) ni del libretista Brian Nelson (30 Días de Oscuridad, Hard Candy) pueden disfrazar la estupidez del concepto. Lo que digo es: esto podría resultar potable para un cortometraje, y siempre y cuando la historia se centrara completamente en lo que ocurre en el ascensor, con lo cual podría crearse un clima de paranoia y claustrofobia. El tema es que hay que llenar la duración de un largo (y eso que aquí todo pasa en escasos 75 minutos), y el libreto empieza a despachar fruta de relleno. Una subtrama sobre el pasado del detective que no le importa a nadie, técnicos y rescatistas a los que le pasan accidentes no relacionados con la historia, y un guardia de seguridad mexicano que sabe y explica demasiado, como si él mismo hubiera escrito el guión o como si el libretista se sintiera inseguro de que la audiencia entendiera lo que ocurre y necesita un alter ego que traduzca todo al mismo nivel intelectual de un jardín de infantes. Cuando el guardia explica la teoría del demonio con una tostada, uno siente vergüenza ajena; es una escena soberanamente ridícula.

El punto es que la cámara vive saliendo del ascensor para ocuparse con cosas banales, sospechas tontas sobre la identidad de cada uno de los atrapados, el mexicano hablando tonterías religiosas – me hace acordar al personaje de Elpidia Carrillo en Depredador; ¿por qué ponen a los latinos en seudo-escenas cruciales, diciendo pavadas exclusivamente en castellano como “la jungla cobró vida y se lo tragó”? -, y un montón de idas y vueltas que no le interesan a nadie. Ni siquiera se explica por qué alguien se suicidó frente a ese edificio. Es todo tan absurdo y traído de los pelos… Permítanme hacer una pregunta brutalmente honesta, a lo James T Kirk en Star Trek V: ¿por qué el Diablo querría gastar una hora de su valioso tiempo, encerrado con cinco personas completamente insulsas?. Si quería tomar el alma de ellos, ¿precisaba tardar tanto?.

No voy a decir que la película es enteramente un bodrio porque cuando pasa algo dentro del ascensor se genera algún que otro pico de tensión potable. Pero las malas actuaciones, los malos personajes (en especial el vendedor de colchones indio – ¿pensado para un posible cameo de Shyamalan? – que resulta tan agradable como un martillazo en los genitales), y toda la inutil intriga sobre el pasado de cada una de las víctimas termina por sepultar los escasos méritos de la película. Lo cual no impedirá que M. Night Shyamalan siga trabajando, ya que esta es la primera entrega de una seudo trilogía (llamada The Night Chronicles, en un rapto de genialidad) y ha recaudado el doble de su magro presupuesto, lo que puede catalogarse de éxito, entre resaltadas comillas.

M. NIGHT SHYAMALAN

Algunos de sus filmes comentados en este portal: Sexto Sentido (1999) – El Protegido (2000) – Señales (2002) – El Fin de los Tiempos (2008) – Después de la Tierra (2013) – The Visit (2015)