Crítica: Sector 7 (7 Gwanggu) (2011)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Corea del Sur, 2011: Ji-won Ha (Cha Hae-jun), Sung-kee Ahn (Jeong), Ji-ho Oh (Kim Dong-soo), Ae-ryeon Cha (Kim), Han-wi Lee (medico)

Director: Ji-hun Kim, Guión: Je-gyun Yun

Trama: Hace rato que no se obtienen resultados en la exploración de la plataforma petrolera instalada en el sector 7. Ahora ha llegado un especialista, quien viene con nuevas ideas para la perforación. La operación resulta ser un éxito y todos en la plataforma se disponen a festejar el hallazgo de una napa rica en petróleo; pero lo que no saben es que el taladro ha penetrado mucho mas allá de lo esperado y ha liberado a una criatura gigantesca, la que ha llegado hasta la base a través del tubo de perforación. Y ahora el animal ha comenzado a depredar a los miembros de la tripulación, con el agravante de que la plataforma se encuentra aislada debido a hallarse en el medio de una fuerte tormenta.

Sector 7 Ultimamente Corea del Sur viene tentando suerte en el terreno de lo fantástico, y ha intentado generarle algún tipo de competencia a la masiva cinematografía japonesa. Hubieron viejos antecedentes como Yongary (1967), pero la segunda oleada de cine fantástico surcoreano comenzó con la impactante The Host (2006), la cual le abrió puertas en todo el mundo. A esto le siguió Tsunami (2009) y el filme que ahora nos ocupa, los cuales comparten el mismo libretista Je-gyun Yun. Lamentablemente el talento exhibido aquí es mucho menor que en el filme del maremoto, y los resultados finales bordean lo aborrecible.

El gran problema con el cine fantástico asiático es la caracterización de los personajes. Acá todos son caricaturas, niños grandes en cuerpos de hombre. Sobreactúan, lloran, se gritan, hacen melodrama kaiju hasta el paroxismo – ¡¡¡No te mueras, Kenjiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!! -, hacen bromas idiotas y hablan pavadas la mayor parte del tiempo. La primera media hora es un bodrio de aquellos: no solo hacen chistes malos e intentan generar romances tontos (uno de los personajes se pone a llorar cuando la chica de turno le rechaza los bombones que intenta regalarle), sino que se la pasan jugando con sus motos a lo largo y a lo ancho de la plataforma como si fueran niños de 5 años con juguetes nuevos. Para colmo el escenario no es muy creíble – una plataforma gigantesca es atendida por 6 tipos y 2 mujeres, la mitad de los cuales son hermanos / tios / sobrinos entre sí – y todo se dilata demasiado. A los 31 minutos aparece el bicho, el cual es un CGI bien hecho aunque no es demasiado impresionante (es como un lobo marino mutante). Lo que sigue es típica rutina Alien, con a) otro científico que aparece en la base y que tiene aviesas intenciones respecto de la criatura; b) una heroína dura que pelea hasta el final; c) muchísimas persecuciones a lo largo de interminables corredores metálicos.

El problema con todo esto es que termina por resultar demasiado estirado y aburrido. Al bicho lo matan 50 veces y nunca muere, hay gente que la muelen a golpes y sigue andando, y hay peleas cuerpo a cuerpo que – al menos – durante 3 veces amenazan terminar y no lo hacen (el gran climax final es pesadísimo). Como los personajes son detestables, a nadie se le afloja ni una lágrima cuando se los devoran, y como el bicho es anodino y anónimo, tampoco termina de impactar como para que nos pongamos de su lado (y siga exterminando malos actores).

Sector 7 se deja ver, quizás con demasiadas reservas. En lo estético y en lo técnico, es impecable. El tema pasa por la dirección y el libreto, los cuales carecen de inspiración y le mandan demasiado relleno al relato, convirtiendo al filme en un show lento y poco entretenido.