Crítica: R.I.P.D. (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2013: Ryan Reynolds (Nick Walker), Jeff Bridges (Roy Pulsipher), Kevin Bacon (Bobby Hayes), Mary-Louise Parker (Mildred Proctor), Stephanie Szostak (Julia Walker)

Director: Robert Schwentke, Guión: Phil Hay & Matt Manfredi, basados en el comic de Peter M. Lenkov

Trama: En una redada el oficial de policía Nick Walker resulta asesinado por su corrupto compañero, el agente Bobby Hayes. Pero al instante Walker se despierta en el cielo, en una especie de agencia conformada por policías muertos de todas las épocas y edades. La entidad se llama DEPD (Departamento En Paz Descanse) y se ocupa de cazar a aquellos espíritus rebeldes y demonios que no quieren abrazar la luz divina al momento de la muerte. Es por ello que Walker recibe como compañero de tareas a Roy Pulsipher, un veterano alguacil que viviera en el lejano oeste, y con el cual no tarda en chocar. Pero en las primeras misiones con Pulsipher Walker descubre pistas que lo llevan al paradero de su asesino, el oficial Hayes, el cual parece estar acumulando las piezas de un artefacto sagrado capaz de regresar todos los muertos a la Tierra y desatar el Apocalipsis. Con el artefacto casi armado el tiempo le juega en contra a Walker, quien intentará salvar a la humanidad en el último minuto mientras termina de ultimart detalles – de manera personal – con el mismo Bobby Hayes.

R.I.P.D. (2013) R.I.P.D. es la adaptación fílmica de la novela gráfica homónima publicada por Dark Horse Comics, los mismos que dieron a luz títulos tales como Hellboy y Mystery Men. Como editorial independiente, a la gente de Dark Horse le gusta salirse del molde y ser experimentales… aunque aquí las cosas suenan demasiado conocidas y terminan siendo un reciclado de Hombres de Negro, sólo que con demonios en vez de alienígenas. En sí R.I.P.D. no es un filme demasiado terrible y sirve para pasar el rato; el problema es que la mitad de la gente involucrada el proyecto tiene una desidia tal que termina por torpedear su propia fuente de trabajo, como si a mitad de camino hubieran perdido toda la fe en la obra.

La estructura de Hombres de Negro está trasladada casí sin modificaciones: otro policía reclutado por una oscura agencia que combate una amenaza tan secreta como sobrenatural, uso de armas especiales, una dupla compuesta por un oficial veterano y uno joven, un jefe extravagante que les asigna las misiones, una investigación que desemboca con la amenaza de extinción de todo el mundo conocido, etc. Si uno lo pone a la par, R.I.P.D. es mucho mejor que Hombres de Negro 2, pero palidece frente a las otras entregas de la saga de Barry Sonnenfeld. Igual es defendible porque tiene sus momentos, y porque el director Robert Schwentke – RED – es mucho menos exagerado que Sonnenfeld; pero…

R.I.P.D. se topa con dos enormes problemas: el primero es que el protagonista no tiene ganas de actuar y se la pasa en modalidad de piloto automático. Yo no entiendo cual es el razonamiento de Ryan Reynolds, ya que incluso el tipo hace las veces de productor ejecutivo: ¿la responsabilidad del proyecto lo asustó?. ¿Sintió el tufo del fracaso de la historia?. ¿O es que su ego no resistió ver como Jeff Bridges le roba todas las escenas en las que están juntos?. Si Reynolds es anodino, el otro detalle mortificante son los efectos especiales, los cuales son abominables. Considerando la guarrada de millones de dolares que costó, resulta incomprensible que R.I.P.D. tenga FX del mismo calibre que las producciones hipermediocres del estudio The Asylum o los telefilmes del Sci-Fi Channel.

La historia no es gran cosa. El tipo se muere, es reasignado al Departamento En Paz Descanse, el cual se ocupa de atrapar espíritus rebeldes que no aceptan su propia muerte, y recibe de compañero a un veterano cowboy malhablado, el cual en manos de Bridges resulta en un híbrido de The Dude y Rooster Cogburn. Aún cuando Bridges nunca fue demasiado de mi agrado, debo reconocer que acá el tipo se relame sobremanera con su papel de su vaquero bruto boca de cloaca, y es gracias a él que R.I.P.D. resulta mirable. Los tipos empiezan su rutina, Reynolds conoce los pormenores de la agencia, y pronto descubre pistas sobre su muerte – algo que tiene que ver con un artefacto todopoderoso inventado por el libreto -. Curiosamente el poli corrupto que lo liquidó resulta ser uno de los demonios que debe capturar. En el medio hay un fuerte tufillo a Ghost, la Sombra del Amor, con Reynolds intentando comunicarse con su esposa viva. El problema es que Reynolds y Bridges ocupan cuerpos sustitutos, los que se ven respectivamente como un viejo chino y una rubia infartante. Lástima que el libreto no decide ensalzarse con este detalle, ya que era un filón que daba para mucho.

La acción es un disparate y la trama tiene su gracia, aún cuando uno reconozca que nada de esto es original. Es cierto que a veces los diálogos son anodinos, pero no duran demasiado y siempre tenemos alguna escena con Bridges o con Mary-Louise Parker (otra que se afila las uñas con su papel de burócrata maniática), los cuales siempre son más interesantes que el mismo héroe.

Si uno no le da bola a la mala fama que la rodea, verá que R.I.P.D. es digerible y hasta disfrutable. No sé si vale la recomendación pero, si cayó invitado a su proyección, tampoco la pasará mal. Es una macana que no le hayan puesto un poco más de ganas, con lo cual el resultado habría sido superior.