Crítica: Repo! La Opera Genética (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2008: Alexa Vega (Shilo Wallace), Paul Sorvino (Rotti Largo), Anthony Head (Nathan), Sarah Brightman (Blind Mag), Paris Hilton (Amber Sweet), Bill Moseley (Luigi Largo), Nivek Ogre (Pavi Largo), Terrance Zdunich (ladrón de tumbas), Sarah Power (Marni)

Director: Darren Lynn Bousman, Guión: Darren Smith & Terrance Zdunich, basados en su propia opera rock

Trama: En el futuro un virus desconocido devastará a la humanidad, produciendo fallas orgánicas y hemorragias internas. Surge un salvador en la figura de Rotti Largo, quien desarrolla numerosa tecnología genética a través de su corporación GeneCo y permite el transplante masivo de órganos. Desde entonces, Largo se ha erigido en el hombre más poderoso de la Tierra, dependiendo de él millones de vidas. GeneCo ha desarrollado planes de financiación para el transplante de órganos, pero aquellos que no cumplen con los pagos son asaltados por el Repositor – una figura siniestra enviada por GeneCo que mata a sus víctimas y cancela sus deudas extrayéndole los órganos -. Ahora Largo descubre que padece una enfermedad terminal y, viendo lo perverso y desviado de sus hijos, decide llamar a la joven Shilo – hija de un antiguo amor de Rotti – para hacerla heredera de su imperio. Pero Shilo ha comenzado a sufrir los síntomas del virus, y permanece reclusa en la casa de su padre biológico Nathan, quien se encuentra experimentando con una cura. Pero el llamado de Rotti será el comienzo del desenlace de una tragedia que ha permanecido dormida desde hace 17 años, cuando Shilo nació y su madre pereció en el parto.

Repo! The Genetic Opera Repo! La Opera Genética es la versión para la pantalla grande de la ópera rock creada por Darren Smith y Terrance Zdunich en 1996. Smith y Zdunich concibieron la obra a partir de algunas canciones sueltas, en donde analizaban un futuro hipotético en donde los únicos bienes comerciables de las personas serían sus propios órganos. La cantidad de canciones comenzó a expandirse y la obra – llamada originalmente La Deuda del Necrocomerciante – se transformó en una opera rock cerca del año 2000. El mismo Darren Lynn Bousman dirigiría la puesta en escena durante unas temporadas antes de partir a filmar secuelas de la saga Saw, El Juego del Miedo. Tras el éxito en el cine, Bousman regresó a sus orígenes y entabló una larga y dura campaña para llevar la obra a la pantalla grande. Lionsgate – productora de la saga Saw – accedió al pedido pero no entendió demasiado la propuesta del filme y prácticamente no le dió apoyo comercial al momento del estreno. Bousman, Smith y Zdunich se enfrascaron en una campaña de marketing puerta a puerta, con exhibiciones intinerantes del filme, pero eso no pudo evitar de que la película fuera un fracaso – escasas salas de exhibición, cero publicidad, una recaudación de 200.000 dolares contra los ocho millones y medio que costó la cinta -. Aún con todo ello, Repo! La Opera Genética tiene un largo futuro por delante: es un típico producto de culto desde el vamos y, lo que es mejor, es sólido.

Aquí hay un futuro hipotético en donde el transplante de órganos se ha convertido en el comercio más importante del planeta. La corporación GeneCo opera como una entidad mafiosa implacable – al estilo Omni de Robocop -, con un rostro amable para el marketing y una faceta siniestra al momento de negociar sus productos. El líder de la corporación posee una enfermedad terminal y acude a su pasado, específicamente a Shilo – la hija de un antiguo amor – , para que herede su imperio ya que sus hijos biológicos son drogadictos, criminales sexuales y sicópatas. El tema es que el padre biológico de Shilo le robó la novia a Rotti Largo, y éste decidió usar varios métodos sucios para vengarse de su ex y de su nuevo novio. A partir de allí se teje una madeja de relaciones dramáticas que apuntan directamente a un desenlace trágico.

En sí Repo! La Opera Genética no difiere temáticamente de otros clásicos de culto como The Rocky Horror Picture Show y El Fantasma del Paraíso. Esto es, opera rock mezclada con terror. Darren Lynn Bousman no olvida sus tiempos de Saw y no escatima gore al momento de mostrar al Repositor en acción, destripando víctimas aún vivas. El tema es que Repo! La Opera Genética está mucho mejor construída en lo dramático que el clásico de Jim Sharman de 1975. El tejido de tortuosas relaciones entre los protagonistas de la historia es mucho más interesante e intenso que The Rocky Horror Picture Show. A uno le importan estos personajes y, sinceramente, no sabe cómo va a terminar todo esto.

Pero es un filme empañado por detalles, algunos de ellos realmente importantes. El primero es la estructura musical, que a veces se vuelve algo pesada. Lo que olvidan Smith y Zdunich es que toda opera rock precisa un momento de epifanía, en donde uno de los protagonistas canta una canción memorable – eso lo sabe de memoria Andrew Lloyd Weber y ha construído su carrera sobre ello -. Aún en una obra tan idiota como Cats hay un hit (Memories) que salva a la opera del olvido. Aquí las canciones no son más que diálogos cantados, y ninguna de ellas es memorable o pegadiza. Por suerte la mayoría de las performances vocales son muy buenas – brillan Paul Sorvino y Anthony Head, amén de Sarah Brightman en un papel desperdiciado -, e incluso hasta la despreciada Paris Hilton canta bien. El problema es Alexa Vega, que a veces desentona o da mal el registro. Y ella ocupa la mayor parte del tiempo en pantalla.

Pero el gran problema de Repo! La Opera Genética es que el final no cumple con las expectativas. En una obra dramática puede haber tragedia, redención, justicia… pero aquí se muere la mitad del cast y la suerte de los sobrevivientes termina siendo un misterio. El final debería haber sido reescrito profundamente para hacer el cruce de historias y destinos como realmente correspondía. Tampoco hay un mensaje claro – en más de un sentido, Repo! La Opera Genética es una sátira a la cultura de las cirugías estéticas y a la pasión enfermiza por ellas -. Es como si la obra se destartalara en el último acto.

Darren Lynn Bousman dirige con una creatividad inusual para su standard. Hay numerosas viñetas de comic que amplian la historia y la ayudan narrativamente de gran forma, además de poner al espectador en el tono del filme. El mismo co-autor de la obra, Terrance Zdunich, se reserva el papel del ladrón de tumbas, que hace las veces de un narrador no oficial del drama. Pero también es un personaje desperdiciado que no aparece tantas veces como debiera. Aún con todos estos detalles Bousman se da maña para crear un par de momentos intensos – como la escena en que Sarah Brightman proyecta imágenes holográficas de la madre de Shilo con sus ojos biónicos -, pero se queda algo corto de combustible sobre la recta final. También se le pueden achacar los problemas de la obra a una ambición desmedida de sus autores – quienes retacearon puntos importantes, previendo que el filme fuera un éxito y pudieran desarrollar una trilogía -. Pero lo cierto es que, aún con un final mal armado y falta de música pegadiza, Repo! La Opera Genética es altamente recomendable, especialmente para quienes les gustaron los clásicos del circuito de medianoche como The Rocky Horror Picture Show y El Fantasma del Paraíso. Tiene ingredientes interesantes y un gran clima, lo único que flaquea a la hora de cumplimentar las expectativas del desenlace.