Crítica: Powerless (2017)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2017: Vanessa Hudgens (Emily Locke), Danny Pudi (Teddy), Christina Kirk (Jackie), Ron Funches (Ron), Alan Tudyk (Van Wayne)

Director: Marc Buckland, Guión: Justin Halpern & Patrick Schumacker, basados en una idea de Ben Queen

Trama: Ciudad Charm está plagada de superhéroes y supervillanos, los cuales se trenzan en feroz lucha todos los días… dañando seriamente el paisaje urbano de la ciudad y poniendo en peligro a sus habitantes debido a la caida masiva de escombros producidos por la pelea. Es por eso que existe una división de Industrias Wayne dedicada a crear gadgets que salven las vidas de los ciudadanos en caso de verse mezclados en medio de un combate apocalíptico en plena metrópolis. Emily Locke es la nueva supervisora de la división y está decidida a dejar su marca en la empresa… aunque el retorcido Van Wayne – jefe de la compañía y primo de Bruce Wayne – trabaja a pleno para boicotear sus esfuerzos y, de ese modo, lograr el cierre de la división y ser trasladado a la central ubicada en su amada Ciudad Gótica. Pero Emily y sus reticentes compañeros han logrado crear un dispositivo – un reloj que alerta la inminente presencia de supervillanos basándose en su olor -, el cual ha sido todo un éxito. Ahora Bruce Wayne ha dado la orden de crear mas soluciones ingeniosas como ésa… las cuales, curiosamente, terminan siendo utilizadas por Batman para atrapar villanos en Gotham City.

Critica: Powerless

    Powerless (2017) Hay algo patético en querer prenderse de la teta del universo de DC Comics, plagado de superhéroes y franquicias millonarias, fabricando una miserable sitcom basada en una idea rebuscada. El problema es vivir en un universo en donde existen Superman, Batman, Flash y otros integrantes de la Liga de la Justicia, mencionarlos y no esperar nunca una visita de ellos. Es una situación tan horrible como cuando comenzó Supergirl y, por una cuestión de derechos (que mas tarde los productores lograron negociar con la burocracia de DC Comics / Warner Brothers) la chica de Kriptón debía mencionar a Superman como “su famoso primo”, “el último hijo de Kriptón” y “ya sabes quién”.

Les voy a ser honestos: tengo sensaciones encontradas con Powerless. La idea es vivir en un universo plagado de superhéroes y trabajar para una corporación (un departamento de Wayne Enterprises!!) dedicada a fabricar gadgets de seguridad por si quedás atrapado en una apocalíptica pelea entre seres de otros mundos. El primer capítulo es un desesperado intento por enrostrarte que tienen el aval oficial de DC Comics, mencionando a millones de héroes conocidos y hablando a mil por hora al estilo (aturdidor) de Gilmore Girls. Pero en el segundo capítulo, habiéndose sacado el peso de encima de presentarse como un producto oficial DC, las cosas van mejor. No una maravilla, pero bastante mejor. Vanessa Hudgens deja de ser una maniática y pasa a ser una simpática manipuladora, y la frutilla del postre es Alan Tudyk como el fracasado y frustrado primo de Bruce Wayne, el cual quiere que le vaya mal al departamento para asegurarse un lugar (siquiera como exilio) en el edificio principal de Wayne Enterprises en Ciudad Gótica.

El gran problema que tiene DC Comics en este momento es que, mientras Marvel funciona como una Hidra de varias cabezas (qué inspirada imagen!) con talentos de todo tipo surgiendo de un mismo cuerpo y siguiendo un lineamiento general de manera coordinada, DC es mas como un individuo esquizofrénico que escucha voces y está plagado de personalidades antagónicas. Va a haber dos Flash (el de la serie y el fílmico), la tira Gotham recicla desesperadamente elementos de la mitología nolaniana de Batman sin atender la continuidad o la lógica de los mismos (de que todos los villanos van a ser unos gerontes cuando Bruce Wayne se transforme en Batman de acá a 10 – 15 años según el tiempo que maneja la serie), y lo único que funciona de manera decente es el Arrowverse con Supergirl, Flash, Flecha Verde y Leyendas del Mañana actuando con cierta coordinación de historias y personajes, algo que debería poner negro de envidia a Zack Snyder y su pretencioso Universo Cinemático DC (cosa curiosa, el Arrowverse viene de la mano del tipo que produjo la mediocre Linterna Verde con Ryan Reynolds). Powerless cae en las líneas de Gotham: descolgado de todo, huérfano de universo compartido (que no sea de nombre), un invento original no derivado de un comic preexistente y una idea tan bizarra que puede funcionar de maravilla o transformarse en la vergüenza pública de DC y Warner.

El problema con Powerless es que la historia podía funcionar perfectamente sin mencionar de manera maníaca a personajes de DC Comics. Para el fan del comic, ver a Vanessa Hudgens desarrollando un paraguas anti-escombros para proteger peatones de todo lo que cae del cielo fruto de una posible batalla cósmica al estilo de Superman vs General Zod (de El Hombre de Acero) debe sonarle menos un chiste nerd y más un intento patético de conseguir audiencia ordeñando el fanatismo de una legión de adeptos del género de superhéroes. En muchos sentidos Powerless me hace acordar a Ultraman Zearth, un patético invento desarrollado por la gente de Eiji Tsuburaya, el cual era un Ultraman paródico… sin detenerse a pensar de que nunca antes la empresa había desarrollado una comedia, razón por la cual el resultado era aberrante. Si tan solo hubieran replanteado esto como “joven ambiciosa va a trabajar a bizarra corporación dedicada a crear gadgets ridículos” el resultado sería mas honesto y festejable – algo así como una especie de Seinfeld corporativo, o una versión fantástica de The Office. Incluso el estilo de comedia podría funcionar mejor como un derivado de The Thick (que es de por sí un personaje cómico), que de Superman, Batman y toda la prole. Pero al darle chapa oficial no sólo le mete presión a los protagonistas sino que incomoda a buena parte del público, especialmente al fan de las historietas. Quizás el otro problema es que últimamente DC Comics viene ensayando recetas para sacarse el almidonamiento que la caracteriza – y que empapa todo su universo, ya sea probando cosas desenfadadas que van desde Suicide Squad hasta la versión animada del Batman 66, pasando por autorizar la salida en DVD (después de 50 años de espera!) de la serie de Adam West y dando el visto bueno a cosas como Lego Batman: La Película (la que viene siendo la película mejor recibida del universo DC en todos estos años post nolanescos) – y terminado generando cosas como ésta, que no son ni chicha ni limonada. Para que Powerless sobreviva debe matar los genes de su origen – la mención de toneladas de superhéroes archiconocidos – y dedicarse a desarrollar una personalidad propia, basada en la sátira corporativa y dejando que Alan Tudyk suelte sus fieras. Pero eso es algo que está en pañales en el segundo episodio y que, posiblemente, no termine de conformar al público de la serie (que dicho sea de paso, ¿cuál es?) como para darle mas oportunidades a un producto que comenzó mal horneado.