Crítica: Pink Flamingos (1972)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1972: Divine (Divine / Babs Johnson), Mink Stole (Connie Marble), David Lochary (Raymond Marble), Mary Vivian Pearce (Cotton), Danny Mills (Crackers)

Director: John Waters, Guión: John Waters

Trama: La bizarra Divine es considerada la persona más perversa del mundo. Pero el matrimonio de Raymond y Connie Marble está dispuesto a darle batalla y arrebatarle el título. Mientras que Divine vive en una modesta casa rodante y está dando extravagantes fiestas todo el tiempo, los Marble se dedican a secuestrar chicas para embarazarlas y vender sus hijos a parejas de lesbianas. Ahora los Marble han comenzado a sabotear la fama de Divine, cometiendo actos cada vez más infames y llegando incluso a incendiar la casa rodante de la diva; pero ésa ha sido la gota que ha rebasado el vaso, y ahora Divine se encuentra en un sendero de venganza, rastreando a los Marble para humillarlos y matarlos.

Pink Flamingos (1972) Cuando John Waters filmó Pink Flamingos en 1972, estaba decidido a superar sus propios límites en materia de transgresión. Al argumento le metió travestis excedidos de peso, coprofagia, incesto, sexo explícito, exhibicionismo, violaciones y dos millones de atrocidades más. El resultado final fue un éxito, ya que la película se transformó rápidamente en objeto de culto en el circuito under. Y, aunque hoy haya muchos que la continúen venerando, en lo personal creo que Pink Flamingos es un pedazo de basura. Ok, tiene sus momentos, pero no deja de ser un divague aburrido plagado de momentos atroces.

La obra de Waters no deja de ser un gusto adquirido; hay quienes la odian instantáneamente, y hay quienes la adoran y la siguen hasta el fin de sus días. En lo personal no soy un especialista de Waters pero lo que he visto me ha gustado – desde cosas muy correctas como Cry Baby o Hairspray hasta delirios extremos como Desperate Living -, y admito que mis expectativas eran altas al ver Pink Flamingos. A final de cuentas, éste es el filme que lanzó la carrera de Waters hasta llegar a ser el ícono cultural que hoy es.

Pero Pink Flamingos es un filme demasiado errático. El problema no son las escenas extremas – que son precisamente en donde se luce Waters, incluyendo un rídiculo fellatio entre madre e hijo, un ano parlante, una orgía entre un hombre, una mujer y un pollo, y otras cosas por el estilo -, sino que las mismas son demasiado escasas y en el medio hay toneladas de divague repetitivo. Aquí hay un matrimonio de degenerados (David Lochary y la deliciosa Mink Stole de Desperate Living) que quieren obtener el título de ser “las personas más perversas del planeta”, el cual le pertenece a Divine. Como esta gente no tiene límites de ningún tipo decide embarcarse en una guerra personal con el enorme travesti, lo cual involucra difamaciones varias y atentados contra su casa. Y como Divine no se anda con chiquitas, decide irse a las armas y termina secuestrando y asesinando a los infractores delante de los flashes de la prensa. Otra que Asesinos por Naturaleza.

Los problemas de Pink Flamingos pasan porque toda esta gente habla demasiado y muy poco de lo que dice tiene gracia. Da la sensación de que los actores improvisan todo el tiempo, siguiendo algunos lineamientos generales de Waters como para que la acción avance de una escena a la otra. Pero el 90% de los parlamentos es aburrido y reiterativo, y carece del sentido alegórico que Waters le ponía a sus personajes en otras obras. Uno podría establecer que los Marble representan la visión malvada y perversa de la sexualidad mientras que Divine es la libertad pura, el disfrute pleno sin cargo de consciencia; pero a mitad de camino Divine mata a un par de policías y se los devora crudos, con lo cual el personaje pierde la pureza de su esencia. A esto se suman escenas de relleno que se hacen eternas, como la obsesión por los huevos que mantiene la obesa y semi desnuda madre de Divine.

Pink Flamingos es muy dispar y carente de objetivo. Ok, es absurda, es naif, es provocadora, pero ¿con qué propósito?. Y si bien es cierto que uno puede hallar atisbos del estilo que Waters terminaría por madurar en los años siguientes, el resultado final es insatisfactorio. Como comedia no divierte y está plagada de momentos interminables.

JOHN WATERS

Algunos de los filmes de John Waters comentados en este portal: Pink Flamingos (1972) – Desperate Living (1977) – Hairspray (1988) – Cecil B. DeMente (2000) – A Dirty Shame (2004). Hairspray Live! es la versión en vivo de la comedia musical basada en el filme de 1988.