Crítica: La Nueva Pesadilla de Freddy (1994)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1994: Heather Lagenkamp (como ella misma), Miko Hughes (Dylan Lagenkamp), Robert Englund (Freddy Krueger / como él mismo), David Newsome (Chase Porter), John Saxon (como él mismo), Wes Craven (como él mismo)

Director: Wes Craven, Guión: Wes Craven, Musica – J. Peter Robinson

Trama: La actriz Heather Lagenkamp – protagonista de la exitosa saga de terror Pesadilla en lo Profundo de la Noche – es asediada por un acosador que se hace pasar por Freddy Krueger, el monstruoso asesino estrella de la serie. La obsesión con Freddy provoca alteraciones en el clima de la familia Lagenkamp, en donde su hijo Dylan comienza a tener manifestaciones esquizofrénicas debido a la falta de sueño, diciéndole a su madre que el asesino lo acosa mientras duerme. Pero cuando el marido de la actriz fallece en un misterioso accidente de auto – y su cuerpo parece haber sido destrozado por una garra -, Heather comienza a sospechar de que Freddy es una presencia real, y tanto ella como Dylan comienzan a temer por sus vidas. La única solución posible parece ser recurrir a Wes Craven – director y autor de la saga -, quien puede tener la respuesta al enigma de cómo derrotar a Freddy Krueger en el mundo real.

Wes Craven´s New Nightmare Si uno considera al grueso del género de terror de los años 80 a esta parte, es inevitable llegar a la conclusión que está dominado por el horror para adolescentes. Mientras que antes el cine de terror se basaba en historias y construcción de personajes – villanos que eran muchas veces memorables -, a partir de Halloween de John Carpenter el género terminaría por volcarse en una especie de relatos de relleno que servían de excusa para una serie de secuencias sangrientas. No importa cuán estúpida sea la trama, ni que tan inverosímil fuera el asesino / monstruo de turno, lo que importaba era que las secuencias de shock fueran de alto impacto y estuvieran bien coreografiadas.

La inmensa mayoría de filmes de terror de los últimos 30 años son prácticamente descartables, y suelen ser clones mutuos de algún éxito taquillero que, a lo sumo, incorporaba alguna variante al género. El problema es que el género terminaría por descender en calidad hasta el peor momento de su historia, y adoptaría una estructura idéntica a la pornografía. Mucha charla idiota, malos actores, historias imbéciles, un momento de acción, otra vez charla idiota, personajes estúpidos, un nuevo hachazo por allá, etc, etc. Nada que los hiciera memorables.

Freddy Krueger es otro de los tantos clones de Michael Myers que terminaría por surcar las pantallas. Asesino inmortal acosador de adolescentes. Pero la gran novedad de la creación de Wes Craven era de que el asesino estaba muerto y acosaba a sus víctimas desde los sueños. Más allá de si esta es o no una premisa estúpida, lo cierto que terminaba por combinar las sangrientas matanzas a lo Halloween con ideas propias de la Dimensión Desconocida – en el mundo de los sueños Freddy era capaz de generar todo tipo de ilusiones y mundos, y aplicar la física como se le diera la gana -. Por todo ello, es que la saga de Freddy entra más bien en el mundo del cine fantástico que en el género del terror. Amén de su delirio creativo en cada secuencia onírica en donde atacaba Freddy, el guión – y Robert Englund – aportaban suficiente carisma al villano como para hacerlo disfrutable. Lo cual no quita que cuando la historia transcurría en el mundo real, el libreto soliera caer en el mismo nivel de idiotez mental que los filmes de terror ya nos tienen acostumbrados.

En La Nueva Pesadilla de Freddy, Wes Craven regresa a retomar su propia creación. Como ya hemos dicho en otra oportunidad, el título de maestro para algunos nombres conocidos del género de horror suele quedar muy grande. A lo sumo es un puñado de gente que ha tenido algunos éxitos en un género signado por la mediocridad – quizás George A. Romero sea el más inteligente de todos ellos -; y la misma sobrevaloración le cabe a Craven. Wes Craven padece de todos los defectos que suele indicar el fastuoso título de maestro del terror – excelente para concebir escenas, mediocre guionista, pésimo director cuando la historia entra en carriles dramáticos -. Aquí Craven se despacha con una premisa fabulosa – un personaje de ficción comienza a acosar a actores, directores, técnicos y productores que han estado involucrados en la producción de sus películas -, pero es puesta en escena de la manera más mediocre posible. Es inimaginable lo que un guionista realmente brillante – léase Kevin Williamson, el mísmo que daría a luz la trilogía de Scream con el mismo Craven – podría haber hecho con la premisa. Lamentablemente Wes Craven en solitario no es Williamson, y se nota.

Los problemas con La Nueva Pesadilla de Freddy son muchos. Comenzando con el nivel actoral que es horrible. Heather Lagenkamp es mediocre incluso para interpretarse a sí misma; y la adición del niño Miko Hughes como el hijo de la actriz es definitivamente abominable – cuando su personaje de Dylan empieza a hacer voces y a poner miradas siniestras es como para prenderle fuego al DVD -. Ni siquiera el resto de los secundarios es creíble – ni John Saxon ni Robert Englund como ellos mismos -, y el único rescatable es el mismo Wes Craven, que al momento de dar una explicación intelectual de lo que sucede – el materializa sus pesadillas en los guiones, y parece haber liberado algo demoníaco con Freddy – le pone una cuota de dignidad a la historia. Pero con malos actores la trama se desvirtúa y las pésimas performances distraen de lo que realmente es su esencia. El otro problema es que la trama en sí no está bien ejecutada. Craven insiste en tirar una situación tras otra, pero todo parece estar filmado a las apuradas, sin posibilidad de generar tensión, con malos personajes y diálogos terribles y, lo que es peor, toda la premisa central termina por desvirtuarse. Pasada la sorpresa inicial, el argumento del filme bien podría haber sido una nueva película de Pesadilla… sin el concepto inicial de los actores reales acosados por el personaje de ficción. Al centrarse exclusivamente en Heather Lagenkamp, el libreto desperdicia otras oportunidades – que acosara a Saxon, a Englund – que podrían haberlo enriquecido. Para colmo, Freddy aparece muy poco y cuando lo hace es muy light. Sólo hay una buena secuencia en todo el film y es el escape de Dylan en medio de la carretera. Pero al retacear la presencia del villano y quitarle frases pintorescas (y desparramo de tripas), toda la historia queda reducida a una especie de obra de terror intelectual, donde el horror ficticio se ha convertido en real y se tejen teorías de cómo ha sucedido.

La Nueva Pesadilla de Freddy es una enorme oportunidad desperdiciada. Mediocre ejecución en todos sus aspectos, actores terribles, poca sangre. Es una verdadera lástima ya que, a pesar de su baja calidad, la saga de Pesadilla… había dado a luz a un personaje realmente carismático del género de terror; e involucrarlo en un proyecto tan ambicioso como éste era más que interesante. Con un guión más pulido y un mejor director, hubiera resultado en una obra maestra.