Crítica: Pandorum (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Alemania, 2009: Ben Foster (Cabo Bower), Dennis Quaid (Teniente Payton), Antje Traue (Nadia), Cam Gigandet (Cabo Gallo), Cung Le (Manh), Eddie Rouse (Leland), Norman Reedus (Shepard)

Director: Christian Alvart, Guión: Travis Malloy

Trama: En el futuro la Tierra estará superpoblada y se lanzarán sondas para descubrir planetas habitables en otros lugares de la galaxia. Una de las misiones logra dar con el lejano planeta Tanis, cuyas condiciones de vida son ideales. Hacia allá parte la gigantesca nave Elysium, cargando 60.000 colonos terrestres. Debido a la inmensidad del trayecto, toda la tripulación ha sido sometida a un estado de sueño criogénico. Ahora el cabo Bower se ha despertado antes de tiempo, y encuentra a la nave hecha pedazos y sin energía. Despertando al teniente Payton, ambos se ponen en campaña para reactivar el reactor. Pero Bower terminará por descubrir que una raza de criaturas mutantes ha infestado la nave, devorando a la mayoría de la tripulación y comprometiendo seriamente la misión del Elysium. Y con el tiempo en su contra, deberá llegar al reactor antes de que éste haga una reacción en cadena.

Pandorum Pandorum es un modesto filme de sci fi que viene de la mano de Christian Alvart, quien había llamado la atención con su thriller Caso 39. Aquí se prende a este proyecto producido por Paul W.S. Anderson, especializado en adaptaciones de comics y video juegos como Mortal Kombat y Alien vs Depredador. Lamentablemente la película se hundió estrepitosamente en la taquilla – escasa publicidad, lapidación masiva por parte de la crítica -, con lo cual terminó sepultada en video al mes de haber pasado por los cines. Aún cuando todos los dedos la apuntan por ser un clon de Alien, Pandorum está mucho mejor hecha de lo que parece. No es el bodrio que todos afirman.

Aquí hay una nave gigantesca enfrascada en una misión muy larga hasta el otro confín del universo. Debido a la duración del viaje, hay un cronograma de oficiales rotando al mando – que cubren sus turnos un par de años y despiertan a la camada siguiente -. Las cosas comienzan mal para el cabo Bower cuando descubre que ha sido despertado fuera de su turno, y que, para colmo, la nave se encuentra seriamente dañada. Por si fuera poco, hay hordas de mutantes reptando por todos los niveles de la Elysium, y encima padece los síntomas de un estado de stress post criogénico al cual el guión le llama Pandorum – caracterizado por la pérdida de la memoria reciente y, en los casos susceptibles, el comienzo de un estado paranoico -.

Ciertamente no hay mucho de original si uno empieza a analizar, e incluso el libreto empieza a tener unos huecos de lógica enormes a medida que se acerca el final. Pero éste resulta ser uno de los tantos casos en que un director diestro hace unos actos de prestidigitación lo suficientemente hábiles como para que la platea se olvide de los baches de coherencia del libreto. Más que Alien, el filme parece una versión 2.0 del no hit de Paul W.S. Anderson Event Horizon, al cual se le han agregado unas gotas de atmósfera propia del videojuego Doom (no de la película basada en él). Tipos locos al mando de la misión, criaturas reptando por toda la nave, el héroe armado con una linternita y corredores eternos sumidos en la oscuridad. De vez en cuando la luz devela algo… que no debería estar allí.

Mientras Ben Foster se mantiene corriendo, la cosa es entretenida. Los bichos están bastante bien hechos, los efectos son buenos y las peleas son movidas. Los problemas pasan cuando los protagonistas paran para avanzar con la exposición de la historia, la que empieza a mostrar la hilacha a medida que avanza. Por ejemplo, no queda para nada claro de dónde salieron las criaturas. El cabo Bower descubre que ha dormido muchísimo más tiempo que lo esperado, pero difícilmente eso baste para que se trate de un salto evolutivo de parte de la tripulación. Y cuando el síndrome de Pandorum del título hace acto de presencia, no termina de tener mucho sentido. Es como si el libreto quisiera despacharse con un giro al estilo de Sexto Sentido, pero cuanto más lo analiza uno, menos lógica tiene.

Eso no quita de que Pandorum sea entretenida. Christian Alvart crea un muy buen clima, y eso compensa los problemas de la historia. Para mí, eso me basta para pasar una hora y media de mi vida sin aburrirme. Pandorum compensa bien el precio de un alquiler sin que uno termine por quejarse demasiado por la irregularidad del material.