Crítica: Outpost: Rise of the Spetsnaz (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 2013: Bryan Larkin (Dolokhov), Iván Kamarás (Fyodor), Michael McKell (Strasser), Velibor Topic (Arkadi)

Director: Kieran Parker, Guión: Rae Brunton

Trama: Segunda Guerra Mundial, el frente oriental. El teniente Dolokhov lidera un grupo comando cuya misión es dar con el paradero de una base secreta nazi cerca de las líneas de batalla. Pero su grupo resulta emboscado y tanto él como sus hombres son apresados. Despertándose en el interior de un gigantesco búnker, Dolokhov descubre que se encuentra a merced del general Strasser, el cual lidera un proyecto secreto destinado a convertir a los soldados nazis en superhombres. El problema es que el proceso tiene el problemático efecto colateral de convertir a los sujetos en zombies casi indestructibles, los cuales son imposibles de dominar. Y ahora Dolokhov debe encontrar la manera de escapar del búnker y llevar dicha información a sus superiores, para que éstos arrasen la zona y eviten el desarrollo de semejante superarma. El problema es que su fuga ha sido detectada y Strasser ha vaciado todas las celdas, liberando a una horda de mutantes que van tras sus pasos y que están dispuestos a destrozarle a cualquier costa.

Outpost III - Rise of the Spetsnaz Yo soy un gran fanático dela saga Outpost. Será porque combina nazis y ciencia ficción, o será porque se tratan de películas independientes de bajo presupuesto hechas con una gran dignidad. Aquí nos toca la oportunidad de comentar el tercer capítulo, el cual funciona como una especie de historia de origen de toda la saga. Y si bien la trama y la puesta en escena son más que pasables, lo que sazona al filme es el tener un formidable héroe y un estupendo villano, los cuales se sacan chispas en cada uno de los encuentros que tienen.

Es un filme realmente económico pero bien hecho. Un par de decorados, un bosque impresionante e inhóspito, algunos uniformes de utilería y algo de maquillaje efectista. Por suerte la puesta en escena es excelente – esta gente se ha tomado la molestia de conseguir vehículos de la época e incluso réplicas de las armas originales de la segunda guerra… un ejemplo que debería imitar la gente que produjo Company of Heroes! – y las performances son muy buenas. Son todos desconocidos, pero hay un par de nombres que merecen tener una oportunidad a partir de esta película: el primero es Bryan Larkin, un secundario que en su momento fue campeón de físicoculturismo, y que demuestra ser un formidable héroe de acción del bajo presupuesto. El tipo sabe actuar, tiene carisma y pelea como los dioses. El otro es Michael McKell, un cantante de cierta popularidad en Inglaterra, el cual se relame en el papel del villano. El tipo se despacha con unas parrafadas grandilocuentes e interesantes, como si fuera un villano de los filmes de James Bond en sus mejores momentos. La intensidad que le ponen estos dos hace que Outpost III: Rise of the Spetsnaz sea eminentemente mirable.

La historia es predecible: al héroe lo secuestran y termina en la base secreta en donde los nazis están conduciendo experimentos secretos para producir soldados indestructibles. Al contrario de las entregas anteriores, no tienen una campana de energía que produce automáticamente zombies, sino que aquí les inyectan un suero y los meten en una máquina que los transforma… o al menos eso intenta, ya que los que no resisten su accionar terminan convertidos en un puré de tripas desparramado por el suelo. Nuestro héroe – un ruso enorme que pelea de manera salvaje – logra escaparse y empieza un largo derrotero hasta la superficie. En sí, no hay mucho contacto entre Outpost III y las entregas anteriores, mas allá de mencionar al doctor Klausener como el responsable de los experimentos en el bunker – ni siquiera se lo ve; sólo se lo llama por teléfono -. No vale la pena racionalizar las cosas, si éste es un búnker paralelo al que encontraba Ray Stevenson en el primer filme, o aquí las cosas estaban en un estadío preliminar y después mudaron el experimento a otro lado. A final de cuentas lo que vale es ver a Bryan Larkin matando con las manos desnudas a toneladas de zombies nazis mientras intenta armarse un camino hacia la libertad.

Outpost III: Rise of the Spetsnaz funciona más como una película de acción con elementos fantásticos, que como filme de terror. Hay algunas muertes brutales, pero no hay tensión ni shock. Igual entretiene en gran forma porque está bien dirigida y el libreto es inteligente; igual me hubiera gustado ver la continuación de la segunda parte (Black Sun), en donde el campo magnético de la máquina que produce zombies se iba agrandando y había una conspiración nazi en las sombras en el mundo actual. Quizás los protagonistas de aquella entrega – empezando por Richard Colla, quien viene filmando seguido – se volvieron caros y por eso decidieron despacharse con este flashback al pasado… el cual es muy bueno en sus propios términos.

Ojalá haya una cuarta parte que retome la historia en el tiempo presente; o si no, que siga el derrotero de Bryan Larkin en los años 40. A esta altura del partido me conformo con cualquiera, simplemente porque la saga mantiene una constante de buena calidad, lo cual me parece formidable para un producto económico e ignoto como éste.

LA SAGA OUTPOST / EL BUNKER

Outpost / El Bunker (2008) – Outpost II: Black Sun (2012) – Outpost III: Rise of the Spetsnaz (2013)