Crítica: Outlander (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Alemania, 2008: James Caviezel (Kainan), Sophia Myles (Freya), Jack Huston (Wulfric), John Hurt (Rothgar), Cliff Saunders (Boromir), Patrick Stevenson (Unferth), Aidan Devine (Einar), Ron Perlman (Gunnar)

Director: Howard McCain, Guión: Howard McCain & Dirk Blackman

Trama: Una nave alienígena se ha estrellado en la Tierra. El único sobreviviente es el humanoide Kainan, que a través de su computadora descubre que ha caído en Noruega en medio de la era de hielo de los vikingos. Programando su cerebro para hablar el lenguaje local, Kainan rastrea los restos de su nave y encuentra que la criatura que llevaban a bordo – y que provocó la caída de la misma – se ha escapado. Pero Kainan es apresado y llevado frente al rey Rothgar. Y aunque su discurso cae en oídos sordos, cuando los vikingos empiezan a hallar los restos de las matanzas que provoca el Morween terminarán por darle vía libre al extranjero para que atrape y cace a la criatura. El problema es que las espadas vikingas son una débil amenaza contra la presencia del poderoso monstruo.

Outlander A esta altura uno ya está convencido de que los estudios de Hollywood están gobernados por idiotas. Gastan fortunas en publicitar porquerías, descartan productos pasables, y son merecedores del destino habitual que padecen – la quiebra, la absorción por estudios más grandes e inteligentes -. Tomemos por ejemplo Taken con Liam Neeson, un producto sin demasiadas expectativas que fuera lanzado en DVD en Europa a principios del 2008; después de las buenas críticas se decidió estrenarla en Norteamérica en el 2009 – donde iba a sufrir el mismo destino de directo a video; y cuando nosotros en Sudamérica hacía más de un año que ya la habíamos visto – y terminaría por recaudar sorpresivamente más de 100 millones de dólares.

Y entre los cientos de ejemplos de la estupidez comercial de los ejecutivos de cine norteamericanos, está Outlander. Este es el primer guión de Howard McCain – quien también participara en el libreto de Underworld 3: La Rebelión de los Lycans, amén de preparar el script para la próxima adaptación de Conan (2010) -, quien lo venía gestando desde 1992. Varios actores y directores subieron y bajaron del proyecto – Karl Urban, Renny Harlin – antes que el mismo McCain se pusiera al mando detrás de cámaras. Al estudio no le gustó demasiado el resultado final, y lo tiró en los cines sin ningún tipo de publicidad, recaudando algo así como 60.000 dólares – contra 47 millones que costó la producción -. Un enorme fracaso, del cual la responsabilidad es pura y exclusiva del estudio. Los críticos, por otro lado, nunca dejan de perder la compostura y se encargan de disparar a mansalva contra los cadáveres comerciales.

En realidad Outlander (Extranjero) es un producto mucho mejor que lo esperado. Ciertamente no es una obra de arte, no siquiera es un filme original pero es competente. Con la publicidad adecuada podría haber salvado los costos. El gran problema que tiene el filme es que McCain no es un director demasiado talentoso (aunque sí correcto), y no puede sortear la convencionalidad del relato con otros recursos – de estilo, giros sorpresivos, etc -. Desde el vamos uno sabe de que va el relato, lo que va a suceder y cómo va a terminar. Y si uno ha visto bastante cine (lo cual a veces es un defecto), puede jugar a adivinar a qué película anterior pertenece determinada escena de Outlander: ¿James Caviezel atado y castigado?. La Pasión de Cristo. ¿Alienígena suelto en la Tierra?. Depredador. ¿Vikingos que salen a cazar criaturas mutantes?. 13 Guerreros. ¿Gente medieval hablando del honor de la guerra y la muerte?. El Señor de los Anillos… y la lista sigue, mezclando temas de Conan, el Bárbaro e incluso secuencias de La Guerra de los Mundos (como el sacerdote decidido a exorcisar al Morween).

Pero si uno se quita todo el bagage cinéfilo que tiene en sus espaldas, Outlander es un entretenimiento ok. No hay nada que esté mal hecho en el filme. Las escenas de los ataques de la criatura no son muy claras, pero al final de la película los combates se pueden ver y seguir. Las actuaciones son buenas, el cast está muy bien elegido, la película no aburre. El único tema es que es pura rutina sin ninguna vuelta de tuerca nueva. También el mérito corresponde a los actores, que son convincentes con sus papeles: Jim Caviezel es el torturado cazador alienígena, Sophia Myles es una heroína convincente (mucho más que Rhona Mitra o Kate Beckinsale), y John Hurt aporta su dignidad. Lástima que Ron Perlman está criminalmente desperdiciado en el filme. Y la dirección de McCain está bien, aunque debería haber hundido mucho más el cuchillo en algunos aspectos, como la misión de revancha de Kainan al momento que éste relata cómo ha perdido su familia a manos de los Morween. Necesitaba más clima de tragedia, algo que movilice al espectador para ver a Kainan como una fuerza vengadora que ahora tiene su oportunidad. Con McCain, simplemente es ok.

Outlander es un buen filme para el fin de semana. Correcto y llevadero. Pero con otro director, podría haber resultado en un producto notablemente superior; especialmente si fuera un cineasta que tuviera el talento suficiente para hacernos olvidar las influencias de la historia.