Crítica: Almuerzo Desnudo (1991)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorCanadá / GB / Japón, 1991: Peter Weller (William Lee), Judy Davis (Joan Lee / Joan Frost), Ian Holm (Tom Frost), Roy Scheider (Dr. Benway), Joseph Scoren (Kiki), Julian Sands (Yves Cloquet)

Director: David Cronenberg, Guión: David Cronenberg, basado en el libro de William S. Burroughs

Trama: Corre la década de los 50. William Lee trabaja como exterminador de plagas en Nueva York. Al llegar a su casa luego de un largo día de trabajo, descubre que su esposa Joan ha estado robándole el polvo insecticida, preparándolo y utilizándolo como droga alucinógena. Convencido por su mujer, Lee termina por sumarse al vicio, lo cual le lleva a consumir enormes cantidades de polvo en desmedro de la efectividad de su trabajo como exterminador; pero ello no ha pasado desapercibido a sus empleadores, quienes deciden despedirlo y denunciarlo a la policía por robo y abuso de substancias peligrosas. Una vez capturado e interrogado por las autoridades, Lee es dejado a solas con una máquina de escribir, la cual se transforma en un gigantesco escarabajo parlante. Mientras Lee cree que aún está bajo los efectos de la droga, el escarabajo comienza a explicarle que ha sido enrolado como agente secreto, siendo su misión viajar a la Interzonaun lugar fantástico, ubicado en el desierto africano -, en donde debe desbaratar una conspiración montada por los enemigos: los simpatizantes de los ciempiés, los cuales utilizan la carne negra del animal para fabricar un alucinógeno tan potente como letal. Desvariando, Lee regresa a su casa y comienza una maratónica sesión de droga, sólo que en esta ocasión las cosas se salen de control y termina asesinando accidentalmente a Joan. Convencido de que las autoridades están tras sus pasos, Lee acepta la propuesta del escarabajo y decide escaparse hacia la Interzona… en donde terminará por descubrir una mujer idéntica a Joan, la cual parece conocerlo y quien se encuentra enrolada en las filas de la oposición. ¿Es la Interzona un lugar real en donde el destino le ha deparado una segunda oportunidad a William Lee, y le permitirá redimirse de lo ocurrido con su mujer?; ¿o será que el escritor ha llegado al límite de su cordura y se encuentra encerrado en un estado mental, del cual sólo él sabe cómo salir?.

Arlequín: Crítica: Almuerzo Desnudo (1991)

A esta altura estoy convencido que los grandes artistas no son mas que dementes que han sabido exteriorizar su locura y nos permiten adentrarnos en lo tortuoso de sus estados mentales. Gente profundamente enferma, creadora de mundos y personajes inolvidables, individuos tremendamente dañados que han hecho terriblemente infelices a las personas que los rodean, pero que han plasmado obras tan inusuales e influenciales por las cuales han pasado a la posteridad. No estoy seguro de que la amoralidad, el vicio o la insanía sean precios intrínsecamente necesarios que un artista deba pagar a cambio de un poco de inspiración divina; en todo caso su producción artistica termina siendo una faceta más de su problemática personalidad, la cual termina siendo apreciada en círculos intelectuales (y snobs, por qué no decirlo) como genialidades cuyo costo personal terminan por desconocer.

El caso de William S. Burroughs es particularmente ejemplificante. El tipo era nieto de William Seward Burroughs I – fundador de la corporación internacional que lleva su nombre, especializada en equipos de oficina -, así que nació en una cuna de oro y estuvo saturado de todo tipo de comodidades durante los primeros años de su vida. Al llegar la Segunda Guerra Mundial, Burroughs quiso enrolarse en la Armada pero, debido a ser un maníaco depresivo, su expediente – originalmente aprobado – terminó por ser dado de baja, regresando a la vida civil en cuestión de escasos meses. Este acontecimiento – sumado al profundo descontento de vivir en una familia rica desprovista de amor – terminaría por sumirlo en la droga, adicción de la cual saldría y regresaría una y otra vez hasta su muerte en 1997.

Odiando el entorno familiar y sus raíces, Burroughs decidió cortarse solo y comenzó a trabajar en diversos empleos mal pagados en Chicago y Nueva York, tareas entre las cuales terminaría conociendo a Joan Vollmer en 1946. El problema era que Vollmer tenía una personalidad tan autodestructiva como la suya, lo cual terminó potenciando sus mutuas adicciones. Precisamente en una sesión de drogas y alcohol es que Burroughs terminaría asesinando accidentalmente a Vollmer – intentando hacer un numerito a lo Guillermo Tell, con un vaso sobre la cabeza y una pistola rusa -, hecho que ocurrió en México y tras lo cual Burroughs debió salir pitando hacia los Estados Unidos. Entre una tonelada de dinero dada a las autoridades y las flojas leyes mexicanas del momento, lo cierto es que Burroughs terminaría siendo juzgado in absentia, recibiendo una sentencia de dos años de prisión en suspenso. El suceso tendría un enorme impacto emocional en Burroughs, lo cual lo impulsaría a la escritura como manera de enfrentar sus propios demonios. El grueso de las obras de Burroughs no serían mas que recuentos ficticios de hechos reales ocurridos a lo largo de toda su tortuosa vida; y, entre las retorcidas imágenes narrativas y el culto desmedido por la droga (como medio de apertura de los sentidos, amén de ser una vía de escape de su amarga realidad), Burroughs terminaría resultando el involuntario padre de la contracultura norteamericana, ésa que terminaría por eclosionar en los años 60 y daría a luz cosas tan disímiles como los hippies, el movimiento beatnik, Andy Warhol, The Doors y Easy Rider.

Entre toda la obra de Burroughs, Almuerzo Desnudo es considerada su obra seminal. Es una sucesión de relatos autobiográficos basados en la naturaleza de trotamundos del autor – habiendo liquidado sus acciones en la Burroughs, el escritor se hizo con una interesante fortuna, la cual le permitió viajar a lo largo de todo el mundo en busca de todo tipo de experiencias alucinógenas, con lo cual estuvo en México, Marruecos y el Amazonas, entre tantos lugares -, capítulos que pueden leerse en cualquier orden sin perder el sentido de la narración. En Almuerzo Desnudo Burroughs se dedica a satirizar las tendencias de los distintos grupos intelectuales y políticos – nombrándolos como licuadores, divisionistas, factualistas, etc; manipuladores de la realidad según sus propios intereses y apodados según la tendencia característica del grupo -, a la vez que exploraba las contradicciones de su propia sexualidad. Debido a lo explícito de su narración – abundante en violencia e imágenes sexuales -, el libro pronto se vió sumido en la polémica, siendo censurado por las editoriales – quienes publicaban versiones sanitizadas del relato de Burroughs – o resultando directamente prohibido en diversos países de Europa y algunas localidades de la propia Norteamérica (como Boston y Los Angeles). Curiosamente los retorcidos textos de Burroughs – al ser tomados como ejemplos en diversas causas judiciales – terminarían dando el puntapié inicial de la larga batalla legal contra la censura y a favor de la libertad de expresión que emprendería la sociedad norteamericana, juicios que se darían a lo largo de toda la década del 60 y que culminarían con la abolición de los códigos de moralidad (y la legalización del cine adulto, entre tantos otros logros) a principios de la década del 70.

Mientras que Almuerzo Desnudo, como libro, es un compilado de historias disímiles y crípticas, la versión filmica de David Cronenberg termina siendo una reinterpretación del libro en su sentido estrictamente biográfico. Cronenberg relee la novela como una alegoría fantástica de la vida del autor, y la matiza con datos personales, haciéndola mucho mas lineal y fácil de seguir – aunque ello no la exime de abundar en imágenes chocantes y peleadas con el buen gusto -. El resultado final es tan inteligente como aberrante, convirtiéndola en una obra no apta para todos los gustos.

Cronenberg parte de la vida de Burroughs como exterminador, y da a entender de que el protagonista – William Lee, alter ego del autor – termina siendo inducido a la droga por parte de su pareja, Joan – una representación ficticia de la real Joan Vollmer -. En su afán de intoxicarse con cualquier cosa química, Joan comienza a experimentar con polvo insecticida, lo cual lleva a William Lee a ver alucinaciones kafkianas protagonizadas por cucarachas parlantes, las cuales le hablan de una conspiración global conformada por guerras secretas entre traficantes de drogas. Los enemigos son los fabricantes de polvo de ciempiés, un alucinógeno mucho mas fuerte y letal que el polvo insecticida, los cuales poseen espias en todos lados e intentan contrarrestar a la oposición. Curiosamente el protagonista identifica estos episodios como creaciones de su mente, y se pasea con una mirada escéptica ante dichas apariciones; pero aún cuando no compra sus postulados, terminará por aceptarlos (y seguir su juego) al ver que su vida, sin drogas, es una espiral de salida imposible. Quizás si resuelve las cosas en el mundo imaginario, se puedan solucionar las cosas en el mundo real.

Siguiendo con la mirada biográfica, Cronenberg reconstruye la muerte de Joan Vollmer y la fuga de Burroughs / William Lee, sólo que esta vez va a parar a una versión ficticia de Marruecos (a la que nombra como Interzona), en donde el protagonista debe correr una serie de aventuras.

No es difícil ver el subtexto alegórico escrito por Cronenberg. Una vez muerta su mujer – por su propia mano -, el autor decide esconderse en un estado mental que él mismo ha creado y ha llamado la Interzona. Uno puede interpretar al doctor Benway como el terapeuta que trata a Burroughs por la depresión sufrida tras el asesinato de Vollmer, dándole otro tipo de drogas que Burroughs mismo ve “como la oposición”, y con la cual lidia hasta vencer al final del relato. En ese proceso de depresión, alucinación y drogas combinadas es que Burroughs se ve obligado a enfrentar su propia sexualidad – ¿el asesinato de Joan fué involuntario? ¿o ella era un obstáculo que le impedía ver su propia homosexualidad, y que inconscientemente terminó por eliminar? -, lo cual es una representación mucho mas pristina y lineal que la vida real del autor. Mientras que Cronenberg lo plantea como un heterosexual cuya orientación ha sido puesta a prueba tras la pérdida de su mujer, lo cierto es que Burroughs era un homosexual rampante que gustaba tener aventuras heterosexuales de vez en cuando (y tras las cuales tuvo un hijo, al cual hizo tan infeliz y atormentado como él mismo). Aquí la Interzona está plagada de referencias sexuales, sean los fálicos ciempies – de cuya carne generan una droga extremadamente poderosa, la cual es comercializada por una mafia comandada por gays y lesbianas -, los sensibles prostitutos que intentan inducir al pecado al autor una y otra vez, o las máquinas de escribir devenidas en escarabajos parlantes de boca obscena, los cuales se relamen al participar en aberrantes e inusuales orgías. (alerta spoilers) En todo caso la Interzona es, para Cronenberg, la versión fantástica del duelo de Burroughs después de asesinar a su mujer; una especie de purgatorio en donde el autor tiene una segunda oportunidad para corregir las cosas… hasta que termina por darse cuenta que debe seguir con su vida, y para ello debe dejar a su amante en el pasado. Es por ello que el filme culmina con un nuevo asesinato y el ingreso en el estado imaginario de Annexia (amnesia), dándole el olvido y la paz que venía clamando el protagonista (fin spoilers).

Ciertamente Almuerzo Desnudo es una reinterpretación mas accesible de la obra de Burroughs, dándonos un vistazo al interior de su retorcido imaginario. Mientras Cronenberg relee a Burroughs, el filme es entendible y sus subtextos son fáciles de interpretar; pero cuando decide adentrarse en Burroughs puro – en especial en el último tramo del filme, cuando decide expandir la subtrama de la guerra por la droga, introduciendo los Mugwumps (bizarras criaturas cuyo semen también es alucinógeno, y una nueva imagen gay que se suma a la narración), y el enfrentamiento con el doctor Benway -, el contenido es tan criptico que sólo merece ser apreciado sin posibilidad de análisis. En todo caso Almuerzo Desnudo termina siendo una magnífica obra bizarra, plaga de detalles tan fascinantes como revulsivos, lo cuales terminan creando un relato inteligente aunque incompleto, ya que se engolosina con su propia perversión y omite la sátira intelectual de Burroughs, la cual era una parte fundamental de la obra.

DAVID CRONENBERG

En este portal hemos comentado algunos filmes de la obra de Cronenberg: Rabia (1976), The Brood (1979), Scanners, Amos de la Muerte (1981), La Zona Muerta (1983), Videodrome, Cuerpos Invadidos (1983), La Mosca (1986), Almuerzo Desnudo (1991), eXistenZ (1999)