Crítica: El Monstruo que Desafió al Mundo (The Monster That Challenged the World) (1957)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1957: Tim Holt (Comandante Twillinger), Hans Conreid (Dr Rogers), Audrey Dalton (Gail McKenzie), Gordon Jones (Sheriff Josh Peters), Mimi Gibson (Sandy McKenzie)

Director: Arnold Laven, Guión: Pat Fielder

Trama: En la base ubicada en el desierto norteamericano cerca de Salton Sea se produce un terremoto. Sin mayores incidentes se regresa a la rutina diaria – la prueba de prototipos de paracaídas sobre el mar intraterreno contiguo a la base -. Pero tanto el sujeto de pruebas como los rescatistas desaparecen sin rastro, y el comandante Twillinger de la inteligencia naval es asignado a la investigación. Twillinger pronto descubre que el sismo ha provocado una grieta en el fondo del mar, y el agua ligeramente radiactiva ha inducido un crecimiento desmesurado de un grupo de moluscos prehistóricos, los cuales han comenzado a atacar a la gente. Y ahora Twillinger debe destruir a las criaturas, antes que lleguen al océano a través de la red de canales subterráneos de la zona, y empiecen a propagar su especie.

El Monstruo que Desafio al Mundo Habitualmente no se le da mucha importancia a El Monstruo que Desafió el Mundo, poniéndola en la misma categoría que la troupe de clones de monstruos atómicos que pulularían las pantallas de los años cincuenta. El género había nacido con El Monstruo de los Tiempos Remotos en 1953, pero antes del final de la década ya habría perecido como producto de la saturación de filmes similares. Y mientras que el grueso de esas películas van de lo ok a lo terrible, al menos El Monstruo que Desafió el Mundo es rutina hecha con cierta calidad, aunque le falta algo de vuelo. Los personajes están ok, la premisa es creíble y el monstruo se ve bárbaro. ¿Qué más se le puede pedir a una película barata de serie B?.

The Monster That Challenged the World se esfuerza en seguir los mismos pasos que Them! La Humanidad en Peligro. Hay otro animal que ha mutado, y que deben utilizar los conocimientos científicos que la biología les brinda para poder exterminarlo. En este caso es un grupo de moluscos prehistóricos que se han vuelto gigantes – bah, por lo menos miden 3 metros -, y los hombres de ciencia dan una larga y creíble charla de cómo viven, se reproducen y atacan semejantes criaturas. Como quien dice, es el ataque de los Sea Monkeys mutantes.

El tema es que las criaturas se ven más que dignas aún hoy en día. Es un caracol carnívoro muy bien hecho, y como no es descomunal, los títeres a escala real se ven y se mueven de manera decente. Incluso en algunos ataques – al cuidador de la presa o la pelea final en el laboratorio – resultan impresionantes. Que los FX sean decentes no significaría nada si la historia no fuera potable, cosa que lo es afortunadamente. Quizás el detalle de calidad del guión sea de que todos los personajes tienen un toque excéntrico, lo cual sirve para darles cierta personalidad y naturalidad. El comandante Twillinger es un amargo de aquellos, pero enseguida empieza a tirarle los galgos a la secretaria del científico de la base y termina siendo un tipo realmente tierno; el científico, a su vez, es un renegado de las presiones de los militares para obtener pistas sobre las desapariciones que ocurren; la telefonista vive enganchada hablando con su madre; e incluso hay un bibliotecario medio palurdo – al cual le piden los antiguos mapas de canales subterráneos de la zona – que no deja de pasar su propaganda sobre el pedido a las autoridades locales para que le den más presupuesto y pueda ampliar las instalaciones de los archivos. Y como ésos, hay varios personajes cortados con la misma tijera. Cada uno de ellos podría haber caído en el rol del bizarro comic relief de turno, pero terminan siendo disfrutables sin caer en la caricatura.

Las performances están ok. Al frente del elenco está Tim Holt, quien fuera en su momento estrella del género western para la RKO en los años cuarenta, y que se encontraba en el retiro al momento que aceptó trabajar en El Monstruo que Desafió el Mundo. El desempeño de Holt le da un toque de energía y pedantería al comandante Twillinger que no resulta nada mal y es acorde con el personaje.

Lo único que podría achacarse a El Monstruo que Desafió el Mundo, es que el director Arnold Laven no es muy diestro – o no le interesa – al momento de crear algo de suspenso. Hay un par de expediciones submarinas con los bichos durmiendo en el fondo de un estanque que podrían haber dado para más. El otro detalle es que en sí la historia no aporta nada de original al género; sustituye a hormigas con caracoles prehistóricos, y sigue al pie de la letra la rutina de Them!. Pero por el resto, es de lo mejorcito del rubro de monstruos gigantes de los cincuenta; y se deja ver con total satisfacción.