Crítica: Mad Max 3: Mas Allá de la Cúpula del Trueno (1985)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Australia, 1985: Mel Gibson (Max), Tina Turner (Tía), Helen Buday (Savannah Nix), Angelo Rossitto (Maestro), Robert Grubb (Pigkiller), Frank Thring (Recaudador), Paul Carsson (Destructor), Bruce Spence (Jedidiah)

Director: George Miller & George Ogilvie, Guión: George Miller & Terry Hayes

Trama: Australia, en un futuro post apocaliptico. Max es asaltado en el desierto y los ladrones se llevan sus pertenencias, las que van a parar a la Ciudad del Trueque – una extraña metrópolis regida con mano de hierro por una sacerdotisa conocida con el nombre de Tia -. Para recuperar sus cosas Max debe hacerle un favor a Tia y debe liquidar al regente del reino subterráneo – una dupla conocida como Maestro y Destructor, y quienes se encargan de proveer electricidad a la Ciudad del Trueque -. Pero las cosas no salen como lo previsto y Max termina siendo desterrado al desierto, en donde es rescatado por una tribu de niños justo cuando se encuentra a punto de morir deshidratado. Los chicos creen que es un mesías y que los llevará de regreso a la civilización – o lo que queda de ella, luego del apocalipsis nuclear -. Debido al entusiasmo, un puñado de los niños decide adelantarse y se interna en el desierto, y Max se ve obligado a salir en su búsqueda. Pero las cosas se saldrán de madre cuando descubra que los chicos han llegado hasta la Ciudad del Trueque y han sido apresados por Tia, poniendo a Max en el dilema de abandonarlos o emprender una misión suicida de rescate.

Mad Max 3: Mas Alla de la Cupula del Trueno Mad Max fue un modesto hit en 1979, y llamó la atención sobre la dupla de George Miller y Mel Gibson. Sin embargo el gran batacazo lo darían con Mad Max 2: Guerrero de la Carretera, que fundaría el género post apocaliptico trash que tomaría por asalto al mundo en 1981, y sería imitado hasta la saciedad. Era inevitable que Hollywood quisiera importarlos, y cuatro años más tarde lo lograron, dando por resultado Mad Max 3: Mas Allá de la Cúpula del Trueno. Lamentablemente el producto final termina siendo decepcionante en más de un sentido, aunque tiene su pequeña cuota de aciertos.

Con la producción hollywoodense se perdieron unas cuantas cosas que le daban identidad a la saga. La más importante era el sentido de road movie. En Mad Max 1 y 2 se corría en la ruta todo el tiempo; primero en patrulleros, luego en autos hechos pedazos. George Miller le inyectaba adrenalina al relato con estupendas e inacabables persecuciones y, lo mejor de todo, había un sentido estético de la ultraviolencia. Sim embargo la tercera parte es una aventura futurista sanitizada en donde todo el mundo anda a pie; acá no destrozan a nadie, ni los villanos son siquiera sádicos. Por el contrario, figura Tina Turner en una elección completamente desacertada de casting. La Tina no es una actriz particularmente horrible, pero no es la mejor intérprete para destilar misterio y maldad; es simplemente un maniquí diciendo como un robot sus líneas y haciendo miradas (supuestamente) intrigantes. Hasta por su status de estrella el final se ve forzado a ser políticamente correcto. ¿Quién va a asesinar a la que canta el hit de la banda sonora de la película?.

Pero el gran problema de Mad Max 3: Mas Allá de la Cúpula del Trueno es que es la historia es un rejunte. Se siente como si fueran dos películas distintas, pegadas con saliva. En una (Acto I) tenemos una estúpida trama de ciudades llenas de punks ridículamente maquillados y que viven dedicados al trueque. Que sea post apocaliptico no significa que tenga que ser un futuro idiota. Acá hay una acumulación de excentricidades sin sentido, que van desde combates bobos y ruletas estúpidas hasta gente disfrazada y leyes absurdas. Digo: según la historia el apocalipsis ocurrió hace unos pocos años, no hace 200 como para que la gente se dedique a inventar tantas pavadas juntas y se olviden de todas las reglas de la civilización, incluso de las más lógicas. En el Acto II las cosas mejoran notablemente, y es donde el filme se dedica a hacer una adaptación no oficial de El Señor de las Moscas. Aparece una tribu de niños perdidos que han inventado sus propias leyendas y han perdido el lenguaje. Si Mad Max 3: Mas Allá de la Cúpula del Trueno hubiera arrancado por allí y se hubiera dedicado a enriquecer semejante premisa, el resultado final hubiera sido mucho más satisfactorio. Como los libretistas tampoco sabían qué hacer con esa historia, deciden entrecruzarla (de la manera más forzada posible) con la del Acto I. Miren que el desierto es enorme para perderse y los chicos justo van a parar a la única ciudad en donde odian a Max…

Mad Max 3: Mas Allá de la Cúpula del Trueno no es un completo bodrio ya que la dirección es bastante buena. Lo que apesta es el relato, que es dispar y es un collage de cosas que no son muy compatibles entre sí. Al menos George Miller se da el gusto de despacharse con una persecución en el Acto III como para que no nos olvidemos que se trata de un filme de la saga Mad Max; pero da la sensación de que se trata de un salvavidas que llega demasiado tarde, luego que la audiencia ha comprobado fehacientemente que el relato hacía agua por los cuatro costados. Definitivamente es una entrada floja en la franquicia, la que quedaría stand by hasta el reboot anunciado para el próximo año con Tom Hardy en el papel del título.

MAD MAX

Mad Max (1979) – Mad Max 2: Guerrero de la Carretera (1981) – Mad Max 3: Mas Allá de la Cúpula del Trueno (1985) – Mad Max: Furia en el Camino (2015)