Crítica: Llámame Peter: La Vida y Muerte de Peter Sellers (2004)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA / GB, 2004: Geoffrey Rush (Peter Sellers), Charlize Theron (Britt Ekland), Emily Watson (Anne Sellers), John Lithgow (Blake Edwards), Miriam Margolyes (Peg Sellers), Peter Vaughan (Bill Sellers)

Director: Stephen Hopkins, Guión: Christopher Markus & Stephen McFeely, sobre el libro de Roger Lewis

Trama: La biografía de Peter Sellers, el brillante pero conflictuado intérprete recordado por su personaje del inspector Closeau en la saga de La Pantera Rosa y sus performances en títulos de culto como Lolita, Dr. Strangelove o Desde el Jardín.

Crítica: Llámame Peter: La Vida y Muerte de Peter Sellers (2004)

A esta altura del partido estoy convencido de que los más dementes, ególatras y delirantes son los que más triunfan. Tipos sin prejuicios ni límites de ninguna clase, y personas que viven exclusivamente para su propio reflejo en el espejo. Es por eso que, si uno lee biografías de artistas y personalidades destacadas, verá que el 99% de ellos son unos reverendos malnacidos capaces de cometer atrocidades de todo tipo sin que se les mueva un pelo. También creo que se tratan de personas disfuncionales cuya anormalidad le da talento y desinhibición y que, cuando consiguen fama y fortuna, el dinero termina por potenciar sus patologias. Un puñado se mantiene en la cresta de la ola debido a que aprendieron cómo pilotear su propia locura, mientras que la mayoría se desbarranca y terminan en el olvido o en alguna clínica de rehabilitación, desintoxicándose de sus propios vicios.

Aunque a primera vista lo parezca, no soy un sellerófilo. Me gustan algunos filmes de Peter Sellers, aunque sería incapaz de soportar una maratón de La Pantera Rosa (en especial, sus últimas entregas). Sin embargo siempre me pareció una personalidad intrigante y, de vez en cuando, me asomo a sondear alguna rareza de su filmografía. En el caso que nos ocupa, se trata de una biopic producida por la HBO y en donde Geoffrey Rush se calza la piel de Sellers con una facilidad pasmosa. Es tan brillante su interpretación – así como la cuidada puesta en escena -, que uno termina por perdonarle al filme cierta falta de profundidad y de filo con el personaje que debe analizar.

Es probable que Peter Sellers haya sido más un caso de siquiátrico sin tratar que un individuo excéntrico y talentoso. Aquí se relatan sus comienzos en The Goon Showel programa radial que lo hizo famoso – y sus primeros escarceos en el cine. Sellers es un individuo carismático pero egocéntrico y, sobre todo, absorbente. La responsable de su personalidad es su sobreprotectora madre, quien le adoctrinó unos valores tan superficiales como amorales – que todos deben vivir para él, y que la fama debe obtenerse a cualquier precio -. Cuando a Sellers le comienzan a ir las cosas bien, empieza a flirtear con su suerte y su carrera, y allí es cuando entra en una espiral de descontrol. Cree, por ejemplo, que su co protagonista Sofía Loren (durante el rodaje de The Millionairess) está interesada en él y decide divorciarse para llegar sin ataduras a la primera cita con la diva italiana (!). Y a partir de allí se sucederán otras necedades y divismos, desde destrozar el cuarto de su hijo al descubrir que éste le hizo un rayón a su amado Bentley, hasta acercarle un apuesto decorador de interiores a su mujer, pretendiendo que el hombre la seduzca y eso le deje el camino libre para hacer sus propias conquistas.

La conclusión que uno saca luego de ver Llámame Peter: La Vida y Muerte de Peter Sellers es que un enorme talento no sirve para redimir a un individuo despreciable. Es una máxima que uno podría aplicar a una enorme cantidad de personalidades vigentes hoy en día (¿alguien dijo Dieg…?). Toda esa gente pudo haber utilizado su fortuna y poder para pulirse, rehabilitarse y convertirse en mejor persona, pero sólo la han usado para desmerecer y explotar a otros. Parte del problema pasa también por el tedio, que es un concepto mucho más importante de lo que aparenta en un principio. Cuando la gente se aburre de todo, empieza a hacer cualquier cosa para entretenerse. Uno no puede disfrutar una vida de placeres de por sí; primero hay que trabajar y luego disfrutar en proporción a lo trabajado. Cuando uno posee de todo – y en cantidades obscenas -, el ocio se convierte en un imán de la locura y el vicio (ups!; me salió el pastor evangélico que llevo dentro). ¿Qué limite existe cuando uno tiene de todo y no posee ningún tabú?.

Quizás el problema del filme pase por la falta de una visión crítica o reflexiva sobre Sellers. Hay desmanes, hay escenas muy elaboradas en lo creativo (como cuando entra en coma y sueña que flota en el universo, rodeado por sus personajes más famosos), y hay muchos pasos de comedia. El filme intenta denodadamente lanzar un manto de simpatía (y hasta de piedad) sobre un individuo que es un ególatra desquiciado y que carece de límites. Por cada locura de Sellers hay un momento fascinante – cómo elaboraba determinados personajes, o la recreación de algunas de sus escenas más famosas – que intenta compensarlo; pero en todo ello no hay una mirada interna. Es cierto que Peter Sellers siempre se autodefinió como un recipiente vacío que sólo se llenaba cuando interpretaba a algún carácter – un individuo carente de personalidad -; pero eso no es cierto. Un individuo despótico, indiferente a sus hijos (dejándole a su muerte una pensión de 2.000 dolares mensuales) y obsesionado con sí mismo no es la masa inerte que pretende vender. En todo caso, lo que uno debe preguntarse es por qué este individuo no contrató a los mejores siquiatras del mundo para ayudarse a sí mismo. Y la única respuesta que se me ocurre es que debía estar conforme consigo mismo.

Llámame Peter: La Vida y Muerte de Peter Sellers es un gran filme en lo formal. La performance de Geoffrey Rush es de lo mejor que he visto en mi vida – es sencillamente camaleónica – y hay una producción cuidada. Pero también hay cierto tufillo a que todo ha sido trivializado con tal de no lastimar a los fans de Sellers, que seguramente serán seguidores de su trabajo pero no de él como persona.

LA SAGA DE LA PANTERA ROSA

La Pantera Rosa (1963) – Un Disparo en la Oscuridad (1964) – Inspector Clouseau (1968) – El Regreso de la Pantera Rosa (1975) – La Pantera Rosa Ataca de Nuevo (1976) – La Venganza de la Pantera Rosa (1978) – El Rastro de la Pantera Rosa (1980) – La Maldición de la Pantera Rosa (1983) – El Hijo de la Pantera Rosa (1993). El proceso de rodaje de los filmes (y de la creación del personaje del inspector Clouseau) figuran en el filme biográfico Llámame Peter: la Vida y Muerte de Peter Sellers (2004) con Geoffrey Rush en la piel del memorable bufo. La Pantera Rosa (2006) es un fallido reboot de la serie con Steve Martin.