Crítica: El Ultimo Hombre Sobre la Tierra (The Last Man On Earth) (1964)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Italia, 1964: Vincent Price (Robert Morgan), Franca Bettoia (Ruth), Emma Danieli (Virge Morgan), Giacomo Rossi-Stuart (Ben Cortman), Christi Courtland (Kathy Morgan)

Director: Sidney Salkow, Guión: William F. Leicester & Logan Swanson (Richard Matheson), sobre la novela Soy Leyenda de Richard Matheson

Trama: Una plaga ha asolado la Tierra y ha liquidado a casi toda la población. Los muertos por la enfermedad regresan, tiempo después, revividos como vampiros. El último hombre vivo es Robert Morgan, un científico que vive aislado en su casa fuertemente fortificada, y que sale de día a cazarlos en sus madrigueras. Pero Morgan se ha topado con una chica a pleno mediodía y decide llevarla a su casa para investigar por qué no está infectada. Lo que desconoce Morgan es que la chica posee un oscuro secreto que puede acabar con su vida.

The Last Man On Earth Esta coproducción entre Italia y Norteamérica es el fruto del largo periplo que sufrió la abortada versión de la Hammer sobre la novela clásica Soy Leyenda de 1954. El conocido estudio británico estuvo a punto de llevarla a la pantalla en 1957, pero problemas con la censura dejaron al guión – escrito por el mismo Richard Matheson – en el limbo hasta que la AIP adquiriera los derechos y se despachara con el filme que ahora reseñamos. Matheson – desconforme con el film – decidió ocultarse bajo un seudónimo al poner su firma al nuevo libreto. Y hubiera sido una película que pasaría sin pena ni gloria hasta que las versiones recientes del libro de Matheson – The Omega Man (1971) y Soy Leyenda (2007) – resucitaran el interés sobre ella.

Honestamente es una versión fiel al libro. Está la población del mundo devastada por la plaga – ese virus inexplicable que revive a los muertos como vampiros -, está el protagonista que vive noches de pesadilla aislado en su casa, y están las cacerias diurnas de los revividos en sus madrigueras. Donde empieza a diferenciarse esta versión de las otras está en algunas explicaciones del libro que han sido omitidas en los filmes de 1971 y del 2007. (alerta: spoilers) La enfermedad les provoca una alergia al ajo, así como poseen un trauma respecto de verse en el estado actual en los espejos – detalles que ponen en caja la historia con las leyendas tradicionales acerca de los vampiros -; por el virus el Sol los lastima; el protagonista sale a cazarlos con estacas y encuentra a una chica a plena luz del día, la que resulta ser una infectada que mantiene su condición estable gracias a una vacuna. Y tal como en el libro, estos portadores controlados salen a cazar a Morgan por el hecho de que, en sus matanzas, no ha distinguido a infectados de los mismos vampiros (se ha convertido en un asesino legendario, de allí el nombre de la obra de Matheson). El final se encuentra en la misma onda que la novela: Morgan es rodeado por los portadores y les increpa que no son humanos; los infectados están organizando una nueva sociedad y deben asesinar al verdadero monstruo que los asedia, que es el personaje de Vincent Price. Lástima que la sangre de Morgan es la única con anticuerpos que pueden poner fin a la enfermedad. (fin de spoilers).

Los problemas con El Ultimo Hombre Sobre la Tierra pasa por tres puntos. El libreto tiene algunas escenas que bordean lo ridículo, como el test con ajos que Vincent Price le hace a la chica que ha encontrado, o la explicación de Morgan que debe ser inmune gracias a que un murciélago posiblemente infectado lo mordió hace ya algunos años.

Pero los defectos más graves pasan por la dirección de Sydney Salkow (Ubaldo Ragona, que sólo dirigiera cuatro películas en toda su vida) y la elección de Vincent Price como protagonista. Price será muy bueno como vlllano o héroe cínico, pero aquí su tono burlón y su lenguaje corporal no se prestan a la idea de un hombre común y torturado, al borde de la locura. La performance del actor es totalmente inadecuada – no parece asustado o desesperado, es tosco al momento de expresar emociones, y las escenas de los flashbacks en el mundo antes de la hecatombe tampoco son buenas… aunque el elenco es mucho más burdo que Price a la hora de mover un músculo facial -, y definitivamente no es el intérprete que el papel precisa. Por otro lado Salkow / Ragona es completamente incompetente a la hora de crear un clima de horror. Los vampiros no asustan sino que son una masa de diez tipos que se comportan como zombies, y que Price no los mata porque no tiene ganas – de hecho hay una secuencia en la que Price se deshace de una horda de ellos sin más armas que sus manos -; los exteriores desolados se ven chatos (incluso cuando el film intenta ambientar la historia en Norteamérica, las escenas muestran a varios Fiat 600 y 1500 al lado de enormes coches yanquis), las actuaciones son chatas, y el manejo de la cámara es muy estático. Salkow sólo consigue una escena de tensión en toda la película, que es cuando la mujer de Morgan queda infectada y regresa a la casa después de haber sido enterrada. Pero durante el resto del tiempo vemos a Vincent Price solo y visiblemente incómodo ya que no tiene con quien interactuar. Con la cámara exclusiva para él, se nota que al actor se le está exigiendo una performance para la cual no está preparado. Y por momentos Price se lo ve demasiado indiferente ante los acontecimientos de lo que debería ser un mundo de pesadilla.

The Last Man On Earth resulta apenas competente como adaptación de Matheson, simplemente porque sigue con fidelidad las ideas de su libro. Pero es incapaz de transpirar lo tortuoso del mundo que intenta ilustrar, simplemente por la mediocridad de sus creativos. Aunque no sea tan mala como The Omega Man, igual carga con su bagage de deficiencias.

SOY LEYENDA

Las adaptaciones del libro de Richard Matheson I Am Legend son: El Ultimo Hombre Sobre la Tierra (The Last Man On Earth) (1964), El Ultimo Hombre Vivo (The Omega Man) (1971) y Soy Leyenda (I Am Legend) (2007)