Crítica: King Kong Escapa (1967)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japon, 1967: Rhodes Reason (Comandante Carl Nelson), Linda Miller (Teniente Susan Watson), Mie Hama (Madame X), Eisei Amamoto (Dr Who), Akira Takarada (Teniente Jiro Namura)

Director: Ishiro Honda, Guión: Kaoru Maabuchi

Trama: El Dr. Who es un siniestro científico que se alía con Madame X, la representante de una oscura nación oriental, la que desea explotar el poderoso matarial radiactivo conocido como Elemento X y el cual se encuentra en el polo norte. Who ha construído un enorme robot – réplica del célebre King Kong – para excavar y extraer el material, pero el poder magnético del Elemento X funde sus circuitos. Apremiado por el plazo de tiempo que le ha dado Madame X, el Dr. Who decide secuestrar al verdadero King Kong e hipnotizarlo para que sea el enorme animal quien extraiga el Elemento X. Pero una misión de la ONU, liderada por el comandante Nelson, se encuentra estudiando a la criatura. Tanto Nelson, dos de sus ayudantes así como Kong son secuestrados y llevados a la gigantesca base polar del Dr. Who. Pero King Kong resulta ser mucho más poderoso e indomable de lo que esperaban sus captores, y pronto se liberará, desatando una oleada de destrucción.

King Kong Escapa (1967) En los sesentas la Toho era la reina del kaiju eiga o cine japonés de monstruos gigantes. Y con su reinado en las taquillas japonesas, el estudio se vió tentado de exportar el género a los mercados extranjeros. La Toho se embarcaría en una serie de producciones de corte internacional, las cuales tendrían tibios resultados. Entre esos filmes se encuentran los de Frankenstein – Frankenstein Conquista el Mundo y La Guerra de las Gargantúas -, y los de King Kong – King Kong vs Godzilla y King Kong Escapa -. La idea de utilizar nombres / marcas reconocidas y adaptarlos al kaiju eiga no dió los resultados esperados. Y de esa camada de experimentos de marketing, King Kong Escapa es el más flojito de todos ellos.

Hay culpas compartidas en todo esto. El libreto es demasiado delirante y carece de sentido, pero la edición americana – supervisada por los estudios Rankin Bass, los que al año siguiente producirían una tira animada de Kong – es aún peor y solo añade confusión a todo el tema. Hay un científico – cuyo nombre original era Dr. Hu pero la Rankin Bass lo convirtió en Dr. Who (!) – que crea un robot basado en las características de King Kong. Hay un elemento radiactivo que es más letal que el diablo, y resulta imposible de extraer. Hay un comandante naval de apellido Nelson y que maneja el SeaView… no, perdón, el Explorer que es una nave submarina de la ONU. Y hay un montón de idas y vueltas por el Pacífico, de la isla de Kong al Polo y de allí a Tokio (wtf?). Sí, porque cuando Kong escapa, se va sin ningún motivo aparente a la capital de Japón a destrozar maquetas. Parece que entre el polo y Japón no existe otra isla en medio del Pacífico.

El problema es que semejante jaleo carece completamente de sentido, y ni siquiera es muy interesante. Tampoco ayuda el diseño del traje de Kong, que es aún más horrible que el que la Toho pergueñó para King Kong vs Godzilla, y con el desgraciado detalle que le hacen primeros planos al deforme rostro del engendro. Kong, como personaje, es un animal que necesita ser expresivo; pero un primer plano de esos ojos muertos de plástico no ayuda en absoluto a la credibilidad de la historia.

La trama es aún más espesa de la que pusimos en el resumen. Hay un raro triángulo amoroso entre el comandante americano, su teniente japonés y la enfermera de a bordo (la cual la llevan inexplicablemente a todos lados), que para colmo resulta ser el objeto de adoración del simio gigante. Todos los planes del científico siniestro de turno suenan sideralmente estúpidos – por ejemplo, hipnotizar a Kong y darle órdenes mediante un micrófono (!) (como si un simio pudiera entender el castellano) -, y ni siquiera la presencia de la Madame X (Mie Hama, currando con la efímera fama que le dió su paso por el vehículo de James Bond Solo Se Vive Dos Veces ese mismo año) añade algo interesante. Con la excepción del patético diseño de los trajes, los FX de Eiji Tsuburaya son excelentes y la fotografía es fantástica. Pero ni la historia ni las performances resultan potables. Al menos el combate final en la torre de Tokio le da algo de sabor, pero toda la trama carece de sentido, aún siendo un kaiju eiga.

KING KONG

Las versiones de King Kong son: King Kong (1933), la producción de Dino de Laurentiis King Kong (1976) y su secuela King Kong Vive! (1986), y la remake de Peter Jackson King Kong (2005). Además están los filmes de la Toho basados en el personaje: King Kong vs Godzilla (1962) y King Kong Escapa (1967). En el 2017 Legendary resucitaría el simio gigante para su inminente Monsterverse en Kong: La Isla Calavera (2017). Godzilla vs Kong (2021) es el enfrentamiento de los dos gigantes en el final del Monsterverse.

EL CINE FANTASTICO JAPONES DE INOSHIRO HONDA

Godzilla, King of the Monsters! (1954) – Half Human (1955) – Rodan (1956) – The Mysterians (1957) – The H-Man (1958) – Varan the Unbelievable (1958) – Battle in Outer Space (1959) – The Human Vapor (1960) – Mothra (1961) – Gorath (1962) – King Kong vs. Godzilla (1962) – Matango (1963) – Atragon (1963) – Mothra vs. Godzilla (1964) – Dogora (1964) – Ghidorah, the Three-Headed Monster (1964) – Frankenstein Conquers the World (1965) – Invasion of Astro-Monster (1965) – War of the Gargantuas (1966) – King Kong Escapes (1967) – Destroy All Monsters (1968) – Latitude Zero (1969) – Godzilla´s Revenge (1969) – Yog, The Space Amoeba (1970) – Terror of Mechagodzilla (1975)