Crítica: John Se Muere Al Final (2012)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2012: Chase Williamson (David Wong), Rob Mayes (John Cheese), Paul Giamatti (Arnie Blondestone), Glynn Turman (detective Lawrence Appleton), Clancy Brown (Dr Marconi), Fabianne Therese (Amy), Johnny Weston (Justin White)

Director: Don Coscarelli, Guión: Don Coscarelli, basado en la novela homónima de David Wong

Trama: David Wong y John Cheese son dos amigotes a los que les gusta el rock y las parrandas. Precisamente en una fiesta que armaron con sus amigos se topan con un jamaiquino llamado Robert Marley, el cual los sorprende con un impecable acto de clarividencia en donde el moreno es capaz de adivinar tanto lo que está pensando David como lo que soñó en la noche anterior. Escéptico por naturaleza, David cree que el acto no es mas que una farsa y decide irse a su casa para dormir. Pero a la madrugada recibe una alarmante llamada de John, el cual está en un ataque de nervios ya que ve cosas caminando por las paredes a su alrededor. Al acudir en auxilio de su amigo, David se entera que John ha probado una dosis de una droga que le diera Marley – a la cual llama “la salsa de soja” – y, convencido que está altamente intoxicado, decide llevar a su amigo al hospital. Pero en el camino se topa con un individuo de aspecto extraño que quiere secuestrarlos y con el cual David tiene una dura pelea; pero después del combate David descubre que el frasco de salsa de soja que llevaba al hospital para ser analizado se ha roto y, lo que es peor, su contenido ha sido absorbido por su piel. Mientras David cae en trance, descubre que la salsa de soja le expande los sentidos hasta el punto de volverlo omnisciente y ver cosas provenientes de otras dimensiones y que coexisten con nosotros en esta realidad. De ese modo se entera que el hombre que quiso secuestrarlos no es mas que un extraterrestre que conoce la tolerancia que tienen a la droga, y que quiere reclutarlos para que los ayuden a liberar su mundo de una entidad maléfica conocida como Korrok. Y mientras David intenta despabilarse – creyendo que todo esto es la resaca de una droga de mala calidad – seres mutantes y alienígenas perversos comienzan a perseguirlo, amén de la policía, la cual acaba de descubrir el cuerpo destrozado de Robert Marley y están convencidos que David y John son los responsables.

Arlequín: Crítica: John Se Muere Al Final (2012)

Para que entiendas cómo me siento, te voy a explicar por qué estoy cometiendo crímenes hoy. Están ocurriendo cosas muy oscuras… y tengo la desoladora sensación de que soy el único que lo sabe, y el único que puede hacer algo al respecto. Todo el mundo tiene una historia de miedo: OVNIs, Pie Grande… ¿Qué creo yo?. Que son cosas irreales y reales a la vez. No soy muy fan de Star Trek, no entiendo nada de otras dimensiones y cosas así; solo soy un católico de la vieja escuela. Creo en el infierno; creo que allí hay asesinos y violadores, demonios y gusanos, mierda malvada que se pudre en el colector de grasa del universo. Y, cuanto más lo pienso, más me parece que no es un sitio ahí abajo sino que está aquí, con nosotros. Sólo que no lo percibimos. Como una emisora de radio de música country que está siempre en el aire, sólo que uno nunca la sintoniza. Y creo que tal vez con la química, la magia o el vudú, este jamaiquino hijo de puta sintonizó con él, con el mismísimo infierno. Abrió esa puerta, se convirtió en esa puerta, y yo… pretendo cerrarla.

Llega un punto en que uno empieza a aburrirse mal de las películas que ve. El problema es que hay rachas – a veces, demasiado largas – en donde uno ve demasiada mediocridad, demasiados filmes parecidos entre sí, y demasiadas cintas… demasiado largas. La nueva moda de películas de 3 horas me pudre, lisa y llanamente; y, lo que es peor, pareciera estar convirtiéndose en un standard de la industria.

Pero a veces uno se topa con perlitas que desbordan originalidad y que terminan por demostrar que las esperas valen la pena, como es el caso de John se Muere al Final. Durante los dos primeros tercios de su proyección, el filme es una delicia para los sentidos, un monumento al delirio construído con alta inteligencia. Imaginen un licuado hecho con el Almuerzo Desnudo de Cronenberg, algunas gotas de H.P. Lovecraft, y desbordante humor alucinógeno a lo Harold & Kumar. El problema es el acto III, que no es tan inspirado y se ve forzado. Eso no quita que John se Muere al Final vaya a transformarse de punta en un clásico de culto, ya que tiene razones de sobra para merecer semejante título.

En sí, la historia tiene mucho de paranoia lovecraftiana; no del Lovecraft que hablaba de dioses malignos y plagados de tentáculos, sino del Lovecraft que fantaseaba con alienígenas morando en otras dimensiones y prestos a abalanzarse sobre este mundo. La imagen inicial es típica: un muchacho se encuentra con un periodista, al cual se apresta a dispararle una historia tan bizarra como increíble. Así es como descubrimos que hay seres de otros mundos entre nosotros, los cuales sólo son visibles a través de la “salsa de soja”una droga super poderosa que te vuelve omnisciente y te expande los sentidos hasta el punto de que uno puede ver otras dimensiones paralelas a la nuestra -. El problema es que la salsa de soja termina en manos de dos palurdos, los cuales empiezan a ser perseguidos por una horda de extraterrestres que creen que el dúo de faloperos es capaz de detener sus maléficos planes para arrasar el planeta Tierra. En el medio hay locuras de todo tipo – desde entidades maléficas formadas a partir de una decena de bandejas de achuras conservadas en un freezer (!), hasta muertos que te llaman por teléfono (!!), pasando por portales fantasma, perros que hablan y manejan autos, desdoblamientos del tiempo y el espacio, dimensiones en donde la zoofilia es una práctica generalizada que ha dado lugar a toda una generación de hibridos entre animales y humanos (wtf!!!), y un larguísimo y delicioso etcétera -.

La primera hora es una de las cosas mas geniales que he visto en los últimos tiempos. Si uno analiza la estructura, verá que el relato de John se Muere al Final es harto complicado – el filme va y viene en flashbacks, amén de tener que intentar explicar una tonelada de reglas al espectador, y dar señales de cuándo algo es una revelación, un viaje temporal o una alucinación pasada de rosca -, pero el director Don Coscarelli – la saga Fantasma; el clasicazo de culto Bubba Ho-Tep – maneja los tiempos del relato de una manera envidiable y todo se entiende… y se disfruta como los dioses. Por lejos los momentos más logrados del filme tienen que ver con el proceso de descubrimiento que hace el protagonista respecto de las delirantes propiedades de la droga con la cual se intoxicó. Hay una secuencia completamente surrealista en una seccional de policía, en donde David debe pelear con un oficial que no existe en este plano dimensional, el cual lo ataca con un brazo que se ha arrancado (y que sigue vivo y se comporta como una serpiente!), y con el bigote… que se le ha escapado de la cara y vuela por toda la habitación como si fuera un murciélago. Así como ésa hay dos toneladas más de disparates, las cuales son lanzadas a intervalos regulares: por ejemplo, en un momento David recibe una llamada de su amigo… el cual acaba de morir en la habitación contigua, y que se contacta con él a través de un celular roto; o cuando David descubre que en dos segundos van a matarlo y se desdobla en el tiempo y el espacio, viajando al pasado hasta una fábrica de municiones y distrayendo a uno de los operarios, … para que éste produzca una bala fallada, la cual será la misma que están utilizando en este mismo instante para intentar matarlo.

Mientras que John se Muere al Final está plagada de momentos deliciosos – en especial cuando se explaya sobre las propiedades de la droga -, resulta mucho más fallida en la media hora final, cuando decide retomar la trama de una conspiración alienígena para destruir nuestro mundo – es el trágico momento en que el relato debe disciplinarse y tiene que mostrar algún tipo de resolución, la cual no es tan interesante como todo lo que pasó en el medio -. El humor se ve forzado y poco efectivo, aún cuando la historia hace todo el esfuerzo del mundo en seguir siendo tan bizarra como al principio – la dimensión paralela en donde la zoofilia no sólo es legal, sino que es genéticamente compatible, lo que da lugar a humanos hibridos, amén de toda una serie de bizarros aparatos surgidos de semejante universo, como computadoras basadas en cabezas de cerdo, o aviones dotados de alas gigantes de murciélago -, culminando en algo que resulta mas rutinario. Eso no quita que uno ansíe con todas las ganas que el filme tenga el éxito suficiente como para generar una secuela y de ese modo, seguir disfrutando de las aventuras de estos disparatados personajes.

Este es un regreso con gloria para Don Coscarelli, cuya producción filmica es escasa pero siempre inspirada. Aquí parece haber recapturado la magia de Bubba Ho-Tep, en donde lo fantástico se mezclaba con toneladas de humor surrealista. Para ello decidió adaptar un folletín por entregas escrito por Jason Pargin (bajo el seudónimo de David Wong, el nombre del protagonista de la historia), el cual se comenzó a publicar en la web en el 2001 y que se topó con tanto éxito que terminó por transformarse en un libro en el 2004. Al toque lo leyó Coscarelli, quien se quedó encantado con el relato y decidió hacerse con los derechos, peleando por filmar la adaptación desde el 2007. Por suerte Paul Giamatti decidió plegarse al proyecto, actuando como productor y ayudando a Coscarelli a obtener los fondos necesarios para materializarlo.

En sí, John se Muere al Final no deja de ser una comedia drogona, sólo que está hecha con altura. El protagonista – un fantástico Chase Williamson, el cual parece estar sintonizando a la perfección al escéptico Topher Grace de That´s 70 Show – no es un narrador creíble ,y como toda la historia se basa en su relato, es más que probable que todo esto no sea más que la alucinación propia de una intoxicación con drogas de mala calidad. Pero si uno le da margen a la otra explicación – de que toda esta locura sea cierta – verá que la trama es una gozada que no sólo desborda de originalidad sino que está salpicada de parlamentos geniales. Tan sólo por su brillante primera hora es que John se Muere al Final se merece estar en el podio de nuestros filmes favoritos aunque, al final, el cierre de la historia se vea tan abrumadoramente standard que termine resultando molesto.